11.07.2015 Views

Participación ciudadana para una administración ... - Notas de prensa

Participación ciudadana para una administración ... - Notas de prensa

Participación ciudadana para una administración ... - Notas de prensa

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

sensibilidad hacia otras posibilida<strong>de</strong>s laterales. Talvez la cuestión política fundamental no sea tantola <strong>de</strong> los i<strong>de</strong>ales y los imaginarios, como la i<strong>de</strong>aque se tiene <strong>de</strong> lo real. Ya Tocqueville nos enseñóque el utopismo y el empirismo son dos maneras,indisociables, <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar la realidad intacta. Elprimero no acelera su movimiento más que <strong>de</strong>manera ilusoria: el retorno a la realidad terminaimponiéndose. El segundo no la frena más que<strong>de</strong> manera igualmente ilusoria: el dinamismointerno <strong>de</strong> la sociedad acaba imponiéndose. Enambos casos la realidad es abandonada a susuerte.Pues bien, si eso es así, lo mejor que pue<strong>de</strong>hacerse frente a <strong>una</strong> concepción conservadora<strong>de</strong> la política es combatirle en el terreno <strong>de</strong> larealidad, discutir su concepción <strong>de</strong> la realidad.Sería la única manera <strong>de</strong> no repetir el viejo error<strong>de</strong> la izquierda <strong>de</strong> jugar en un campo en el quees inevitable que la <strong>de</strong>recha lo haga mejor. Ala <strong>de</strong>recha no <strong>de</strong>be oponérsele <strong>una</strong> ensoñaciónsino otra <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> la realidad que seamejor. La batalla no se gana mediante la apelacióngenérica a otro mundo sino en la lucha por<strong>de</strong>scribir la realidad <strong>de</strong> otra manera. La izquierdano convence cuando se sitúa como si estuvierareñida con la realidad como tal, sino cuando escapaz <strong>de</strong> convencernos <strong>de</strong> que la <strong>de</strong>recha hace<strong>una</strong> mala <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> la realidad. Seríacatastrófico dar por perdida la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>lcampo <strong>de</strong> juego, aceptando alg<strong>una</strong> <strong>de</strong> las dosposibilida<strong>de</strong>s que se le ofrecen: competir en lapugna por gestionar mejor esa realidad ocombatirla <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un moralismo inofensivo.Contra los administradores oficiales <strong>de</strong>l realismohay que <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r que la política no es mera<strong>administración</strong>, ni mera adaptación, sinoconfiguración, diseño <strong>de</strong> los marcos <strong>de</strong> actuación,adivinación <strong>de</strong>l futuro. Tiene que ver con lo inéditoy lo insólito, magnitu<strong>de</strong>s que no comparecenen otras profesiones muy honradas pero ajenasa las inquietu<strong>de</strong>s que provoca el exceso <strong>de</strong>incertidumbre. El tipo <strong>de</strong> acción que es la políticano opera únicamente con meras reglas <strong>de</strong> laexperiencia, con las enseñanzas cómodamentealmacenadas entre lo sabido. Quien sea capaz<strong>de</strong> concebir esta incertidumbre como oportunidad,verá cómo la erosión <strong>de</strong> algunos conceptostradicionales hace nuevamente posible la políticacomo fuerza <strong>de</strong> innovación y transformación. Esurgente llevar a cabo <strong>una</strong> re<strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l sentidoy <strong>de</strong> los objetivos <strong>de</strong> la acción política a partir<strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que en ella se conoce, es <strong>de</strong>cir, se<strong>de</strong>scubren aspectos <strong>de</strong> la realidad y posibilida<strong>de</strong>s<strong>de</strong> acción que no pue<strong>de</strong>n percibirse <strong>de</strong>s<strong>de</strong>nuestras prácticas rutinarias y nuestros <strong>de</strong>batespreconstruidos.Los humanos seríamos otra cosa sin esa capacidad<strong>de</strong> “futurizar”, <strong>de</strong> proyectarse hacia el futuro yanticiparlo en términos <strong>de</strong> imaginario, expectativa,proyecto y <strong>de</strong>terminación. Esa inquietud quenos hace <strong>de</strong>sear, esperar y temer es la que nospermite relacionarnos con el futuro en sus diversasformas. Si no se educa, esa anticipación funciona<strong>de</strong>structivamente: se atrofia, nos convierte enfanáticos, en temerosos sin motivo, en <strong>de</strong>masiadocrédulos… La relación con el futuro se ha <strong>de</strong>cultivar, como lo hacemos con las <strong>de</strong>más aptitu<strong>de</strong>shumanas. Aunque no lo solamos formular así, nilo recoja <strong>de</strong> este modo ningún currículo educativo,toda la educación, el trabajo <strong>de</strong> las instituciones,nuestra socialización en general tiene, entre otros,el objetivo <strong>de</strong> configurar en cada uno <strong>de</strong> nosotros<strong>una</strong> relación correcta con el futuro, lo que tambiénpue<strong>de</strong> predicarse <strong>de</strong> la sociedad en su conjunto.Hay socieda<strong>de</strong>s que se relacionan patológicamentecon su propio futuro, mientras que otras lo tratan<strong>de</strong> <strong>una</strong> manera razonable y provechosa.La esperanza –ese sentimiento o afecto humanoque regula nuestra relación con el futuro- no es<strong>una</strong> ilusión consoladora ni <strong>una</strong> resistencia tercafrente al aprendizaje que proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> la <strong>de</strong>cepciónbien aprovechada. La esperanza razonable sedistingue <strong>de</strong>l optimismo blando que alimentala ilusión en la misma medida en que se cierraal conocimiento <strong>de</strong> la realidad. Los esperanzadosestán siempre pre<strong>para</strong>dos <strong>para</strong> lo peor. Suconfianza en la vida no tendría mucho valor sino hubieran sobrevivido a <strong>de</strong>cepciones en elpasado, <strong>de</strong>l mismo modo que el conocimiento <strong>de</strong>que el futuro traerá nuevas <strong>de</strong>cepciones <strong>de</strong>muestrala continua necesidad <strong>de</strong> la esperanza… La falta<strong>de</strong> previsión, <strong>una</strong> fe ciega en que las cosas acabaránsiempre bien, constituye un pobre sustituto <strong>de</strong> la28

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!