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El Padre Nuestro y el Credo - Centro Nacional de Catequesis

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En Cristo se compren<strong>de</strong> muy bien que Reino <strong>de</strong> Dios y voluntad <strong>de</strong>Dios se r<strong>el</strong>acionan estrechamente, pues <strong>el</strong> Reino <strong>de</strong> los Ci<strong>el</strong>os irrumpió enla humanidad <strong>de</strong> Cristo en cuanto que ésta se abrió a los <strong>de</strong>signios d<strong>el</strong><strong>Padre</strong>. Jesús hizo lo que <strong>el</strong> <strong>Padre</strong> quería, obra humanamente según la voluntad<strong>de</strong> Dios 66 ; por tanto, la realización <strong>de</strong> la voluntad d<strong>el</strong> <strong>Padre</strong> por parte <strong>de</strong>Jesús se ha convertido en una norma ejemplar que estimula al cristiano paraque “cumplamos predicando, obrando y sufriendo hasta la muerte”.<strong>El</strong> ejemplo y la gracia <strong>de</strong> Cristo nos hacen conscientes <strong>de</strong> que, conla súplica, no se arrinconan nuestras responsabilida<strong>de</strong>s personales para lainstauración d<strong>el</strong> Reinado. Así, en san Juan Crisóstomo:“Es preciso –nos dice <strong>el</strong> Señor – que <strong>de</strong>séis <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o y los bienesd<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o; sin embargo, antes <strong>de</strong> llegar al ci<strong>el</strong>o, yo osmando que hagáis <strong>de</strong> la tierra ci<strong>el</strong>o y que aún viviendo en latierra, todo lo hagáis y digáis como si ya estuvierais en <strong>el</strong>ci<strong>el</strong>o” 67 .Si <strong>el</strong> vivir en la tierra no es obstáculo para alcanzar la perfección d<strong>el</strong>as potencias c<strong>el</strong>estiales 68 , entonces, la realización d<strong>el</strong> proyecto <strong>de</strong> Dios yla apertura a su voluntad implica asumir las responsabilida<strong>de</strong>s personales.Esto significa que la súplica “Señor, que se haga tu voluntad” no es la expresión<strong>de</strong> gente ingenua que piensa que la obra <strong>de</strong> Dios se realiza <strong>de</strong> unamanera mágica; nuestra colaboración es fundamental para que se actualiceentre los hombres la obra efectuada por Cristo. Así lo enseña Cipriano cuandodice:“La voluntad <strong>de</strong> Dios es la que Cristo nos enseñó y cumplió:humildad en la conducta, firmeza en la fe, reserva en laspalabras, rectitud en los hechos, misericordia en las obras,or<strong>de</strong>n en las costumbres. No hacer ofensa a nadie y sabertolerar las que se hacen, guardar la paz con los hermanos,amar a Dios <strong>de</strong> todo corazón, amarle porque es <strong>Padre</strong>,temerle porque es Dios; no anteponer nada a Cristo, porquetampoco Él antepuso nada a nosotros, unirse inseparablementea su amor; abrazarse a su cruz con fortaleza y confianza.Si se ventila su nombre y honor, mostrar en las palabrasla firmeza con la que le confesamos, en los tormentosla confianza, con la que luchamos; en la muerte, la pacienciapor la que somos coronados” 69 .Propiedad <strong>de</strong> CENACATMEDITACIONES PARA CATEQUISTAS66 ‘‘En consecuencia, la voluntad <strong>de</strong> Dios se hace ciertamente en aquéllos que hacen la voluntad<strong>de</strong> Dios, no porque <strong>el</strong>los hagan que Dios quiera, sino porque hacen lo que Él quiere; esto es,obrar según su voluntad.” Agustín <strong>de</strong> Hipona, Serm. in mont. II, VI, 21. “Pues si Él mismo afirmóno hacer su voluntad si no la d<strong>el</strong> <strong>Padre</strong>, hizo sin duda la voluntad d<strong>el</strong> <strong>Padre</strong>, a cuyo mod<strong>el</strong>o nosestimula ahora para que cumplamos predicando, obrando y sufriendo hasta la muerte, para loque necesitamos d<strong>el</strong> auxilio <strong>de</strong> Dios”. Tertulliano, De orat. IV PL 1, 1260.67 Juan Crisóstomo, Hom. sobre Mat. 19,5.68 I<strong>de</strong>m.69 Cipriano, De orat. dom. 15.23

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