El Padre Nuestro y el Credo - Centro Nacional de Catequesis
El Padre Nuestro y el Credo - Centro Nacional de Catequesis
El Padre Nuestro y el Credo - Centro Nacional de Catequesis
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
EL PADRENUESTRO Y EL CREDOpero es peor que si los tuviera cerrados” 419 ; en una palabra, <strong>el</strong> pecado gravenos lleva a la ruptura con la vida y por eso ocasiona la muerte.* * *<strong>El</strong> pecado hace experimentar al hombre <strong>el</strong> sinsabor <strong>de</strong> la muerte.Quienes tocan con sus manos la muerte producida por <strong>el</strong> pecado, tar<strong>de</strong> otemprano palpan también las consecuencias <strong>de</strong> este. Cuando <strong>el</strong> hombreconstata que <strong>el</strong> pecado no cumple con lo que promete, le quedan dos caminos:<strong>el</strong> camino <strong>de</strong> permanecer fuera <strong>de</strong> la vida o <strong>el</strong> camino que conduce <strong>de</strong>nuevo a la casa d<strong>el</strong> <strong>Padre</strong>; esto significa tomar conciencia <strong>de</strong> que, rota lacomunión, hay que volver a <strong>el</strong>la. Para regresar a la vida, es necesario, antetodo, tener claro qué es lo que ha contribuido a romper 420 con la comunióncon Dios y a los hermanos; es <strong>de</strong>cir, tener conciencia d<strong>el</strong> pecado con <strong>el</strong> cualnos hemos <strong>de</strong>jado engañar. Bien lo enseña Juan Crisóstomo, <strong>el</strong> que es consciente<strong>de</strong> su pecado no sólo se viste <strong>de</strong> saco y se encierra en la oscuridad<strong>de</strong> una habitación, sino, recordando las propias <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s, consi<strong>de</strong>randola vida, que aún nos queda por recorrer para <strong>el</strong> Reino <strong>de</strong> los ci<strong>el</strong>os. (...Y)meditando <strong>el</strong> grave daño <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r <strong>el</strong> Reino (...) ¡Gran sabiduría es consi<strong>de</strong>rarmuerto <strong>el</strong> mundo, y más <strong>el</strong>evado es consi<strong>de</strong>rarse muerto para él! (...)Sólo recordando la multitud <strong>de</strong> los pecados pasados, reconoceremos laabundancia <strong>de</strong> la gracia <strong>de</strong> Dios, solamente entonces nos volveremoshumil<strong>de</strong>s y vigilantes; pues cuanto más graves hayan sido las culpas, cuantomás gran<strong>de</strong> será nuestra confusión (...) Porque sin tal contrición jamáspodremos confesar –como se <strong>de</strong>be – los pecados prece<strong>de</strong>ntes –¿Cómo confesarlossi rechazamos su recuerdo?–, y seremos más propensos a cometerlos<strong>de</strong> nuevo” 421 .A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> esto, es necesario tener la certeza <strong>de</strong> que Dios no cierralas puertas <strong>de</strong> la clemencia a quienes quieren escapar <strong>de</strong> don<strong>de</strong> los ha <strong>de</strong>jado<strong>el</strong> pecado. La <strong>de</strong>sesperación propia <strong>de</strong> la muerte hun<strong>de</strong> la vida d<strong>el</strong> hombre:“Creed, pues, en Dios quienes por vuestros pecados estáis<strong>de</strong>sesperados <strong>de</strong> vuestra vida y, estáis añadiendo pecados apecados, y agraváis hasta lo profundo vuestra propia vida;creed, digo, que si os convirtiereis al Señor <strong>de</strong> corazón yobráis la justicia <strong>el</strong> resto <strong>de</strong> vuestros días y le servís rectamenteconforme a su voluntad, Él curará vuestros pecadosPropiedad <strong>de</strong> CENACAT419 Juan Crisóstomo, Homil. Sobre san Mateo 27,4.420 “Si su pecado no sólo le causa un grave daño a él sino que también sirve <strong>de</strong> escándalo para los<strong>de</strong>más, y al Obispo le parece que repercutirá en bien <strong>de</strong> la Iglesia, no rehúse hacer penitenciaante <strong>el</strong> conocimiento <strong>de</strong> muchos o incluso <strong>de</strong> todo <strong>el</strong> pueblo; no se oponga ni añada porvergüenza otro tumor a su llaga letal y mortal. Recuer<strong>de</strong> que siempre Dios resiste a los soberbiosy da su gracia a los humil<strong>de</strong>s. ¿Hay cosa más <strong>de</strong>sdichada, más perversa, que no sentir vergüenza<strong>de</strong> una herida que no pue<strong>de</strong> ocultarse y sentirla, en cambio d<strong>el</strong> vendaje”. Agustín <strong>de</strong> Hipona,Serm 351,9.421 Juan Crisóstomo, De poenitentia Homil. 1. Traducción <strong>de</strong> Santos Sabugal, <strong>El</strong> credo. La fecristiana... op. cit. 1012112