EL PADRENUESTRO Y EL CREDOsus manos la posibilidad <strong>de</strong> la reconciliación a través <strong>de</strong> la práctica <strong>de</strong> lalimosna “reina <strong>de</strong> las virtu<strong>de</strong>s, que transporta rápidamente a los hombreshasta la bóveda d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o, como óptima abogada (…) ya que no <strong>de</strong>bes temeraunque hubieras pecado mucho, al ser la limosna tu abogada, ningunapotencia <strong>de</strong> lo alto pue<strong>de</strong> resistirla.” 464 “Pero cuentas aún con otro camino<strong>de</strong> conversión más cómodo y que pue<strong>de</strong> liberarte <strong>de</strong> los pecados. Reza acada hora. No te canses <strong>de</strong> rezar ni te muestres negligente para suplicar lamisericordia <strong>de</strong> Dios. Mientras perseveres, Él no se echa atrás, sino queperdonará tus pecados y te conce<strong>de</strong>rá lo que pi<strong>de</strong>s (…). Que la oraciónperdona <strong>el</strong> pecado se enseña en los santos Evang<strong>el</strong>ios (Mt. 6,12; Mc 11,25)(…) La misma conversión era predicada (…) con ant<strong>el</strong>ación a la parusía <strong>de</strong>Cristo (cf Jr. 8,4; 3,7; Ps. 50,6). Pues es misericordioso quien dijo ‘¡no quierola muerte d<strong>el</strong> pecador, sino que se convierta y viva!’ (Ez. 18,23)” 465 .De entre las oraciones se privilegia la oración d<strong>el</strong> <strong>Padre</strong>nuestro, lacual implora a Dios <strong>el</strong> perdón por las culpas cometidas, por las <strong>de</strong>udas quehemos contraído, por las ofensas que nos han dirigido.A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la oración dominical, en la Liturgia se nos ofrece unanueva oportunidad para abrirnos al perdón que Dios conce<strong>de</strong> a sus hijos.En efecto, en <strong>el</strong> acto penitencial se nos perdonan también los pecados conlos cuales hemos ofendido a Dios, al hermano y a nosotros mismos. En estemomento se nos invita a buscar la reconciliación con nuestros hermanos:“Reunidos cada ‘día d<strong>el</strong> Señor’ (Apoc. 1,16 ó 10?; Act. 20,7;I Cor. 16,2; Mt. 28,1), partid <strong>el</strong> pan y dad gracias, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>haber confesado vuestros pecados, a fin <strong>de</strong> que vuestrosacrificio sea puro. Pero quien tenga contienda con su compañero,no se junte con vosotros hasta que no se hayanreconciliado, a fin <strong>de</strong> que no se profane vuestrosacrificio” 466 .De este modo, la Iglesia en la Divina Liturgia tiene <strong>el</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> abrirlas fuentes <strong>de</strong> la misericordia para conce<strong>de</strong>r un espacio <strong>de</strong> Reconciliaciónque disponen al creyente a c<strong>el</strong>ebrar <strong>el</strong> culto agradable a DiosTodopo<strong>de</strong>roso.* * *Propiedad <strong>de</strong> CENACATIV. CREO EN LA RESURRECCIÓN DE LA CARNE.Cuando los bautizados han vu<strong>el</strong>to a la paz y la comunidad se sientereconciliada, logra confesar los dos últimos artículos <strong>de</strong> la fe: la resurrección<strong>de</strong> los muertos y la vida futura.* * *124464 Juan Crisóstomo, Hom III, 1 sobre la limosna y las diez vírgenes, en La verda<strong>de</strong>ra conversión(Introducción, notas <strong>de</strong> José Fernando Toribio, Madrid, 1997).465 Juan Crisóstomo, Hom III, 4 sobre la limosna y las diez vírgenes en La verda<strong>de</strong>ra conversión…op. cit.466 Didajé XIV, 1-2 en <strong>Padre</strong>s Apostólicos… op. cit.
