sombras <strong>de</strong> corrupción en el sistema. Así, frentea aquellos que cuestionan la introducción <strong>de</strong>nuevos instrumentos participativos por la alicaídavida que siguen los existentes, podría <strong>de</strong>cirse, sinnecesidad <strong>de</strong> entrar en el análisis <strong>de</strong> la virtualidad<strong>de</strong> los mismos, que el sistema no sólo se legitimapor el grado <strong>de</strong> utilización que <strong>de</strong> sus instrumentos<strong>de</strong> participación se haga. Su legitimidad radicatambién en la mera existencia <strong>de</strong> vías que ofrezcana los ciudadanos la posibilidad <strong>de</strong> expresar suopinión y en los esfuerzos que se hagan <strong>para</strong>que éstas sean utilizadas. Des<strong>de</strong> esta perspectiva,es difícil cuestionar que incrementar esos caucese incentivar su utilización, por el mero hecho<strong>de</strong> hacerlo, contribuye a legitimar el sistema,<strong>de</strong>bilitando las críticas. Si los cauces <strong>de</strong> participaciónque se arbitran son relevantes cuantitativa ycualitativamente y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el po<strong>de</strong>r público seimpulsa su utilización, la fortaleza moral <strong>de</strong>lsistema crecerá eliminando grietas y argumentosa sus enemigos.En segundo lugar, pue<strong>de</strong> alegarse la notableimportancia y significación <strong>de</strong> la minoría que<strong>de</strong>sea <strong>una</strong> participación más constante y activaen la vida política. Se trata <strong>de</strong> <strong>una</strong> minoríaintensa y, normalmente, con un alto grado <strong>de</strong>influencia sobre la opinión pública. Una minoríaque, a<strong>de</strong>más, en el tiempo presente, no esperaque las instituciones pongan en marcha nuevoscanales <strong>de</strong> participación <strong>para</strong> incrementar supresencia pública. Esa minoría es hoy vanguardiaen el aprovechamiento <strong>de</strong> la tecnología <strong>para</strong>fortalecer la presencia social y los movimientosciudadanos. Precisamente, el hecho <strong>de</strong> que esastecnologías multipliquen las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>hacer política informal es uno <strong>de</strong> los argumentosmás relevantes <strong>para</strong> avalar en la actualidad lareforma institucional. No pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>sconocerseque esta circunstancia favorece el crecimientocuantitativo <strong>de</strong> esa minoría activa. Por otraparte, con ello, cabe aventurar <strong>una</strong> intensificación<strong>de</strong> la sectorialización <strong>de</strong> esa participación. Lamayoría <strong>de</strong> los ciudadanos pue<strong>de</strong>n no estarinteresados en un seguimiento constante <strong>de</strong>los avatares políticos generales. Sin embargo,<strong>para</strong> <strong>una</strong> parte significativa sí pue<strong>de</strong> tener interésla posibilidad <strong>de</strong> participar, influir o informarse,sobre materias concretas que son las queconstituyen el objeto <strong>de</strong> su actividad o interés.La participación sectorializada pue<strong>de</strong> acabarinteresando a un amplio espectro <strong>de</strong> ciudadanosy, en consecuencia, incrementar significativamentela atención por los cauces <strong>de</strong> relación con elpo<strong>de</strong>r político.Junto a estos argumentos, y otros semejantesque podrían ser traídos a colación <strong>para</strong>cuestionar la inercia actual, es forzoso <strong>de</strong>tenerseen consi<strong>de</strong>rar si el <strong>de</strong>sapego generalizado enrelación con la política y los políticos no tiene<strong>una</strong>s causas cuya modificación contribuiría aalterar la situación. Antes <strong>de</strong> proseguir estalínea argumental es conveniente señalar comorecientes experiencias <strong>de</strong>muestran con claridadque en <strong>de</strong>terminadas situaciones, cuando sepercibe que hay algo realmente importante enjuego, el ciudadano