EL PADRENUESTRO Y EL CREDOobras. ¿No <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahora, trabajar con diligencia y temor?” 314Trabajar con diligencia consta <strong>de</strong> varios aspectos. Ante todo, significa queestemos preparados para que <strong>el</strong> día <strong>de</strong> partir “no nos coja impedidos yembarazados. Debe lucir y resplan<strong>de</strong>cer nuestra luz en las ‘buenas obras’,para que <strong>el</strong>la nos conduzca <strong>de</strong> la noche <strong>de</strong> este mundo a los resplandoreseternos” 315 . Las buenas obras <strong>de</strong>ben resplan<strong>de</strong>cer: “¡Da aquí limosna, paraque <strong>de</strong> aquél recibas la corona! ¡Otorga <strong>el</strong> perdón, para que allí te lo concedatu Señor!” 316<strong>El</strong> hombre individual y los hombres socialmente <strong>de</strong>ben prepararse aljuicio <strong>de</strong> Dios con <strong>el</strong> ejercicio <strong>de</strong> las buenas acciones en beneficio <strong>de</strong> losque necesitan <strong>de</strong> nuestras manos y palabras: “¿Cómo –dirá alguno – evitar <strong>el</strong>fuego eterno y entrar en los Reinos <strong>de</strong> los Ci<strong>el</strong>os? Apren<strong>de</strong> <strong>el</strong> camino: ‘Tuvehambre, y me disteis <strong>de</strong> comer; tuve sed y me disteis <strong>de</strong> beber; fui huésped,y me recogisteis; estaba <strong>de</strong>snudo, y me vestisteis; enfermo y me visitasteis;en la cárc<strong>el</strong>, y vinisteis a verme’ (Mt. 25,35-36). Si haces esto, reinarás conCristo; si no lo haces, serás con<strong>de</strong>nado (…)” 317 .Una vez que se ha aclarado la cualidad <strong>de</strong> nuestras obras con respectoa los pobres, todo estará preparado para que los buenos vayan a reinarcon Cristo. Vivir <strong>el</strong> momento presente es vivir con la conciencia <strong>de</strong> que “lamisericordia será exaltada por encima d<strong>el</strong> juicio, y los dones –inspirados porla clemencia- –sobrepasarán toda retribución exigida por la justicia, la vidaentera <strong>de</strong> los mortales y sus actos más diversos serán apreciados según unanorma única; es <strong>de</strong>cir, no se hará mención <strong>de</strong> la menor falta allí don<strong>de</strong>, porconfesión d<strong>el</strong> Creador, se encuentren obras <strong>de</strong> bondad” 318 .Quienes no lucharon para que la sociedad fuera más signo <strong>de</strong> lavida divina, a <strong>el</strong>los se les llamará a ponerse a la izquierda <strong>de</strong> Dios. Los queno se conmovieron por las miserias d<strong>el</strong> hermano o <strong>de</strong> los pueblos sufrientes,y “teniendo medios para ayudar” (León Magno) no salieron a socorrer alafligido, se asemejan a uno que oprime al enfermo. Por esto, también seránllamados a per<strong>de</strong>r la Bienaventuranza d<strong>el</strong> Reino eterno:“¿Qué esperanza quedará al pecador, si no es misericordiosopara que sean misericordiosos con él? Por eso, quien no esbueno con los otros, antes es malo, consigue lo mismo:¡Daña su alma, quien no socorre la ajena! (…Pero) quienquite la miseria temporal <strong>de</strong> los que sufren, escapa al suplicioeterno d<strong>el</strong> pecador” 319 .Propiedad <strong>de</strong> CENACAT314 Cirilo <strong>de</strong> Jerusalén, Cateq. XV, 24.315 Cipriano. De la unidad <strong>de</strong> la Iglesia 26.316 Quodvult<strong>de</strong>us, Serm III <strong>de</strong> Symbol VII. Traducción <strong>de</strong> Santos Sabugal, <strong>El</strong> <strong>Credo</strong>. La fe la Iglesia...op. cit., 720.317 Cirilo <strong>de</strong> Jerusalén, Cateq. XV, 26.318 León Magno, Hom. XI,1 PL 54,167A.319 León Magno, Hom. XI,1 PL 54,167BC.86
Mientras nos apresuramos al encuentro <strong>de</strong>finitivo con Cristo, necesitamosvivir como lo que somos: redimidos por la Sangre preciosa. “¡Ahoraes <strong>el</strong> tiempo <strong>de</strong> la fe!” 320 La fe tiene que hacerse visible a través <strong>de</strong> los cambios<strong>de</strong> costumbres: “Pongamos nuestra atención, por tanto, en aqu<strong>el</strong> día,enmen<strong>de</strong>mos nuestra vida y cambiemos nuestras costumbres, venzamos lasmalas tentaciones resistiéndolas, y castiguemos con lágrimas los pecadoscometidos: algún día veremos la venida d<strong>el</strong> Juez eterno, tanto más seguroscuanto más hayamos prevenido su severidad con <strong>el</strong> temor!” 321La fe se llega a hacer visible por <strong>el</strong> esfuerzo en poner los dones recibidosen beneficio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, con un gran sentido <strong>de</strong> responsabilidad,sabiendo que entregamos a los <strong>de</strong>más los frutos cosechados <strong>de</strong> aqu<strong>el</strong>lassemillas que ha puesto Dios en nosotros. Entonces, nos acercaremos almomento en que, si hemos luchado y procurado <strong>el</strong> bien, recibiremos <strong>el</strong>premio y recompensa d<strong>el</strong> mismo Señor:“Esperamos que Cristo venga d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o con los santos áng<strong>el</strong>es, sentándoseen <strong>el</strong> trono <strong>de</strong> su gloria, para distribuir a cada uno dignos premiosy recompensar con honores las obras justas. Por eso nos dice <strong>el</strong> sabio Isaíassobre Cristo: ‘sobre muchos y repartirá <strong>el</strong> botín <strong>de</strong> los fuertes, por haber sidoentregada su alma a la muerte y ser contado entre los impíos’ (Is. 53,12). Pormedio <strong>de</strong> Cristo tendrá lugar, pues, la distribución <strong>de</strong> los premios. Él estáprefigurado en Moisés y <strong>El</strong>eazar. Cristo es a la vez Legislador yPontífice” 322 .Propiedad <strong>de</strong> CENACATMEDITACIONES PARA CATEQUISTAS320 Quodvult<strong>de</strong>us, Serm. I <strong>de</strong> Symbol. VIII. Traducción <strong>de</strong> Santos Sabugal, <strong>El</strong> <strong>Credo</strong>. La fe la Iglesia...321op. cit., 720.Gregorio Magno, Homiliarum in Evang<strong>el</strong>ica I, Homil. I, 6 PL 76,1081C.322 Cirilo <strong>de</strong> Alejandría, De adoratione in spiritu et veritate IV PG 68, 335C.87