La unidad así vista se pue<strong>de</strong> explicitar <strong>de</strong> esta manera: unidad <strong>de</strong> lar<strong>el</strong>igión, unidad <strong>de</strong> la disciplina y unidad <strong>de</strong> la esperanza.EL PADRENUESTRO Y EL CREDOa. La unidad <strong>de</strong> la r<strong>el</strong>igiónLa comunión entre los miembros <strong>de</strong> la Iglesia se pone en evi<strong>de</strong>nciaen las expresiones <strong>de</strong> su r<strong>el</strong>igión, por esto se dice, con toda razón, que “se<strong>de</strong>signa a ‘Iglesia’ a toda la asamblea <strong>de</strong> los fi<strong>el</strong>es, que sirven ortodoxamentea Dios” 350 . En la Iglesia creemos y profesamos una misma doctrina, realizamosuna misma c<strong>el</strong>ebración cultual, y procuramos ir <strong>de</strong> acuerdo en <strong>el</strong>actuar pastoral; todo esto como expresión <strong>de</strong> aqu<strong>el</strong> misterio <strong>de</strong> unidad alcual estamos llamados y <strong>el</strong> cual veremos realizado en la eternidad.b. La unidad <strong>de</strong> la disciplinaCuando en la Iglesia se habla <strong>de</strong> unidad en la disciplina, no se trata<strong>de</strong> una disciplina, al modo militar, sino <strong>de</strong> un tipo <strong>de</strong> comportamiento quenos hace creíbles en <strong>el</strong> mundo, sin violentar a nadie:“Los cristianos, en efecto, no se distinguen <strong>de</strong> los <strong>de</strong>máshombres (ni por su tierra ni por su habla, ni por sus costumbres)(…) habitan sus propias patrias, pero, como forasteros,toman parte en todo como ciudadanos y todo lo soportancomo extranjeros; toda tierra extraña es para <strong>el</strong>los patria, ytoda patria, tierra extraña. Se casan como todos, como todosengendran hijos, pero no exponen a los que les nacen;ponen mesa común, pero no lecho. Están en la carne, perono viven según la carne. Pasan <strong>el</strong> tiempo en la tierra, perotienen su ciudadanía en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o. Obe<strong>de</strong>cen a las leyes establecidas,pero con su vida sobrepasan las leyes” 351 .c. La unidad por <strong>el</strong> vínculo <strong>de</strong> la esperanzaLa pertenencia a una comunidad en la que habita <strong>el</strong> Espíritu <strong>de</strong>Cristo se realiza por <strong>el</strong> Bautismo: “he sido bautizado para llegar a ser miembrod<strong>el</strong> gran Cuerpo <strong>de</strong> la Iglesia” 352 . Des<strong>de</strong> que <strong>el</strong> hombre se incorpora almisterio <strong>de</strong> la Iglesia, está llamado “gozosamente, según sus fuerzas y conocimiento,a la construcción <strong>de</strong> la Iglesia” 353 . La construcción gozosa locompromete a llenar <strong>de</strong> entusiasmo a sus miembros. Cuando entre losmiembros se experimenta la comunión, se unen en la caridad y se alegrand<strong>el</strong> nombre y <strong>de</strong> la fe católica, se experimenta la fuerza misteriosa d<strong>el</strong>Espíritu que en esperanza alimenta su fe:“Que formen parte d<strong>el</strong> Cuerpo <strong>de</strong> Cristo, si quieren vivir d<strong>el</strong> Espíritu<strong>de</strong> Cristo” 354 . “También nosotros recibimos <strong>el</strong> Espíritu Santo si amamos a laPropiedad <strong>de</strong> CENACAT96350 Teodoro <strong>de</strong> Mopsuestia, Hom. cateq. X, 15.351 Discurso a Diogneto V, 1-10.352 Teodoro <strong>de</strong> Mopsuestia, Hom. cateq. X, 15.353 Cirilo <strong>de</strong> Alejandría, De adoratione in spiritu et veritate IX, PG 63, 594D.354 Agustín <strong>de</strong> Hipona, Tratados sobre <strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io <strong>de</strong> san Juan 26,3 en Obras completas <strong>de</strong> san