se compromete y olvida sudistancia. Las referencias que se realizan son,pues, <strong>para</strong> tiempos que bien pue<strong>de</strong>n ser llamados<strong>de</strong> normalidad. Es sobre los mismos sobre losque, <strong>para</strong>dójicamente, se proyectan las sombrasmás negras que en la actualidad manchan lapraxis <strong>de</strong>mocrática.Es posible que la política no pueda ser materia<strong>de</strong> atención constante y universal. Seguramente,a<strong>de</strong>más, es cierto que no es conveniente queasí sea. Pero entre los extremos, existen caminosintermedios que bien pue<strong>de</strong>n pasar por crear<strong>una</strong> cultura pública más incentivadora <strong>de</strong> lapresencia <strong>ciudadana</strong> en la política o por favorecerla mencionada participación sectorializada.Junto a ello, esta la inexcusable necesidad <strong>de</strong>quitar a la política el óxido que hoy la mancha.Nada bueno pue<strong>de</strong> provenir <strong>de</strong> <strong>una</strong> actitudcrítica, cáustica y <strong>de</strong>sconfiada en el mejor <strong>de</strong>los casos. En situación <strong>de</strong> normalidad pue<strong>de</strong>presuponerse que nada suce<strong>de</strong>. Pero nada haceposible exten<strong>de</strong>r la creencia a situacionesextraordinarias. La propia singularidad <strong>de</strong> los<strong>de</strong>safíos a los que ha <strong>de</strong> hacer frente el or<strong>de</strong>npolítico obliga a pensar en cambios significativos<strong>de</strong> estrategia y comportamiento que haganviable <strong>una</strong> mayor confianza <strong>de</strong> los ciudadanos40
en sus instituciones y representantes. No setrata, pues, <strong>de</strong> generalizar el animal político ni<strong>de</strong> evocar ágoras imposibles. Se trata <strong>de</strong> cambiarcomportamientos, eliminar vicios, establecercauces comunicativos y, porque no, <strong>de</strong> limpiarfachadas cuya excesiva suciedad pue<strong>de</strong> hacerlasproclives al engaño.La salud y la estabilidad <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia no<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, sólo <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> susinstituciones. Depen<strong>de</strong>n, en medida muysignificativa, <strong>de</strong> las cualida<strong>de</strong>s y actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>los ciudadanos. Pero sería injusto <strong>de</strong>tenerse enesta afirmación sin referirse a la cuota <strong>de</strong>responsabilidad que sobre esas actitu<strong>de</strong>s poseenaquellos que personifican el quehacer político.El político tiene que adoptar actitu<strong>de</strong>s quepropicien el respeto <strong>de</strong> los ciudadanos por sutrabajo y empren<strong>de</strong>r políticas que eduquen enel respeto y necesidad <strong>de</strong> lo público. Su <strong>de</strong>ber esgran<strong>de</strong> al respecto. Le correspon<strong>de</strong> un li<strong>de</strong>razgoque transcien<strong>de</strong> el mero ejercicio <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>para</strong>ser <strong>de</strong>terminante <strong>de</strong> la actitud con la que secontemple la vida pública por la mayoría <strong>de</strong> losciudadanos. Ello no supone eximir <strong>de</strong> cualquierresponsabilidad al individuo. Sería tan equivocadocomo irreal. Pero se trata <strong>de</strong> un juego <strong>de</strong> equilibrios,<strong>de</strong> flujos <strong>de</strong> mutua alimentación, en los que laprimera obligación siempre ha <strong>de</strong> correspon<strong>de</strong>ral que ejerce el po<strong>de</strong>r, al que es elegido <strong>para</strong> elloy, en consecuencia, ostenta el li<strong>de</strong>razgo y laresponsabilidad.La conclusión no pue<strong>de</strong> ser otra que la <strong>de</strong>afirmar la necesidad <strong>de</strong> introducir importantescambios en el funcionamiento tradicional <strong>de</strong> lapolítica al objeto <strong>de</strong> que ofrezca