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Situación de los Derechos Humanos en el Paraguay 2004
La ola delictiva cobró varias víctimas en este año, especialmente de jóvenes. Uno de ellos fiíe el caso del
estudiante del colegio Internacional Emilio Andrés Aguirre Rojas (18), quien fue apuñalado por un
"peajero" cerca de su domicilio, en una zona residencial de Asunción para robarle un teléfono celular. En
medio del dolor y la indignación las críticas apuntaron a la inseguridad reinante debido a la impunidad y a
la complicidad de la Policía con los delincuentes, así como a la necesidad de reformar el Código Procesal
Penal.
Algunos ciudadanos que se animaron a dar su opinión sobre las posibles causas señalaban que todo el
mundo, incluyendo a los policías, sabe dónde están los malandros en cada barrio de la ciudad.
Señalaban también que el ocio desmedido por falta de programas sociales es el que lleva a los jóvenes
a drogarse y a delinquir, y en el caso de las mujeres a dedicarse a la prostitución.
Otro caso que causó la indignación de la ciudadanía fue el de una niña violada y luego asesinada. Se
trata de la menor Felicita Estigarribia, oriunda de Yaguarón, departamento de Paraguarí. El cuerpo de la
menor fue hallado en las faldas del cerro Yaguarón, con señales de haber sido violada y estrangulada.
A raíz de este horrendo crimen, miles de pobladores se congregaron en el local de la Escuela Básica No.
5.355 María Auxiliadora del barrio Santa Librada de Yaguarón, para reclamar a las autoridades
seguridad en la región y para exigir justicia por la muerte de la menor.
A raíz de los dos hechos ocurridos en la misma semana en distintos puntos del país la gente, especialmente
estudiantes, salió a las calles a reclamar justicia y a exigir a las autoridades que cumplan con su deber de
brindar seguridad a la ciudadanía. En Asunción la manifestación reunió a alrededor de 15 mil personas. Todos
los dedos acusadores apuntaron al gobierno, que genera un clima de injusticia social que es campo fértil para la
violencia y la delincuencia. Los manifestantes expresaban que las autoridades viven en una burbuja que no
percibe el drama diario que la gente vive a merced de delincuentes y violadores.
Las localidades de Ñemby y San Antonio, del departamento Central, son consideradas como las ciudades más
peligrosas del área metropolitana de Asunción, por la presencia de delincuentes urbanos, en especial los
denominados "peajeros". Estos delincuentes juveniles son los que azotan a la población y crean un ambiente
de extrema inseguridad. La Policía Nacional dice mantenerlos bajo control. Pero en la realidad cotidiana de la
gente eso no ocurre.
A mediados de año y a raíz del recrudecimiento de la delincuencia, la violencia y la inseguridad se
divulgó por la prensa resultado de algunos estudios y análisis sobre el asunto. Se mencionaba que en
los últimos años, la inseguridad urbana ha crecido de manera considerable, según informe elaborado
por la dirección de Política Criminal y Criminología del Ministerio Público. Señalaba que la variación
fue de más del 100 por
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