Iglesia, y si estamos unidos por la caridad, y si nos gozamos d<strong>el</strong> nombre yfe católicos. Creámoslo así hermanos; en <strong>el</strong> mismo grado que ama alguiena la Iglesia, en ese mismo grado posee <strong>el</strong> Espíritu Santo” 355 . Nada <strong>de</strong>be sertan temible al cristiano como <strong>el</strong> separarse d<strong>el</strong> Cuerpo <strong>de</strong> Cristo, porque, sise separa d<strong>el</strong> Cuerpo <strong>de</strong> Cristo, ya no es miembro suyo; y si no es miembrosuyo, no vive <strong>de</strong> su Espíritu. ‘<strong>El</strong> que no tiene <strong>el</strong> Espíritu <strong>de</strong> Cristo, este tal no es<strong>de</strong> Cristo’. (Rom. 8,9)” 356 * * *2. La Iglesia es MadreJunto a la figura d<strong>el</strong> Cuerpo para contemplar a la Iglesia como misterio<strong>de</strong> comunión, está la <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarla como una Madre.No cualquier comunidad pue<strong>de</strong> hacer presente <strong>el</strong> misterio <strong>de</strong> la Vidadivina. La Iglesia hace posible que entre sus miembros se viva la familiaridady esto porque en <strong>el</strong>la se nace, se crece, se vive. Se establecen vínculos<strong>de</strong> pertenencia y <strong>de</strong> beneficios, pero, sobre todo, se experimenta <strong>el</strong> amorque nos permite sentirnos en casa. De pertenencia, porque <strong>el</strong> nacer <strong>de</strong> <strong>el</strong>lanos hace miembros <strong>de</strong> su cuerpo: “puesto que los bautizados son miembrossuyos, (cfr. 1 Cor. 12,27). Si, pues, da a luz a los miembros <strong>de</strong> Cristo, lasemejanza con María es grandísima” 357 . De beneficios porque al refugiarseen <strong>el</strong>la mamamos <strong>de</strong> la leche <strong>de</strong> su seno y somos nutridos <strong>de</strong> las Escrituras,“porque en este mundo ha sido plantada la Iglesia como jardín” 358 . Perosobre todo la Iglesia <strong>de</strong>be reunir a sus hijos por la fuerza <strong>de</strong> la caridad: “Puesesto es lo propio <strong>de</strong> la Iglesia: vencer, cuando es herida; ser reconocidacuando se la ataca, ganar cuando es abandonada. <strong>El</strong>la querría ciertamenteque todos permanecieran con <strong>el</strong>la y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>el</strong>la, no expulsar a ninguno<strong>de</strong> su regazo lleno <strong>de</strong> paz, ni per<strong>de</strong>rlo cuando se hace indigno <strong>de</strong> la hospitalidad<strong>de</strong> una madre tan sublime (…) La f<strong>el</strong>icidad sólo se pue<strong>de</strong> obtener en<strong>el</strong>la” 359 .La Iglesia es Madre y <strong>el</strong> amor <strong>de</strong> la maternidad lo manifiesta en suatractivo y en la b<strong>el</strong>leza <strong>de</strong> Virgen. La hermosura <strong>de</strong> la Iglesia que la haceatractiva para que los hombres y mujeres se sientan misteriosamente unidosen torno a su b<strong>el</strong>leza, radica en la pulcritud <strong>de</strong> su doctrina, en la integridad<strong>de</strong> la fe y <strong>de</strong> la piedad, a ejemplo <strong>de</strong> la Virgen Madre:Propiedad <strong>de</strong> CENACATMEDITACIONES PARA CATEQUISTASAgustín XIII (Versión, introducción y notas <strong>de</strong> Teófilo Prieto, Madrid, 1955).355 Agustín <strong>de</strong> Hipona, Tratados sobre <strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io <strong>de</strong> san Juan 32,8.356 Agustín <strong>de</strong> Hipona, Tratados sobre <strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io <strong>de</strong> san Juan 27,6.357 Agustín <strong>de</strong> Hipona, Serm. 213,8 en Obras completas <strong>de</strong> san Agustín XXIV... op. cit. “(Cristo) tienepor esposa a la Iglesia <strong>de</strong> la que nacerían hijos espirituales” Cipriano, Testim. II, 19 en Obras <strong>de</strong>san Cipriano... op. cit. “Amad lo que vais a ser. Vais a ser hijos <strong>de</strong> Dios e hijos <strong>de</strong> adopción.Reconoce, oh cristiano, aqu<strong>el</strong> otro <strong>Padre</strong> que, al abandonarte <strong>el</strong>los, te recogió <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> seno <strong>de</strong>tu madre, y a quien cierto hombre creyente dice con verdad: ‘tú eres mi protector <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> seno<strong>de</strong> mi madre’. <strong>El</strong> <strong>Padre</strong> es Dios; la Madre, la Iglesia” Agustín <strong>de</strong> Hipona, Serm. 216,8 en Obrascompletas <strong>de</strong> san Agustín XXIV... op. cit.358 Ireneo <strong>de</strong> Lyon, Adv. Haer. V, 20,2.359 Hilario <strong>de</strong> Poitiers, La Trinidad VII, 4.97