incentivossuficientes <strong>para</strong> el ciudadano. De lo contrario,será inevitable que el espíritu público <strong>de</strong> las<strong>de</strong>mocracias occi<strong>de</strong>ntales continúe <strong>de</strong>scendiendo,no siendo fácil pre<strong>de</strong>cir cuál será el final <strong>de</strong> uncamino emprendido sin guía ni ruta cierta. Así,sea cual sea la opinión que merezcan lasformulaciones que plantean el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>mo<strong>de</strong>los más participativos, lo que pareceinnegable es que seguir apostando por <strong>una</strong>ciudadanía esencialmente <strong>de</strong>sactivada estaabocado a consecuencias in<strong>de</strong>seables (16) .Las consi<strong>de</strong>raciones realizadas <strong>de</strong>ben ser tenidasen cuenta a la hora <strong>de</strong> abordar el examencontemporáneo <strong>de</strong> la Institución parlamentariay, sobre todo, en el momento <strong>de</strong> diseñar sus líneas<strong>de</strong> futuro. El Parlamento <strong>de</strong>be seguir cumpliendosu función instrumental y seguir respondiendoa la necesidad <strong>de</strong> la especialización <strong>de</strong>l trabajo,permitiendo que no todos los ciudadanos tenganque ejercer el po<strong>de</strong>r que les correspon<strong>de</strong>. Perono pue<strong>de</strong> ser sólo eso, un órgano especializadoe instrumental. El Parlamento es también<strong>de</strong>mocracia, entendida en el sentido esencial<strong>de</strong>l término. Democracia en el Parlamentosignifica que aunque es se<strong>de</strong> <strong>para</strong> el ejercicio<strong>de</strong> la política por sus profesionales es tambiénel lugar don<strong>de</strong> se ejerce el po<strong>de</strong>r que a todoscorrespon<strong>de</strong>. Ello no pue<strong>de</strong> traducirse tan sólo enlas necesarias formulaciones retóricas. Tambiénrequiere <strong>de</strong> la traducción física, <strong>de</strong> la capacidad<strong>de</strong> transmitir al ciudadano su pertenencia a lossalones solemnes. Se trata <strong>de</strong> <strong>una</strong> concepciónvalorativa <strong>de</strong> la Institución que <strong>de</strong>be servir <strong>para</strong>complementar y paliar las insuficiencias <strong>de</strong> lasociedad-mercado.Para po<strong>de</strong>r alcanzar el objetivo antedicho seránecesario fortalecer la cultura participativa y laética <strong>de</strong> la responsabilidad pública. <strong>Participación</strong>y responsabilidad son conceptos que se incorporancon fuerza a la agenda política. Las institucionestienen que asumirlos como propios. Más quereflexiones externas al sistema <strong>de</strong>bieran serimpulsos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mismo. De ambos conceptossurgen i<strong>de</strong>as-fuerza con capacidad suficiente <strong>para</strong>aglutinar y movilizar. El Parlamento <strong>de</strong>be ocuparun lugar singular entre todas las institucionesya que ning<strong>una</strong> se encuentra tan vinculada aJosé TUDELA. Parlamento, ciudadanía y <strong>de</strong>mocracia representativa(16)Kymlicka señala como experiencias recientes <strong>de</strong>muestran que la salud <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mocracias mo<strong>de</strong>rnas no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> sólo <strong>de</strong> la justicia<strong>de</strong> sus instituciones básicas sino también <strong>de</strong> las cualida<strong>de</strong>s y actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su ciudadanos, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> su sentimiento <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad,<strong>de</strong> su tolerancia <strong>de</strong> su <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> participación (W. KYMLICKA, La ciudadanía multicultural, ob. cit., p. 241 y 242; F. VALLESPIN, Elfuturo <strong>de</strong> la política, ob. cit., p. 20; J. PEÑA, La ciudadanía en Teoría política, po<strong>de</strong>r, moral y <strong>de</strong>mocracia, ob. cit., p. 233.)41
