autores, que esta clave únicamente pue<strong>de</strong><strong>de</strong>rivarse <strong>de</strong>l diálogo, <strong>de</strong> facilitar el intercambio<strong>de</strong> perspectivas y recursos entre las diferentespartes <strong>de</strong> la <strong>administración</strong> y entre la <strong>administración</strong>y su entorno (Habermas, 1981; Fisher y Forester,1993; Fox y Miller, 1996; Hajer y Wagennar,2003; Font, 2003).Cuando este diálogo es auténtico, nuestrasrespuestas a la complejidad se enriquecen <strong>de</strong>las diversas sensibilida<strong>de</strong>s y, <strong>de</strong> esta manera,estimulan la creatividad y la inteligencia. Esnecesario <strong>de</strong>stacar que ahora las respuestas <strong>de</strong>la <strong>administración</strong> no tienen porque sertécnicamente mejores (si es que este conceptoexiste), sino que representan un punto <strong>de</strong>equilibrio, un compromiso entre las diversasvisiones <strong>de</strong> un mismo problema. Si el problemaque preten<strong>de</strong>mos abordar es claro y diáfanoquizá con la respuesta técnica sea suficiente;pero si, como es cada vez más frecuente, elproblema es complejo y poliédrico, entoncesserá más a<strong>de</strong>cuada <strong>una</strong> respuesta dialogada y<strong>de</strong> equilibrio.En <strong>de</strong>finitiva, la necesidad <strong>de</strong> construir <strong>una</strong><strong>administración</strong> creativa e inteligente nos obligaa incorporar el diálogo en el proceso <strong>de</strong>mo<strong>de</strong>rnización. Y, <strong>una</strong> vez i<strong>de</strong>ntificada laalternativa a la NGP, la siguiente pregunta es¿cómo se materializa esta <strong>administración</strong><strong>de</strong>liberativa? ¿Cómo nos trasladamos <strong>de</strong> las<strong>de</strong>finiciones conceptuales a la práctica? En elsiguiente apartado nos acercaremos a estosinterrogantes, mientras ahora insistiremos unmomento más en el concepto <strong>de</strong> diálogo.El diálogo como referente:<strong>de</strong>mocratizar la <strong>administración</strong>Otorgar un papel <strong>de</strong> centralidad al diálogosupone recuperar aquel viejo principio segúnel cuál el todo es más que la suma <strong>de</strong> las partes.El <strong>de</strong>bate no se limita a un intercambio pasivosino que se convierte en <strong>una</strong> construcción activa.De esta manera, el espacio público no essimplemente el lugar don<strong>de</strong> emerge un resultadoagregado, sino don<strong>de</strong> se construye un proyecto<strong>de</strong> vida en común. Lo mismo ocurriría con la<strong>administración</strong> pública <strong>de</strong>liberativa.En un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocracia republicana losciudadanos no son meros <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> suspropuestas, sino que convencen y sonconvencidos, se comunican y argumentan <strong>para</strong>madurar juntos nuevas opiniones. Es aquí don<strong>de</strong>el diálogo se dota <strong>de</strong> valor, don<strong>de</strong> la políticapue<strong>de</strong> sorpren<strong>de</strong>rnos y ser creativa, y don<strong>de</strong>engarza el concepto <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocracia y <strong>de</strong><strong>administración</strong> <strong>de</strong>liberativa (Cohen, 1989;Fishkin, 1991 y 1995; Pettit, 1997; Habemas,1999; Gutman y Thomson, 2004).Algunos autores, como Fox y Miller (1996), sehan <strong>de</strong>dicado a reflexionar sobre como incorporarel diálogo en la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones en el ámbitopúblico. Para ellos, un diálogo auténtico (sometalk) <strong>de</strong>be diseñarse <strong>para</strong> conjurar sus dos <strong>de</strong>rivasmás habituales: el monólogo (few talk) y elchismorreo (many talk). Un monólogo, en primerlugar, no es un diálogo <strong>de</strong> verdad, puesto queno hay construcción conjunta sino <strong>una</strong> meraexplicación unilateral <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas posiciones.A menudo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la exposición se pi<strong>de</strong> lapalabra <strong>de</strong> los asistentes, pero la asimetría <strong>de</strong>la conversación es tan evi<strong>de</strong>nte que el diálogoqueda sin sentido. En segundo lugar, el chismorreo<strong>de</strong>scribiría aquella situación en la que proliferanlos <strong>de</strong>bates multilaterales, don<strong>de</strong> todos hablany don<strong>de</strong> todos lo hacen a la vez. Pue<strong>de</strong>n existirmúltiples <strong>de</strong>bates, pero no son constructivos.Nadie los or<strong>de</strong>na, nadie toma nota, nadie resumeni sintetiza conclusiones. Estamos más ante unevento social que ante un diálogo con capacidad<strong>de</strong> conformar un proyecto colectivo.El auténtico diálogo se encontraría en <strong>una</strong>posición equilibrada don<strong>de</strong> se permitiera hablar<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la simetría pero don<strong>de</strong>, al mismo tiempo,existiera un or<strong>de</strong>n que garantizara el alcance<strong>de</strong> conclusiones y resultados. Un diálogo no esni un discurso ni un conjunto <strong>de</strong> voces solapadasque se acallan las <strong>una</strong>s a las otras. Un diálogoes <strong>una</strong> forma <strong>de</strong> construir, <strong>de</strong> crear <strong>de</strong>s<strong>de</strong> elintercambio. Este diálogo constructivo está enel corazón <strong>de</strong> lo que hoy llamamos la <strong>de</strong>mocracia<strong>de</strong>liberativa y <strong>de</strong> la APD. Una i<strong>de</strong>a que, a pesar<strong>de</strong> su apariencia <strong>de</strong> novedad, ya encontrábamosen Aristóteles cuando argumentaba a favor <strong>de</strong>64
la capacidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate entre ciudadanosnormales frente a los expertos aislados a la hora<strong>de</strong> alcanzar las mejores <strong>de</strong>cisiones.También en el trabajo <strong>de</strong> Benjamín Barber (2004)se otorga al <strong>de</strong>bate político un papel central,siendo éste un elemento consustancial <strong>de</strong> suDemocracia Fuerte. El <strong>de</strong>bate, según este autor,<strong>de</strong>be, en primer lugar, equilibrar las capacida<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hablar y <strong>de</strong> escuchar. Se trata no sólo <strong>de</strong>exponer las posiciones propias –como en lasversiones liberales- sino <strong>de</strong> aproximarse a las<strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, <strong>de</strong> ponernos en el lugar <strong>de</strong>l otro.En este sentido, en segundo lugar, al escuchara los <strong>de</strong>más hay que tomar en consi<strong>de</strong>racióntanto los elementos cognitivos como los afectivos.En un <strong>de</strong>bate intercambiamos razones, perotambién establecemos relaciones. Finalmente,el <strong>de</strong>bate en la Democracia Fuerte también ha<strong>de</strong> combinar su carácter reflexivo con su vocación<strong>de</strong> pasar al mundo <strong>de</strong> la acción.Incorporar el diálogo supone pues un ejercicio<strong>de</strong> equilibrio. Y esta es la esencia <strong>de</strong> la política.Solón, uno <strong>de</strong> los legisladores <strong>de</strong>l siglo <strong>de</strong> oro<strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia ateniense, nos legó un poematitulado Eunomía. Esta palabra se traduceprecisamente como equilibrio y sirve <strong>para</strong>i<strong>de</strong>ntificar la esencia <strong>de</strong> la actividad política. LaAPT, al incorporar el diálogo, incorpora la política,se politiza. Esto sí es un atentado al alma maquinal<strong>de</strong> la burocracia, a sus esencias tecnocráticasy a su capacidad <strong>de</strong> hacer las cosas sin pensar.Alcanzar el equilibrio no es un asunto <strong>de</strong> eficienciasino <strong>de</strong> inteligencia, <strong>de</strong> la inteligencia que segenera hablando, dialogando, compartiendopuntos <strong>de</strong> vista y alcanzando situaciones <strong>de</strong>compromiso. Barber lo ha expresado en <strong>una</strong>frase magistral:“El autor <strong>de</strong>l lenguaje, el pensamiento, lafilosofía, la ciencia y el arte, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la ley,los pactos, los <strong>de</strong>rechos individuales, la autoridady la libertad no es el hombre sino los hombres.”4. Hablar y pensar:condiciones <strong>para</strong> <strong>una</strong> <strong>administración</strong>inteligenteEn este último apartado intentaremos avanzaren el cómo <strong>de</strong> <strong>una</strong> APD. ¿Cómo se construye<strong>una</strong> <strong>administración</strong> que hable, piense y actúeinteligentemente? ¿Cómo lograrlo cuandopartimos <strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lo basado en lainstitucionalización <strong>de</strong>l silencio y la <strong>de</strong>sconfianza?¿Cómo alcanzar la lógica <strong>de</strong>l hacerlo entre todosin sucumbir al riesgo <strong>de</strong> … y la casa por barrer.No hay respuestas simples a estos interrogantes.Incluso más, la primera y contun<strong>de</strong>nte respuestaque <strong>de</strong>beríamos dar –<strong>para</strong> no generar falsasexpectativas- es que hacer lo que se proponees muy difícil, dificilísimo. Pasar <strong>de</strong>l cada unoa lo suyo al entre todos no se logra ni coninstrucciones administrativas ni con las quizámás sofisticadas recomendaciones <strong>de</strong> la ingenieríaorganizativa. No hay <strong>una</strong> receta clara y asequible.Debemos transformar el alma, la esencia <strong>de</strong> laorganización; y esto no se logra por <strong>de</strong>creto.Necesitamos, pues, modificar <strong>una</strong> estructuragenética que sólo entien<strong>de</strong> <strong>de</strong> especializacionesy segmentaciones y que, a<strong>de</strong>más, condicionanuestros comportamientos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace al menosdos siglos.La dificultad <strong>de</strong> la tarea es enorme y, por lotanto, no nos atrevemos a lanzar listados <strong>de</strong>recomendaciones. Nos limitaremos, en cambio,a <strong>de</strong>stacar 4 condiciones que pue<strong>de</strong>n ayudarnosa empren<strong>de</strong>r el camino. No se trata <strong>de</strong> solucionescon resultados inmediatos, sino <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as conlas que ir trabajando <strong>para</strong> no per<strong>de</strong>r la dirección<strong>de</strong>l cambio que, en nuestra opinión, <strong>de</strong>bemosempren<strong>de</strong>r.4.1. Buen gobierno y transparencia:las condiciones <strong>de</strong> partidaQuim BRUGUÉ. Una <strong>administración</strong> que habla es <strong>una</strong> <strong>administración</strong> que piensaYa hemos insistido en la necesidad <strong>de</strong> construir<strong>una</strong> <strong>administración</strong> inteligente y en cómo, <strong>para</strong>lograrlo, es imprescindible dotarla <strong>de</strong> capacidad65
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BibliografíaALGUACIL, J. (ed) Ciud
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Acción Contra el Hambre, Aïchi NG