2. <strong>El</strong> gozo por la vidaEL PADRENUESTRO Y EL CREDONadie que haya contemplado, que haya tenido la experiencia <strong>de</strong> ver,<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la fe, aquí, en la tierra, <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o abierto, quedará con <strong>el</strong> sabor <strong>de</strong> la<strong>de</strong>rrota. Los ci<strong>el</strong>os abiertos muestran que no existe violencia que tar<strong>de</strong> otemprano no cese; que no hay tristeza que no llegue a cambiarse en alegría,ni esclavitud que no llegue a ver la liberación; que no hay aflicción que seperpetúe. Los ci<strong>el</strong>os abiertos arrancan d<strong>el</strong> creyente una <strong>de</strong> las confesiones<strong>de</strong> fe más propias d<strong>el</strong> cristianismo: la esperanza cristiana:“También dice <strong>el</strong> Apóstol que la Jerusalén <strong>de</strong> arriba es libre y es nuestraMadre (Gál. 4,27), significando con la Jerusalén <strong>de</strong> arriba la morada c<strong>el</strong>este,don<strong>de</strong> por la resurrección naceremos y nos haremos inmortales, gozandoverda<strong>de</strong>ramente <strong>de</strong> la libertad con plena alegría. Ninguna violencia ni tristezanos afligirá, sino que viviremos en la más inefable f<strong>el</strong>icidad entre lasd<strong>el</strong>icias sin fin. Puesto que esperamos estos bienes (…), la Escritura nosenseña que no sólo resucitó <strong>de</strong> entre los muertos, sino que subió a los ci<strong>el</strong>os,afirmando: ‘También a vosotros, que estabais muertos por vuestrospecados y d<strong>el</strong>itos, os vivificó Dios por medio <strong>de</strong> Cristo. Con Él nos resucitóy nos hizo sentar en los ci<strong>el</strong>os en Cristo Jesús, a fin <strong>de</strong> mostrar en los siglosveni<strong>de</strong>ros la sobreabundante riqueza <strong>de</strong> su gracia, por su bondad para connosotros en Cristo Jesús (Eph. 2,1-10), indicándonos así la gran comuniónque tendremos con <strong>El</strong>´” 284 .3. <strong>El</strong> triunfo <strong>de</strong> la comunión* * *La ascensión al ci<strong>el</strong>o pone al cristiano ante la certeza <strong>de</strong> que un díase realizará la comunión perfecta y plena <strong>de</strong> todos los hombres entre sí ycon Dios. Sin embargo, mientras llega a la plenitud <strong>de</strong> la perfecta comunión,<strong>el</strong> creyente <strong>de</strong>be construir la comunión, edificar la sociedad comoverda<strong>de</strong>ra familia. Seguirá, por tanto, escuchando la advertencia <strong>de</strong> que loshombres vestidos <strong>de</strong> blanco le hicieron a los testigos <strong>de</strong> la ascensión d<strong>el</strong>Señor “Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al ci<strong>el</strong>o? Este que os ha sido llevado, estemismo Jesús, vendrá así tal como le habéis visto subir al ci<strong>el</strong>o.” (Act. 1,10-11).La contemplación d<strong>el</strong> Cristo que sube al ci<strong>el</strong>o no nos abstrae <strong>de</strong> laconstrucción <strong>de</strong> la sociedad como signo <strong>de</strong> la plena comunión con Dios.Para construir <strong>el</strong> mundo y cada rincón <strong>de</strong> esta tierra, será necesario, sobretodo, <strong>el</strong>evarse sobre las “comodida<strong>de</strong>s terrenas”; 285 <strong>el</strong>evar <strong>de</strong> este modo lamirada y <strong>el</strong> corazón al ci<strong>el</strong>o para edificar la familia humana.Nadie edificará la ciudad sin buscar <strong>el</strong> material en las cosas <strong>de</strong> arribay superar; esto es, ir más allá <strong>de</strong> los meros intereses <strong>de</strong> riqueza y <strong>de</strong>Propiedad <strong>de</strong> CENACAT78284 Teodoro <strong>de</strong> Mopsuestia, Hom. cateq. VII, 9285 Agustín <strong>de</strong> Hipona, Serm. 214,8.