- Page 1 and 2: Participación Ciudadana...para una
- Page 3 and 4: PresentaciónPresentaciónLa democr
- Page 5 and 6: PrólogoPrólogoHace dos años… E
- Page 9 and 10: Los espejismos de la razóny los ca
- Page 11 and 12: En la práctica todo ello funciona,
- Page 13 and 14: 2. Más allá de las certezas y los
- Page 15 and 16: que lo que debería hacerse es simp
- Page 17 and 18: que estas alternativas surjan. Por
- Page 19: 4. A modo de conclusión.La interve
- Page 22 and 23: 1. ¿Adaptación o proyecto?Este pa
- Page 24 and 25: social, la política queda subordin
- Page 26 and 27: 3. Salir del pesimismoCreo que buen
- Page 28 and 29: 4. Mas allá del poder y la impoten
- Page 30: sensibilidad hacia otras posibilida
- Page 36 and 37: azones técnicas son secundarias pa
- Page 38 and 39: fundamental a resolver. Es la compl
- Page 40 and 41: que el desarrollo de las nuevas tec
- Page 44 and 45: los citados conceptos. Y debe hacer
- Page 46 and 47: aquellos temas que a la comunidad m
- Page 48 and 49: seguro han de plantearse en un cami
- Page 50 and 51: deberá primar una interpretación
- Page 52 and 53: Al igual que se indicó en su momen
- Page 54 and 55: ésta sea una cuestión propiamente
- Page 57 and 58: Una administración que hablaes una
- Page 59 and 60: sustantivo objeto de la regulación
- Page 61 and 62: posible (es decir, para maximizar l
- Page 63 and 64: o esperanzadas- se convierten en el
- Page 65 and 66: tienen otras perspectivas, que pier
- Page 67 and 68: la capacidad del debate entre ciuda
- Page 69 and 70: ganas de participar en ellas o, má
- Page 71 and 72: habilidades diversas, entre las que
- Page 73: KICKERT, W. et al. Managing Complex
- Page 76 and 77: La evolución posterior se decantar
- Page 78 and 79: Derecho, es decir, la democracia se
- Page 80 and 81: derechos y oportunidades: a) Partic
- Page 82 and 83: y local-. En concreto, el “princi
- Page 84 and 85: Alude a los fundamentos y al modo d
- Page 86 and 87: Por otra parte, la referida jurispr
- Page 88 and 89: Dentro de estos Estatutos de Autono
- Page 90 and 91: los parámetros participativos impu
- Page 92 and 93:
gobierno-, para que el órgano gube
- Page 94 and 95:
Respecto al poder legislativo, la C
- Page 96 and 97:
asistiendo a un desarrollo normativ
- Page 98 and 99:
de este precepto estatal, la normat
- Page 100 and 101:
ciudadana en la Administración san
- Page 102 and 103:
derechos reconocidos a los ciudadan
- Page 104 and 105:
Administración de la Comunidad Aut
- Page 106 and 107:
que hagan eficaz el ejercicio del d
- Page 108 and 109:
106
- Page 110 and 111:
para poder aportar a este libro, a
- Page 112 and 113:
importante, pero es en la política
- Page 114 and 115:
provocado desajustes y, también, c
- Page 116 and 117:
diseñar unos procesos que están l
- Page 118 and 119:
de la importancia de la legislació
- Page 120 and 121:
118
- Page 122 and 123:
presente para todos los miembros de
- Page 124 and 125:
2. La Participación,riesgos y conf
- Page 126 and 127:
eficientemente los problemas de la
- Page 128 and 129:
medio de resolver los conflictos so
- Page 130 and 131:
Algunas respuestas desde lo localLa
- Page 132 and 133:
acaban descafeinando de tal manera
- Page 134 and 135:
de la tendencia de los habitantes d
- Page 136 and 137:
Esos alcaldes parecen farmacias de
- Page 138 and 139:
4. Modelos de participaciónA conti
- Page 140 and 141:
los grupos más significativos del
- Page 142 and 143:
5. Formas de participación5.1. La
- Page 144 and 145:
6. El reglamento municipal de parti
- Page 146 and 147:
Sin embargo, no se conocen demasiad
- Page 148 and 149:
BibliografíaALGUACIL, J. (ed) Ciud
- Page 150 and 151:
148
- Page 152 and 153:
esponsabilidad de los dirigentes qu
- Page 154 and 155:
instalaciones de gestión de residu
- Page 156 and 157:
participantes, con posibilidad de i
- Page 158 and 159:
4. Planes y Procesos EstratégicosU
- Page 160 and 161:
Ámbito temáticoAsistentesIndustri
- Page 162 and 163:
a los tempos políticos. Ya no exis
- Page 164 and 165:
Acción Contra el Hambre, Aïchi NG