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El Padre Nuestro y el Credo - Centro Nacional de Catequesis

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EL PADRENUESTRO Y EL CREDOExisten testimonios bíblicos que son una verda<strong>de</strong>ra prueba <strong>de</strong> lacerteza <strong>de</strong> la resurrección <strong>de</strong> la carne. San Ireneo, en este sentido, reportaalgunos testimonios: “La hija d<strong>el</strong> sumo sacerdote (léase Jefe <strong>de</strong> la Sinagoga)(Lc. 8,40-42.49-56), <strong>el</strong> hijo <strong>de</strong> la viuda <strong>de</strong> Naín llevado muerto junto a lapuerta (cfr. Lc. 7,11-17) y Lázaro, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía cuatro días yacía en latumba (cf. Jn. 11,39-44), ¿con qué cuerpos resucitaron? Evi<strong>de</strong>ntemente conaqu<strong>el</strong>los en los que murieron; pues, si no hubiesen resucitado con los mismoscuerpos no habrían resucitado esos mismos muertos. Dijo, en efecto, <strong>el</strong>Señor: ‘Joven, te lo or<strong>de</strong>no, levántate; y <strong>el</strong> muerto se alzó, or<strong>de</strong>nándole darle<strong>de</strong> comer y restituyéndos<strong>el</strong>o a su madre’ (Lc. 7,14-15) (…) Por tanto, asícomo fueron creados aqu<strong>el</strong>los en sus miembros antes enfermos, y resucitaronlos muertos en sus mismos cuerpos, para que los miembros y sus cuerposacogiesen la curación y la vida otorgada por <strong>el</strong> Señor, –quien mediant<strong>el</strong>as cosas temporales prefiguraba las eternas e indicaba que es Él quienpue<strong>de</strong> curar y vivificar a su creatura a fin <strong>de</strong> que se creyese también en supalabra sobre la resurrección –” 492 .* * *Si <strong>el</strong> cristianismo confiesa sólo la inmortalidad d<strong>el</strong> alma, su Evang<strong>el</strong>iono es novedad. Si, en cambio, confiesa la inmortalidad <strong>de</strong> la carne, su mensaje<strong>de</strong>safía cualquier tipo <strong>de</strong> pensamiento. Por tanto, al confesar laResurrección <strong>de</strong> los muertos, la Iglesia no sólo enseña que <strong>el</strong> alma goza d<strong>el</strong>os beneficios <strong>de</strong> la familiaridad con Dios sino también <strong>el</strong> cuerpo.Nuestra carne resucitará y <strong>el</strong> alma vivirá; es <strong>de</strong>cir, <strong>el</strong> hombre totalque había pecado en su cuerpo y en su alma, ahora en su totalidad ha sidosalvado 493 . La recompensa la atribuye efectivamente <strong>el</strong> Señor a ambas substancias:“tanto a la carne, mediante la cual fue visto <strong>el</strong> Hijo, como <strong>el</strong> alma,mediante <strong>el</strong> cual se creyó en Él” 494 .Resumiendo. <strong>El</strong> hombre en su naturaleza humana consta <strong>de</strong> alma y<strong>de</strong> cuerpo. La única persona es responsable <strong>de</strong> todas las acciones y en cuantotal no es justo que únicamente una parte <strong>de</strong> él reciba <strong>el</strong> galardón: “<strong>El</strong>hombre compuesto <strong>de</strong> cuerpo y <strong>de</strong> alma, es quien recibe <strong>el</strong> juicio <strong>de</strong> cadauna <strong>de</strong> las obras por él hechas, y como esto no se cumple en la vida presente,don<strong>de</strong> no se da a cada uno lo que merece (…) sólo queda lo que dice <strong>el</strong>Apóstol: ‘Es necesario que ese cuerpo corruptible y disperso se revista <strong>de</strong>incorrupción’(I Cor. 15,33)” 495 .* * *B. ¿Cómo y cuándo será la resurrección <strong>de</strong> los muertos?¿Cómo nuestra carne se levantará y verá a Dios? <strong>El</strong> ‘cómo’ supera laposibilidad <strong>de</strong> nuestra imaginación y <strong>de</strong> nuestra int<strong>el</strong>igencia. Así lo enseña<strong>el</strong> Catecismo <strong>de</strong> la Iglesia Católica cuando dice en <strong>el</strong> número 1000: “Este cómoPropiedad <strong>de</strong> CENACAT492 Ireneo <strong>de</strong> Lyon, Adv. Haer. V,13,1.493 Tertulliano, De resurrec. XXXIV, 10.494 Tertulliano, De resurrec. XXXIV, 11.495 Atenágoras, Sobre la resurrección <strong>de</strong> los muertos 18 en <strong>Padre</strong>s Apologetas… op. cit.130

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