EL PADRENUESTRO Y EL CREDODios es cercano al hombre, y por <strong>el</strong>lo está siempre preocupado <strong>de</strong>sus necesida<strong>de</strong>s. Tiene la mirada en nuestros sufrimientos y está atento a loque le pedimos. No obstante, esta realidad <strong>de</strong> la cercanía <strong>de</strong> Dios no significaque Él pueda ser reducido a una <strong>de</strong>terminada estructura creada. Poresta razón, una vez que se ha confesado la cercanía <strong>de</strong> Dios, Cristo nosenseñó a <strong>de</strong>cir: “que estás en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o”. A Dios no se le pue<strong>de</strong> reducir, nipo<strong>de</strong>mos, ni <strong>de</strong>bemos imaginar “que tiene figura corporal y que allí habiteen lugar <strong>de</strong>terminado” 39 . Agustín <strong>de</strong> Hipona, en <strong>el</strong> comentario d<strong>el</strong> Sermón<strong>de</strong> la Montaña, dice en forma abreviada, pero profunda, “Dios, no es contenidoen un espacio concreto” 40 . Incluso cuando se dice ‘que está en losci<strong>el</strong>os’, no referido a lugar alguno sino a hallarse con Dios allí don<strong>de</strong> no hayinjusticias, don<strong>de</strong> no hay plagas <strong>de</strong> crímenes, don<strong>de</strong> no se encuentran lasheridas <strong>de</strong> la muerte 41 .Con esta súplica se invita a los creyentes a creer que hay ci<strong>el</strong>o y que,por tanto, no hay <strong>de</strong>recho a clavar la mirada y a fijar los ojos en la tierra,perdiendo <strong>el</strong> gozo <strong>de</strong> los bienes eternos 42 . Cuando <strong>el</strong> hombre reconoce quea Dios no se le pue<strong>de</strong> encerrar en una estructura i<strong>de</strong>ológica o sentimental,compren<strong>de</strong> que él no pue<strong>de</strong> absolutizar, mejor aún, no pue<strong>de</strong> divinizarninguna estructura. Debe amar al mundo, lo que lo ro<strong>de</strong>a, pero con unaconciencia <strong>de</strong> ir siempre más allá <strong>de</strong> todo. 43 Tal era en <strong>el</strong> fondo <strong>el</strong> sentidod<strong>el</strong> martirio. Los cristianos son martirizados porque ven <strong>el</strong> “ci<strong>el</strong>o abierto”(Act. 7,56) como <strong>el</strong> lugar don<strong>de</strong> resi<strong>de</strong> <strong>el</strong> Absoluto; <strong>el</strong>los se resisten a ver enlas estructuras sociales o i<strong>de</strong>ológicas <strong>el</strong> lugar don<strong>de</strong> vive Dios <strong>de</strong>finitivamente44 .* * *Santificado sea tu nombrePara que seamos conscientes <strong>de</strong> que <strong>el</strong> nombre <strong>de</strong> Dios no es respetadoo santificado cada vez que preten<strong>de</strong>mos reducirlo a una estructuracreada, a las palabras “que estás en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o” nos enseña <strong>el</strong> Maestro a <strong>de</strong>cir:“santificado sea tu nombre”.Propiedad <strong>de</strong> CENACAT39 Orígenes, De orat. 23,1. “He creído -señala Orígenes- necesario hacer esta reflexión alcomentar “<strong>Padre</strong> nuestro que estás en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o”, rechazando la i<strong>de</strong>a tan impropia que tienen <strong>de</strong>Dios quienes o imaginan en un lugar concreto <strong>de</strong> los ci<strong>el</strong>os, <strong>de</strong> lo cual lógicamente se podríaconcluir que Dios es corpóreo”. Orígenes, De orat. 23,3.40 ‘Non enim spatio locorum continetur Deus” Agustín <strong>de</strong> Hipona, Serm. in mont. II, V, 17. “<strong>El</strong> ci<strong>el</strong>oestá allí don<strong>de</strong> ha cesado la culpa, <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o está allí don<strong>de</strong> son castigados los crímenes, <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>oestá allí don<strong>de</strong> ya no hay ninguna herida <strong>de</strong> la muerte”. Ambrosio <strong>de</strong> Milán, De Sacram. V.4,20.41 “<strong>El</strong> ci<strong>el</strong>o está allí don<strong>de</strong> ha cesado la culpa, <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o está allí don<strong>de</strong> son castigados los crímenes,<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o está allí don<strong>de</strong> ya no hay ninguna herida <strong>de</strong> la muerte”. Ambrosio <strong>de</strong> Milán, De Sacram.V. 4,20.42 “¡Oh hombre! Tú no te atrevías a dirigir la mirada al ci<strong>el</strong>o, teniendo tus ojos fijos en la tierra”.Ambrosio <strong>de</strong> Milán, De Sacram.V, 4, 19-20.43 Catecismo <strong>de</strong> la Iglesia Católica, 2794.44 Cf. H. Rahner, La libertad <strong>de</strong> la Iglesia en Occi<strong>de</strong>nte (Buenos Aires, 1929), pássim.18
