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El Padre Nuestro y el Credo - Centro Nacional de Catequesis

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sobrepasa nuestra imaginación y nuestro entendimiento; no es accesiblemás que en la fe. Pero nuestra participación en la Eucaristía nos da ya unanticipo <strong>de</strong> la transfiguración <strong>de</strong> nuestro cuerpo por Cristo:‘Así como <strong>el</strong> pan que viene <strong>de</strong> la tierra, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberrecibido la invocación <strong>de</strong> Dios, ya no es pan ordinario, sinoEucaristía, constituida por dos cosas, una terrena y otrac<strong>el</strong>estial, así nuestros cuerpos que participan en la Eucaristíaya no son corruptibles, ya que tienen la esperanza <strong>de</strong> la resurrección’(san Ireneo <strong>de</strong> Lyon, Adv. Haer. IV, 18, 4-5).”¿Cuándo ocurrirá la resurrección? Enseña san Ireneo <strong>de</strong> Lyon que “alfinal ‘al sonido <strong>de</strong> la última trompeta’ (I Cor. 15,52; cf. I Tes. 4,16) cuando<strong>el</strong> Señor haga oír su voz, resucitarán los muertos, como Él mismo dijo: ‘Llegala hora, en que los muertos oirán –en los sepulcros – la voz d<strong>el</strong> Hijo d<strong>el</strong>hombre, y quienes hayan hecho <strong>el</strong> bien saldrán (<strong>de</strong> <strong>el</strong>los) para la resurrección<strong>de</strong> la vida, mientras que quienes hayan hecho <strong>el</strong> mal saldrán para laresurrección <strong>de</strong> la con<strong>de</strong>nación” 496 . La resurrección <strong>de</strong> la carne está ligada,en todo caso, a la Parusía 497 .* * *No obstante lo anterior, al <strong>de</strong>cir <strong>el</strong> creyente: ‘Creo en la resurrección<strong>de</strong> la carne’ no lo hace únicamente como una profesión <strong>de</strong> fe en un acontecimientopara <strong>el</strong> futuro, con este artículo también confiesa, entre otrascosas, <strong>el</strong> valor <strong>de</strong> la vida y asume su propia muerte y la muerte <strong>de</strong> los <strong>de</strong>máscon una actitud cristiana.1. Valorar la vida.Si Dios ha <strong>de</strong>stinado la carne para que lo contemple a Él, es porqu<strong>el</strong>a ama. <strong>El</strong> Hacedor ama la carne “aunque sea débil (cf II Cor. 12,19) y estéenferma (Cf. Lc 5,31 par), aunque sea vil y esté perdida (Cf. Lc. 19,10), aunquesea pecadora (Cf. Ez. 18,23) y esté con<strong>de</strong>nada (Cf. Dt. 32, 39)” 498 .Porque ama la carne, la auxilia, al punto que estos auxilios, como la benignidad,la gracia, la misericordia y toda benéfica fuerza <strong>de</strong> Dios serían inútilessi no tocan la carne. Es precisamente porque la gracia la toca la hacedigna y al hacerla digna causa la vida que perdura 499 .En uno <strong>de</strong> los símbolos <strong>de</strong> la Iglesia primitiva (<strong>el</strong> <strong>de</strong> Aquileia) hayuna adición que vale la pena poner <strong>de</strong> r<strong>el</strong>ieve. En vez <strong>de</strong> lo transmitido porPropiedad <strong>de</strong> CENACATMEDITACIONES PARA CATEQUISTAS496 Ireneo <strong>de</strong> Lyon, Adv. Haer. 13,1. “Pero ya que la razón <strong>de</strong> la restitución es la <strong>de</strong>cisión d<strong>el</strong> juicio,necesariamente <strong>el</strong> mismísimo que había sido ha <strong>de</strong> ser presentado para ser juzgado por Dios d<strong>el</strong>mérito d<strong>el</strong> bien que ha hecho o <strong>de</strong> lo contrario. Por lo mismo serán restablecidos también loscuerpos, ya que nada pue<strong>de</strong> pa<strong>de</strong>cer o gozar <strong>el</strong> alma sola sin la materia estable, esto es sin la carne,ya a<strong>de</strong>más, lo que ciertamente <strong>de</strong>ben pa<strong>de</strong>cer o gozar las almas por <strong>el</strong> juicio <strong>de</strong> Dios, no lomerecieron sin la carne, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo que hicieron cuanto hicieron”. Tertuliano, Apolog. 48, 4.497 Catecismo <strong>de</strong> la Iglesia Católica 1001.498 Tertulliano, De resurrec. IX,4.499 Tertulliano, De resurrec. IX,4.131

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