El Padre Nuestro y el Credo - Centro Nacional de Catequesis
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EL PADRENUESTRO Y EL CREDO<strong>El</strong> ejercicio <strong>de</strong> este ministerio <strong>de</strong>be estar sustentado en lacerteza <strong>de</strong> que la piadosa Madre Iglesia “en ninguna clase <strong>de</strong>pecados pier<strong>de</strong> sus vísceras <strong>de</strong> misericordia” 457 . Es en la actitud<strong>de</strong> bondad entrañable <strong>de</strong> sus ministros que la comunidadcristiana lava con lágrimas a sus hijos 458 .Por tanto, toda actitud intransigente o intolerante para con <strong>el</strong>penitente son una verda<strong>de</strong>ra provocación a Dios. <strong>El</strong> Ministroque le cierra las fuentes <strong>de</strong> la gracia al dolido pecador y no l<strong>el</strong>ava su corazón <strong>de</strong> carmesí, acarrea para sí mismo consecuenciasnefastas. Entre las consecuencias más dolorosas se encuentra la<strong>de</strong> que los hombres no lo reconozcan como un ministro <strong>de</strong> losbienes d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o. Por lo <strong>de</strong>más, tal actitud es una verda<strong>de</strong>ra yabierta ofensa a Aquél que lo llamó para poner las riquezas d<strong>el</strong>a vida divina al servicio <strong>de</strong> sus hermanos:“<strong>El</strong> Señor Jesús – dice san Ambrosio – se ofendió más con la severidadque por la misericordia <strong>de</strong> los discípulos” 459 .* * *b.2. <strong>Padre</strong> que ama y médico que curaLa misericordia que <strong>el</strong> sacerdote ejerce en la confesión <strong>de</strong> lospecados <strong>de</strong> sus hermanos es un verda<strong>de</strong>ro acto <strong>de</strong> sanación.Y sanar implica: aconsejar, corregir, hacer ver qué accionesdañan <strong>el</strong> corazón d<strong>el</strong> hombre; implica <strong>el</strong> tratamiento <strong>de</strong> susenfermeda<strong>de</strong>s, pues no basta hacer ver <strong>el</strong> mal, es necesariodar la sanación al enfermo.Si bien es cierto que <strong>el</strong> Confesor es un verda<strong>de</strong>ro médico d<strong>el</strong>alma, sin embargo, más que <strong>el</strong>lo es un padre, <strong>el</strong> cual, congran preocupación y compasión, cariño y escucha, haceexperimentar al hombre pecador <strong>el</strong> encuentro con Dios y <strong>el</strong>consiguiente regreso a la casa paterna: “Por medio <strong>de</strong> lacorrección, reciben los hermanos en la fe la remisión <strong>de</strong> susfaltas, y son librados <strong>de</strong> la amenaza d<strong>el</strong> castigo futuro (…)Sabiendo esto –Dios nos otorgó la penitencia, nos mostró <strong>el</strong>remedio <strong>de</strong> la contrición, estableciendo como médicos <strong>de</strong>esta a los pontífices, a fin <strong>de</strong> que, recibiendo aquí por susintermediarios <strong>el</strong> tratamiento y <strong>el</strong> perdón <strong>de</strong> los pecados, nosveamos libres <strong>de</strong> la venganza futura –, con gran confianza<strong>de</strong>bemos acercarnos y rev<strong>el</strong>ar nuestros pecados a lospontífices, sentados como verda<strong>de</strong>ros padres, quienes conPropiedad <strong>de</strong> CENACAT457 Agustín <strong>de</strong> Hipona, Serm. 352,9.458 “(La Iglesia) posee <strong>el</strong> agua y las lágrimas; es <strong>de</strong>cir, <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> bautismo y las lágrimas <strong>de</strong> la459penitencia”. Ambrosio <strong>de</strong> Milán, Epístola XLI,12 PL 16,1164B.Ambrosio <strong>de</strong> Milán, La penitencia I, 16,87.122