Esta petición ha sido objeto <strong>de</strong> precisos comentarios por parte <strong>de</strong> los<strong>Padre</strong>s <strong>de</strong> la Iglesia. Los comentarios mejor logrados son los <strong>de</strong> Orígenes.Dice <strong>el</strong> teólogo alejandrino:“Estas palabras pue<strong>de</strong>n dar a enten<strong>de</strong>r o que todavía no seha obtenido para sí aqu<strong>el</strong>lo por lo que se ora, o que se <strong>de</strong>bepedir la conversión <strong>de</strong> algo que no es permanente, es claro,en todo caso, que, según Mateo y Lucas, somos invitados a<strong>de</strong>cir “santificado sea tu nombre” como si realmente todavíano hubiera sido santificado <strong>el</strong> nombre <strong>de</strong> Dios, como si nolo tuviera ya. Y preguntará alguien: ¿Cómo es estoposible?” 45 .Orígenes hace una brillante observación. Si se pi<strong>de</strong> que <strong>el</strong> nombre<strong>de</strong> Dios sea santificado es porque aún existe la triste constatación <strong>de</strong> que sunombre no es santificado en <strong>el</strong> mundo; que todavía se da la profanación 46o lo que es lo mismo <strong>de</strong>cir que se toma <strong>el</strong> nombre <strong>de</strong> Dios en falso porquese aplica la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Dios a cosas totalmente impropias:“Pues <strong>el</strong> que aplica <strong>el</strong> nombre <strong>de</strong> Dios a cosas que no conviene,toma <strong>el</strong> nombre <strong>de</strong> Dios en vano” 47 .Esto significa que <strong>el</strong> nombre <strong>de</strong> Dios no se pue<strong>de</strong> instrumentalizar,o usurpar <strong>el</strong> misterio sagrado d<strong>el</strong> Otro, que en este caso es <strong>el</strong> mismo Dios.Utilizar <strong>el</strong> nombre <strong>de</strong> Dios para cosas que no nos convienen es preten<strong>de</strong>rmanipularlo a Él. Dios es cercano al hombre, pero no se pue<strong>de</strong> encerrar enestructuras sociales o r<strong>el</strong>igiosas, ni tampoco se pue<strong>de</strong> reducir a meros conceptosacadémicos.Santificar a Dios es amarlo por ser Él quien es y no por lo que nospue<strong>de</strong> servir. Por eso <strong>el</strong> hombre santifica a Dios no sólo cuando sabe reconocerlos beneficios con los que Dios lo enriquece 48 , sino también cuandollega a obtener “una i<strong>de</strong>a verda<strong>de</strong>ra y sublime <strong>de</strong> las propieda<strong>de</strong>s divinas’’ 49 .Así lo enseña san Agustín cuando, en sus homilías sobre <strong>el</strong> Sermón <strong>de</strong> laMontaña, dice que santificar <strong>el</strong> nombre <strong>de</strong> Dios es conocerlo a Él y conociéndololo puedan amar y evitar ofen<strong>de</strong>rle 50 .Cuando <strong>el</strong> creyente sabe que Dios es santificado, respetado, confiesa<strong>el</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Dios <strong>de</strong> santificar a todas las personas, las cosas, las institu-Propiedad <strong>de</strong> CENACATMEDITACIONES PARA CATEQUISTAS45 Orígenes, De orat. 24,1.46 ‘‘Lo digamos o no lo digamos, santo es por naturaleza <strong>el</strong> nombre <strong>de</strong> Dios. Pero ya que en losque pecan es profanado (...) suplicamos que en nosotros sea santificado <strong>el</strong> nombre <strong>de</strong> Dios”.Cirilo <strong>de</strong> Jerusalén , Cateq. XXIV, 12.47 Orígenes, De orat. 24, 3.48 ‘‘Santificar <strong>el</strong> nombre <strong>de</strong> Dios es reconocer, o que reconozcan los beneficios con los que Diosenriquece a todo hombre y que hace que se le <strong>de</strong>ba un reconocimiento en todos los lugares yen todos los momentos”. Tertulliano, De orat. III PL 1, 125849 Orígenes, De orat. 24, 5.50 Agustín <strong>de</strong> Hipona, Serm. in mont. II, V, 19.19