po<strong>de</strong>r. 286 Cuando persisten intereses muy concretos, la sociedad se inmoviliza,<strong>de</strong>tiene la vida, impi<strong>de</strong> <strong>el</strong> movimiento y esto contradice abierta y clarament<strong>el</strong>a confesión <strong>de</strong> que sentarse a la <strong>de</strong>recha no es, <strong>de</strong> ningún modo,confesar que Cristo está “inmóvil en algún asiento, sin que le esté permitidoni levantarse ni caminar” 287 .Cristo vivo no está ausente <strong>de</strong> la historia. Él, <strong>el</strong>evado sobre todapotestad y <strong>de</strong> pie a la <strong>de</strong>recha d<strong>el</strong> <strong>Padre</strong>, se ha constituido en <strong>el</strong> valor absolutoante <strong>el</strong> cual se disciernen y se juzgan nuestras acciones, nuestros valores,nuestras fortalezas para la construcción <strong>de</strong> una nueva humanidad.Cristo subió a la <strong>de</strong>recha d<strong>el</strong> <strong>Padre</strong>; sin embargo, los ci<strong>el</strong>os quedaronabiertos. Solamente quien tiene los “ojos abiertos, mira a Jesús a la <strong>de</strong>recha<strong>de</strong> Dios, no pudiéndolo ver quien tiene los ojos cerrados. Confesemos,pues, a Jesús a la <strong>de</strong>recha <strong>de</strong> Dios, para que también a nosotros se nos abra<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o” 288 .La apertura d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o y la posibilidad <strong>de</strong> ver al Señor juzgan todovalor, toda acción, todo movimiento d<strong>el</strong> hombre. Por eso, Él está a la <strong>de</strong>recha,posición que indica que la f<strong>el</strong>icidad suprema se alcanzará únicamentecon la justicia que supera toda acción que excluye a unos en ventaja <strong>de</strong> losotros; con la paz que excluye abiertamente la violencia, <strong>el</strong> músculo, <strong>el</strong> armacomo valores que no son capaces <strong>de</strong> crear comunión; y con <strong>el</strong> gozo que noacepta que <strong>el</strong> dolor por <strong>el</strong> hambre, la cobardía, y la ausencia <strong>de</strong> lo que esjusto y digno se apo<strong>de</strong>re d<strong>el</strong> hombre 289 .Cristo a la <strong>de</strong>recha d<strong>el</strong> <strong>Padre</strong> es juez. Es cierto que en <strong>el</strong> Juicio Finalse manifestará con mucho más fulgor <strong>el</strong> Hijo <strong>de</strong> Dios en calidad <strong>de</strong> Juez <strong>de</strong>vivos y muertos; 290 sin embargo, aqu<strong>el</strong> Hombre, asumido por Dios, fue sentadopara ser juez hasta que llegue <strong>el</strong> juicio <strong>de</strong> las naciones.Quodvult<strong>de</strong>us dice:“Por otra parte, que <strong>el</strong> ‘Hijo’ se sienta a la <strong>de</strong>recha d<strong>el</strong> <strong>Padre</strong>significa, que <strong>el</strong> mismo Hombre asumido por Cristo recibióla potestad <strong>de</strong> juzgar” 291 .Cristo es Juez para <strong>el</strong> actuar d<strong>el</strong> hombre; para indicar cuándo y porqué la <strong>de</strong>sgracia, a causa <strong>de</strong> la iniquidad, <strong>de</strong> los sufrimientos y tormentos,asoma su presencia en <strong>el</strong> mundo. De modo que mientras están los ci<strong>el</strong>osabiertos, allí don<strong>de</strong> haya una <strong>de</strong>sgracia hay un juicio d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o.Propiedad <strong>de</strong> CENACATMEDITACIONES PARA CATEQUISTAS286 “¡Sentarse con Cristo supera toda riqueza y po<strong>de</strong>r!”. Juan Crisóstomo, In Epist. Ad Ephes. Cap.II. Homil. IV,2 PG 62,33.287 Agustín <strong>de</strong> Hipona, Serm. 214,8.288 Ambrosio <strong>de</strong> Milán, De Fi<strong>de</strong> lib.III, XVII,138 PL16,642B.289 “Al <strong>de</strong>cir a la <strong>de</strong>recha hay que enten<strong>de</strong>r lo siguiente: en la suma f<strong>el</strong>icidad, don<strong>de</strong> están la justiciay la paz y la alegría. D<strong>el</strong> mismo modo se dice que los cabritos son puestos a la izquierda; estoes, en la miseria, llenos <strong>de</strong> penas y tormentos por sus pecados”. Agustín <strong>de</strong> Hipona, La fe y <strong>el</strong>símbolo <strong>de</strong> los Apóstoles, VII,14.290 Agustín <strong>de</strong> Hipona, La fe y <strong>el</strong> símbolo <strong>de</strong> los Apóstoles, VII,14.291 Quodvult<strong>de</strong>us, Serm. II, <strong>de</strong> Symb. VII. Traducción <strong>de</strong> Santos Sabugal, <strong>El</strong> <strong>Credo</strong>. La fe la Iglesia...op. cit. 652.79