A. “Y no creemos, como algunos d<strong>el</strong>iran que hemos <strong>de</strong> resucitar encarne aérea o en otra cualquiera, sino en esta en que vivimos,subsistimos y nos movemos” 467Todos los anteriores artículos <strong>de</strong> nuestra fe encuentran en la resurrección<strong>de</strong> la carne su confirmación, al punto que bien po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que“quien no cree en esto no tiene fe en las cosas susodichas…” 468 Agustín <strong>de</strong>Hipona hace no solamente <strong>de</strong> ‘la resurrección <strong>de</strong> la carne’ <strong>el</strong> quicio <strong>de</strong> fe sino<strong>de</strong> la esperanza: “Nuestra esperanza no es otra que la resurrección <strong>de</strong> losmuertos y también nuestra fe (…). <strong>El</strong>iminada la fe en la resurrección <strong>de</strong> losmuertos, se <strong>de</strong>rrumba toda la doctrina cristiana” 469 .* * *1. “Y <strong>el</strong> Verbo se hizo carne” (Jn. 1,14).Nuestra resurrección es prolongación <strong>de</strong> la confesión <strong>de</strong> laResurrección <strong>de</strong> Cristo: si hay buenas primicias, hay buena señal que lacosecha será abundante, pues: “si no resucitó Cristo, vana es nuestra predicación,vana también nuestra fe (I Cor. 15,14) : ¡Todo está perdido y todocae, si Él no ha resucitado! (…) Todo <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la Resurrección <strong>de</strong>Cristo!” 470La resurrección <strong>de</strong> la carne es incomprensible sin la confesión <strong>de</strong> laEncarnación d<strong>el</strong> Hijo Eterno d<strong>el</strong> <strong>Padre</strong>. Hijo Eterno que se ha hecho carnecon <strong>el</strong> fin <strong>de</strong> que <strong>el</strong> hombre en plenitud goce <strong>de</strong> los bienes d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o. Conla Encarnación, <strong>el</strong> Hijo <strong>de</strong> Dios enseña a los hombres que la única pretensión<strong>de</strong> Dios es incorporar a la creatura humana a la vida divina, la vidaeterna 471 .Digámoslo <strong>de</strong> nuevo. Toda acción realizada por Cristo tenía comoúnico y solo interés <strong>de</strong>mostrarnos que su misión consistía en que <strong>el</strong> hombrepudiera ver al <strong>Padre</strong>. Cristo predicó para preparar <strong>el</strong> cuerpo y <strong>el</strong> alma d<strong>el</strong>hombre a la vida eterna, y si curó totalmente era para restaurar con susmilagros “cada miembro como al principio había sido plasmado, (…) y preparándoloperfecto para la resurrección (…) ¿Cómo se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir, portanto, que la carne no es capaz <strong>de</strong> acoger la vida que viene <strong>de</strong> Él, si acogiósus curaciones ? La vida, en efecto, se consigue mediante la curación, y laincorrupción mediante la vida. Quien, pues, da la curación también da lavida; y quien da la vida otorga también la incorrupción <strong>de</strong> la creatura” 472 .Propiedad <strong>de</strong> CENACATMEDITACIONES PARA CATEQUISTAS467 XI Concilio <strong>de</strong> Toledo (675) Dz 287.468 Pedro Crisólogo, Serm. 58,14 en Homilías escogidas (Introducción y notas <strong>de</strong> Alexandre Olivar,traducción <strong>de</strong> Jesús Garitaonandia, Madrid, 1998).469 Agustín <strong>de</strong> Hipona, Serm. 361,2 en Obras completas <strong>de</strong> san Agustín (Traducción y notas <strong>de</strong> Pío<strong>de</strong> Luis, Madrid, 1985).470 Juan Crisóstomo, In Epist. I ad Cor. Hom. XXXIX PG 61,334.336.471 “Debes creer que también en la carne resucitará. Pues, ¿por qué fue necesario que Cristoasumiera la carne? Pues ¿por qué fue necesario que Cristo gustara la muerte, la sepultura y s<strong>el</strong>evantara? ¿Por qué hizo todo eso, sino por tu resurrección? Todo este misterio es <strong>el</strong> misterio <strong>de</strong>tu resurrección. Porque si ‘Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe’ “Ambrosio <strong>de</strong> Milán,Explan. symboli PL 14, 1195.472 Ireneo <strong>de</strong> Lyon, Adv. Haer. V, 12,6 en Antonio Orbe, Teología <strong>de</strong> san Ireneo I. Comentario alLibro V d<strong>el</strong> ‘Adversus Haereses’ (Madrid, 1985).125