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Participación ciudadana para una administración ... - Notas de prensa

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3. Salir <strong>de</strong>l pesimismoCreo que buena parte <strong>de</strong> lo que le pasa a laizquierda en muchos países <strong>de</strong>l mundo es quese limita a ser la anti-<strong>de</strong>recha, algo que no tienenada que ver, aunque lo parezca, con <strong>una</strong>verda<strong>de</strong>ra alternativa. Se ha dicho que la izquierdatiene dificulta<strong>de</strong>s en movilizar a su electoradoy hay quien piensa que esa operación vendríaa ser, no tanto <strong>de</strong>spertar la esperanza colectivacomo inquietar al electorado <strong>para</strong> ganarse lapreferencia que resignadamente nos hace<strong>de</strong>cidirnos por lo menos malo.Por <strong>de</strong>cirlo sintéticamente: hoy la <strong>de</strong>recha esoptimista y la izquierda pesimista. Tal vez elantagonismo político se articule actualmente máscomo disposición emocional que como proposicióni<strong>de</strong>ológica. Lo que ocurre es que las emocionesy las i<strong>de</strong>as se relacionan más estrechamente <strong>de</strong> loque solemos suponer. Si examinamos las cosas<strong>de</strong> este modo, percibiremos el <strong>de</strong>splazamientoi<strong>de</strong>ológico que está teniendo lugar.Tradicionalmente la diferencia entre progresivoy conservador se correspondía con el pesimismoy el optimismo, en el or<strong>de</strong>n antropológico ysocial. Mientras que el progresismo se inscribíaen un <strong>de</strong>sarrollo histórico hacia lo mejor, elconservadurismo, por <strong>de</strong>cirlo con expresión <strong>de</strong>Ernst Bloch, ha estado siempre dispuesto aaceptar <strong>una</strong> cierta cantidad <strong>de</strong> injusticia osufrimiento como un <strong>de</strong>stino inevitable. Peroesto ya no es así, en buena medida. El estado<strong>de</strong> ánimo general <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha, que tiene sumejor exponente en Sarkozy, es todo lo contrario<strong>de</strong> la resignación: <strong>de</strong>cidida y activa, sin complejos,confiada en el futuro y con <strong>una</strong> firme resolución<strong>de</strong> no <strong>de</strong>jar a nadie el mando <strong>de</strong> la vanguardia.Esta disposición es lo que está poniendo endificulta<strong>de</strong>s a <strong>una</strong> izquierda que, aun teniendobuenas razones <strong>para</strong> oponerse, no las tiene ala hora <strong>de</strong> proponer algo mejor. Si recoge lascausas <strong>de</strong> los excluidos o se convierte en abogada<strong>de</strong>l pluralismo, no lo hace <strong>para</strong> construir a partir<strong>de</strong> todo ello <strong>una</strong> concepción alternativa <strong>de</strong>lpo<strong>de</strong>r, y eso se nota en la mala conciencia <strong>de</strong>quien sabe que no está haciendo otra cosa quereclutar aliados.La izquierda es, fundamentalmente, melancólicay re<strong>para</strong>dora. Ve el mundo actual como <strong>una</strong>máquina que hubiera que frenar y no como <strong>una</strong>fuente <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s e instrumentos susceptibles<strong>de</strong> ser puestos al servicio <strong>de</strong> sus propios valores,los <strong>de</strong> la justicia y la igualdad. El socialismo seentien<strong>de</strong> hoy como re<strong>para</strong>ción <strong>de</strong> las <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la sociedad liberal. Su legitimidad proce<strong>de</strong>únicamente <strong>de</strong> la pretensión <strong>de</strong> re<strong>para</strong>r aquelloque ha sido <strong>de</strong>struido por la <strong>de</strong>recha o protegeraquello que es amenazado por aquella. Preten<strong>de</strong>conservar lo que amenaza ser <strong>de</strong>struido, perono remite a ning<strong>una</strong> construcción alternativa.La mentalidad re<strong>para</strong>dora se configura a costa<strong>de</strong>l pensamiento innovador y anticipador. De estemodo no se ofrece al ciudadano <strong>una</strong> interpretacióncoherente <strong>de</strong>l mundo que nos espera, que esvisto sólo como algo amenazante. Esta actitudrecelosa frente al porvenir proce<strong>de</strong> básicamente<strong>de</strong> percibir al mercado y la globalización comolos agentes principales <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n económicoy las <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s sociales, <strong>de</strong>jando <strong>de</strong> advertirlas posibilida<strong>de</strong>s que encierran y que pue<strong>de</strong>n seraprovechadas. Movilizar los buenos sentimientose invocar continuamente la ética no basta; hacefalta enten<strong>de</strong>r el cambio social y saber <strong>de</strong> quémodo pue<strong>de</strong>n conquistarse en las nuevascircunstancias los valores que a uno le i<strong>de</strong>ntifican.La primera dificultad <strong>de</strong> la izquierda <strong>para</strong>configurarse como alternativa esperanzadoraproce<strong>de</strong> <strong>de</strong> esa especia <strong>de</strong> “heroísmo frente almercado” (Grunberg / Laïdi) que le impi<strong>de</strong>enten<strong>de</strong>r su verda<strong>de</strong>ra naturaleza y le hacepensar que el mercado no es más que unpromotor <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sigualdad, <strong>una</strong> realidadantisocial. Para <strong>una</strong> buena parte <strong>de</strong> la izquierdarazonar económicamente es conspirarsocialmente. Piensa que lo social no pue<strong>de</strong> serpreservado más que contra lo económico. La<strong>de</strong>nuncia ritual <strong>de</strong> la mercantilización <strong>de</strong>l mundoy <strong>de</strong>l neoliberalismo proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>una</strong> tradiciónintelectual que opone lo social a lo económico,que tien<strong>de</strong> a privilegiar los <strong>de</strong>terminismos y lasconstrucciones frente a las oportunida<strong>de</strong>s ofrecidaspor el cambio social. Des<strong>de</strong> este punto <strong>de</strong> partida24

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