11.07.2015 Views

Participación ciudadana para una administración ... - Notas de prensa

Participación ciudadana para una administración ... - Notas de prensa

Participación ciudadana para una administración ... - Notas de prensa

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

posible (es <strong>de</strong>cir, <strong>para</strong> maximizar la eficiencia)<strong>de</strong>beríamos preguntar a los expertos y, <strong>una</strong> vezatendidas sus recomendaciones, convertirlas enun procedimiento administrativo. Al convertirlos dictados <strong>de</strong> la razón en normas se logra nosólo maximizar la eficiencia sino tambiénimponerla, hacerla obligatoria. A la organizaciónburocrática no le queda más remedio que actuareficientemente. La norma racional no permitela ineficiencia, pues conduce las acciones y obligaa trabajar <strong>de</strong> la forma (racionalmente) prevista.El procedimiento administrativo ha sido <strong>para</strong> la<strong>administración</strong> pública lo que la ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong>montaje representó <strong>para</strong> la producción industrial.El segundo objetivo, las garantías <strong>de</strong> equidad,se alcanza gracias a la impersonalidad <strong>de</strong>lmo<strong>de</strong>lo weberiano. La propuesta burocráticano pue<strong>de</strong> ser más sencilla: <strong>para</strong> garantizar quetodos seremos tratados <strong>de</strong> la misma manera,nada mejor que eliminar nuestras referenciaspersonales y convertirnos en los números <strong>de</strong> unfrío expediente administrativo. Sin conocer ni elrostro ni los apellidos <strong>de</strong> sus usuarios, la frialdadadministrativa se convierte en la palanca haciala igualdad –quizá también hacia la indiferenciaenel trato a los ciudadanos.Así pues, a unos objetivos loables (eficiencia eigualdad) les acompañan unos instrumentossensatos (racionalidad e impersonalización). Laburocracia, por lo tanto, no sería la encarnación<strong>de</strong>l mal; como muchos parecen creer. No <strong>de</strong>bemospues enten<strong>de</strong>rla como un mo<strong>de</strong>lo organizativoinnatamente perverso, aunque sí <strong>de</strong>beríamosreconocer que sus objetivos loables y susinstrumentos sensatos sirven <strong>para</strong> alg<strong>una</strong>s cosas,mientras que se convierten en trabas <strong>para</strong> alcanzarotras. La racionalidad y la impersonalidadburocrática son impecables <strong>para</strong> hacer siemprelo mismo, pero se encuentra con fuertesdificulta<strong>de</strong>s cuando se le exige cierta flexibilidad.En entornos previsibles y estables, la burocraciase encuentra muy cómoda; mientras que encontextos <strong>de</strong> incertidumbre y volatilidad –comolos actuales- se siente invadida por el <strong>de</strong>sconcierto.La burocracia weberiana, en <strong>de</strong>finitiva, es unmo<strong>de</strong>lo organizativo que hace bien las cosasque le mandan, pero que no piensa en nada.No se espera esto <strong>de</strong> ella. Es <strong>una</strong> maquinariasin cerebro, incapaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir. Se encuentraabsorbida por la repetición <strong>de</strong> sus movimientosy concentrada en ejecutar los dictados <strong>de</strong> <strong>una</strong>razón lejana. Algunos <strong>de</strong> los responsables <strong>de</strong>lgenocidio nazi se <strong>de</strong>fendieron alegando sucondición <strong>de</strong> burócratas: cumplíamos las ór<strong>de</strong>nescon eficiencia, sin pensar en sus contenidos.Esta maquinaria <strong>de</strong>scerebrada convierte a la<strong>administración</strong> burocrática en un espacioirresponsable y silencioso. Sin capacidad <strong>de</strong>pensar no se asumen los resultados <strong>de</strong> lasactuaciones, pero tampoco se dispone <strong>de</strong> lacapacidad <strong>para</strong> hablar y <strong>para</strong> relacionarse conlos otros. No estamos dotados <strong>de</strong> habilida<strong>de</strong>scomunicativas y, por lo tanto, somos incapaces<strong>de</strong> generar inteligencia.La <strong>administración</strong> burocrática se configura, así,como un mo<strong>de</strong>lo don<strong>de</strong> cada parte se <strong>de</strong>dicaa lo suyo. Y no sólo esto, sino que a<strong>de</strong>más nose mete en los asuntos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. Ni permiteque se metan en los suyos. La burocraciainstitucionaliza la especialización y la segmentacióno, lo que es lo mismo, se convierte en la genuinaorganización <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sconfianza. Cada uno alo suyo, cada uno encerrado en su espacio ycada uno sospechando <strong>de</strong> quien pudieraacercársele. Cada uno sabe <strong>de</strong> lo suyo (dispone<strong>de</strong>l dictado experto correspondiente) y, por lotanto, <strong>para</strong> que hablar con nadie, <strong>para</strong> quepermitir que nadie se entrometa en asuntosque no son los suyos.Una organización tan <strong>de</strong>sconfiada como laburocrática ofrece alg<strong>una</strong>s ventajas muy<strong>de</strong>stacables y, sobre todo, muy valoradas en<strong>de</strong>terminados ámbitos y momentos. La seguridad,la previsibilidad y la igualdad son algunos <strong>de</strong>sus activos, mientras que –en la otra cara <strong>de</strong> lamoneda- estos mismos factores se conviertenen simplicidad, homogeneidad y rigi<strong>de</strong>z. Laburocracia, <strong>de</strong> este modo, nos asegura y nosgarantiza que acce<strong>de</strong>remos a, por ejemplo,unos servicios educativos, sanitarios o económicos.Y, a<strong>de</strong>más, que estos servicios serán iguales<strong>para</strong> todos y no variarán en el tiempo. Unasituación muy confortable, aunque incompatibleQuim BRUGUÉ. Una <strong>administración</strong> que habla es <strong>una</strong> <strong>administración</strong> que piensa59

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!