EL PADRENUESTRO Y EL CREDOcuando en <strong>el</strong>la se asoma la Eterna; cuando no hay dolor, ni tristeza, ni llanto,cuando no tenemos <strong>el</strong> temor <strong>de</strong> la pobreza, ni la enfermedad, cuandolos años no disminuyen las fuerzas, ni las incomodida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los años dañana los <strong>de</strong>más 510 . La humanidad gozará <strong>de</strong> los bienes que eternamente lecomunica la Familia divina. La vida eterna no es sólo <strong>el</strong> abandono <strong>de</strong> los<strong>de</strong>seos mundanos y la ausencia d<strong>el</strong> <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n que <strong>el</strong> pecado ha introducidoen las r<strong>el</strong>aciones entre los hombres. En <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o <strong>el</strong> hombre gozará <strong>de</strong> losbienes preparados por <strong>el</strong> Señor en los cuales <strong>el</strong> hombre se d<strong>el</strong>eitará y disfrutará,pues tendrá lugar <strong>el</strong> tiempo d<strong>el</strong> perdón 511 .Decir vida eterna es proclamar sin los miedos <strong>de</strong> la historia que loperece<strong>de</strong>ro pasará, que todo lo que impi<strong>de</strong> la comunión perfecta no existirá:“No habrá juventud, porque no habrá ancianidad; no habrá necesidad <strong>de</strong>alimentarse, porque no habrá hambre; no existirán los negocios, no habráindigencia” 512 . Más todavía. <strong>El</strong> egoísmo que ha producido <strong>el</strong> hambre en <strong>el</strong>mundo será <strong>el</strong>iminado y será <strong>el</strong>iminada, por tanto, <strong>el</strong> hambre; no habrá yasedientos, y <strong>el</strong> traje que vestirán los hombres será la inmortalidad; entonces,no existirán los <strong>de</strong>snudos; ni habrá quienes mueran por falta <strong>de</strong> un medicamentoya que todos gozarán <strong>de</strong> la salud… no habrá esclavos, todos seremoslibres 513 : “Ya no dominará la corrupción a quienes vivamos inmortalmentey permanezcamos con la misma Vida eterna. Ni necesitaremos vestido alguno,don<strong>de</strong> seremos vestidos con la Inmortalidad. Ni nos faltará alimento,cuando <strong>el</strong> mismo Pan vivo, que por nosotros <strong>de</strong>scendió d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o a la tierra(Cf. Jn. 6, 33.41-50s. 59), saciará con su presencia nuestras almas. Tampocofaltará bebida allí don<strong>de</strong> está la fuente <strong>de</strong> la vida (cf. Is. 58,11;12,3). ‘Nossaciará’, en efecto, ‘con la abundancia <strong>de</strong> su casa y aliviará nuestros corazones‘con <strong>el</strong> torrente <strong>de</strong> sus d<strong>el</strong>icias’ (Salm. 35,9). No sufriremos <strong>el</strong> calor,pues es nuestro refrigerio quien nos protegió y ‘protege bajo la sombra <strong>de</strong>sus alas’ (cf. Ps. 35,8). No sufriremos <strong>el</strong> calor, don<strong>de</strong> está <strong>el</strong> Sol <strong>de</strong> justicia(cf Mal. 4,2), <strong>el</strong> cual, rescaldará nuestros ojos (cf Esdr. 9,8) para que vean ladivinidad e igualdad d<strong>el</strong> <strong>Padre</strong>, d<strong>el</strong> Hijo y d<strong>el</strong> Espíritu Santo” 514 .Entonces, se realizará la anh<strong>el</strong>ada comunión perfecta, nos sentiremosorgullosos <strong>de</strong> la plenitud <strong>de</strong> las riquezas <strong>de</strong> nuestros hermanos: “Allíestá <strong>el</strong> coro glorioso <strong>de</strong> los Apóstoles, <strong>el</strong> grupo <strong>de</strong> los profetas gozosos, lainnumerable multitud <strong>de</strong> los coronados por los méritos <strong>de</strong> su lucha y sufrimientos,las vírgenes que triunfaron <strong>de</strong> la concupiscencia <strong>de</strong> la carne con <strong>el</strong>vigor <strong>de</strong> la castidad, los que hicieron buenas obras socorriendo a los pobrescon limosna y que, por cumplir los preceptos d<strong>el</strong> Señor, transfirieron supatrimonio terreno a los tesoros d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o” 515 .Propiedad <strong>de</strong> CENACAT134510 Juan Crisóstomo, Adhortatio ad Theodorum lapsum 11, PG 47, 291.511 Cf. Cirilo <strong>de</strong> Alejandría, De adoratione in spiritu et veritate XVIII, PG 68, 1125.512 Agustín <strong>de</strong> Hipona, Sem. 362, 28.513 “Pues, ¿a quién alimentas, don<strong>de</strong> nadie tiene hambre? ¿A quién das agua, don<strong>de</strong> no hay sedientoalguno? ¿Vestirás al <strong>de</strong>snudo, don<strong>de</strong> todos están vestidos con la inmortalidad? (…) ¿Visitarás alenfermo, don<strong>de</strong> todos gozan <strong>de</strong> la salud <strong>de</strong> la incorrupción?” Agustín <strong>de</strong> Hipona, Serm. 362,51428.Quodvult<strong>de</strong>us, Serm I <strong>de</strong> Symbol. XII. Traducción <strong>de</strong> Santos Sabugal, <strong>El</strong> <strong>Credo</strong>. La fe <strong>de</strong> la515Iglesia... op. cit., 1155.Cipriano <strong>de</strong> Cartago, Sobre la peste, 26.
En síntesis, la vida eterna para los hombres es la realización d<strong>el</strong> proyectod<strong>el</strong> <strong>Padre</strong> y <strong>el</strong> cumplimiento <strong>de</strong> los anh<strong>el</strong>os d<strong>el</strong> hombre: la comunióny la comunicación <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> un modo perfecto. Será <strong>el</strong> <strong>de</strong>scanso d<strong>el</strong>hombre, reposo que no significa soledad inactiva. De este modo, los “servidores<strong>de</strong> Dios tienen paz, libertad, tranquilidad, cuando arribamos al puerto<strong>de</strong> la morada y <strong>de</strong> la seguridad eternas” 516 . La lucha contra <strong>el</strong> mal y lasp<strong>el</strong>eas contra las tentaciones terminarán. Terminarán también las causas porlas cuales nos angustiamos, los trabajos que nos maltratan y las penas quepor estar en la historia nos afligen:“Allí no nos fatigaremos, pues, estará con nosotros nuestraFuerza, a la que ahora <strong>de</strong>cimos: ¡Ámete yo, Señor, mi fortaleza!’(Ps. 17,2) No dormiremos allí don<strong>de</strong> no hay tinieblasque sucedan al día eterno. Allí no habrá comercio ni servidumbre,ni trabajo. ¿Qué haremos entonces? ¿Quizá lo queestá escrito: ‘Aquietaos y ved que yo soy <strong>el</strong> Señor! (Ps. 45,11).La misma quietud <strong>de</strong> la contemplación será obra <strong>de</strong> nuestraacción, a fin <strong>de</strong> que, contemplando nos d<strong>el</strong>eitemos y d<strong>el</strong>eitablementecontemplemos ver. ¿Qué cosa? ‘Los bienes d<strong>el</strong>Señor’ (cf. Ps. 26,13) (…), que no po<strong>de</strong>mos esperar, pero quepor medio <strong>de</strong> la fe y la paciencia y la santa Madre Iglesia,esperamos recibir” 517 .La misma quietud <strong>de</strong> la contemplación será la obra <strong>de</strong> nuestraacción. Esta contemplación <strong>de</strong> Dios consistirá en verlo y alabarlo sólo aÉl.1. Ver a Dios.Dios será <strong>el</strong> objeto al cual nuestra mirada va dirigida, por eso, leveremos en los <strong>de</strong>más, le veremos en sí mismo, le veremos ‘en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>onuevo y en la tierra nueva’ (Is. 65,17; Apoc. 21,1); así como en toda creaturaentonces existente; le veremos también presente en todo <strong>el</strong> cuerpo conlos ojos d<strong>el</strong> cuerpo espiritual 518 . Una mirada que producirá incorrupción;una mirada que no asustará, pues <strong>el</strong> Espíritu <strong>de</strong> Cristo prepara al hombrepara que <strong>el</strong> encuentro con <strong>el</strong> Hijo y con <strong>el</strong> <strong>Padre</strong> dé la vida y nunca la muerte519 .Ver a Dios es ver las cosas como son, sin las apariencias, ni losespectros que produce la fama, <strong>el</strong> dinero, <strong>el</strong> placer, <strong>el</strong> po<strong>de</strong>r. Veremos comoPropiedad <strong>de</strong> CENACATMEDITACIONES PARA CATEQUISTAS516 Cipriano <strong>de</strong> Cartago, Sobre la peste, 3.517 Quodvult<strong>de</strong>us, Serm. I <strong>de</strong> Symbol. XII. Traducción <strong>de</strong> Santo Sabugal, <strong>El</strong> <strong>Credo</strong>. La fe cristiana...op. cit., 1155518 Cf. Agustín <strong>de</strong> Hipona, La Ciudad <strong>de</strong> Dios XXII,29,6 (Edición preparada por José Morán, Madrid,1965).519 “<strong>El</strong> Espíritu dispone al Hombre para <strong>el</strong> Hijo <strong>de</strong> Dios; <strong>el</strong> Hijo le conduce al <strong>Padre</strong> y <strong>el</strong> <strong>Padre</strong> leotorga la incorrupción para la vida eterna, que a cada uno le sobreviene <strong>de</strong> la vista <strong>de</strong> Dios”.Ireneo <strong>de</strong> Lyon, Adv. Haer. IV,20,5.135