12.07.2015 Views

El Padre Nuestro y el Credo - Centro Nacional de Catequesis

El Padre Nuestro y el Credo - Centro Nacional de Catequesis

El Padre Nuestro y el Credo - Centro Nacional de Catequesis

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Si nosotros tenemos <strong>de</strong>udas con mucha gente, también mucha es lagente que tiene <strong>de</strong>udas con nosotros: “Unos nos <strong>de</strong>ben como a hombres,otros como a ciudadanos, otros como a padres o a hijos. A<strong>de</strong>más, comoesposos, las esposas, y como amigos, los amigos” 107 . Por esta razón, sialguno <strong>de</strong> nuestros <strong>de</strong>udores se muestra moroso “en pagar lo que nos <strong>de</strong>be,nos portaremos amablemente con <strong>el</strong>los, sin enemistarnos, recordando nuestraspropias <strong>de</strong>udas y con cuánta frecuencia hemos retrasado <strong>el</strong> pago tantoa los hombres como al mismo Dios” 108 . Al ejercer <strong>el</strong> perdón, <strong>el</strong> hombrealcanza un grado <strong>de</strong> semejanza con Dios pues “realiza lo que sólo Diospue<strong>de</strong> hacer” 109 . Al perdonar <strong>el</strong> hombre no sólo se asemeja a Dios sino quese hace un bien a sí mismo, pues “no te hará <strong>el</strong> más fiero enemigo –dice sanAgustín – tanto daño como tú a ti mismo si no amas al enemigo. Él pue<strong>de</strong>perjudicarte, en tu finca, o en tu ganado, o en tu casa, o en tu siervo, o entu sierva, o en tu hijo, o en tu mujer, o lo más, si fuere permitido, en tucarne” 110 .En la reflexión <strong>de</strong> los <strong>Padre</strong>s hay otro tipo <strong>de</strong> <strong>de</strong>uda que adquiere <strong>el</strong>hombre que vive en medio <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la historia: dar a los<strong>de</strong>más la riqueza que poseemos. Tenemos responsabilidad <strong>de</strong> hablar conamabilidad en <strong>el</strong> ejercicio <strong>de</strong> nuestra misión; o <strong>de</strong> poner en práctica ciertasobras 111 , poseemos también obligación <strong>de</strong> fomentar los valores <strong>de</strong> justicia,<strong>de</strong> concordia y <strong>de</strong> paz 112 .La riqueza carismática que no se pone al servicio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más agravala <strong>de</strong>uda d<strong>el</strong> hombre para con Dios y para con <strong>el</strong> hombre; quien tienecapacidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir palabras provechosas y no las dice, se convierte en un<strong>de</strong>udor; quien tiene agu<strong>de</strong>za <strong>de</strong> ingenio y prefiere ser mediocre, contrae una<strong>de</strong>uda 113 . ‘‘¿Qué castigo, pues, no mereceríamos si teniendo la salvación ennuestras manos la <strong>de</strong>sechamos?’’ 114La misma Iglesia siente la gran responsabilidad <strong>de</strong> no agravar su<strong>de</strong>uda ni con Dios, ni con los hombres, pues eso pesaría gran<strong>de</strong>mente.Cada uno <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> la comunidad cristiana <strong>de</strong>be ser muy consciente<strong>de</strong> que la responsabilidad que se adquiere es siempre una <strong>de</strong>uda quePropiedad <strong>de</strong> CENACAT107 Orígenes, De orat. 28, 6.108 Orígenes, De orat. 28, 6.109 Gregoria <strong>de</strong> Nisa, De orat dom. V, PG 44, 1177A. Y Orígenes De orat. 28,7 dice: “Hay queperdonar a los que afirman estar arrepentidos <strong>de</strong> las ofensas que nos hicieron, aunque estaactitud la adopte repetidas veces <strong>el</strong> que algo nos <strong>de</strong>be”.110 Agustín <strong>de</strong> Hipona, Serm. 56,17.111 Orígenes, De orat. 28,1.112 Cipriano, De orat. dom. 22-24: “Dios manda que vivamos en paz y concordia <strong>de</strong> sentimientosen su casa, y que perseveremos, una vez regenerados”.113 ‘‘Tenemos obligaciones con nosotros mismos y las cosas referentes al cuerpo no para <strong>de</strong>rrochara impulsos <strong>el</strong> amor <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nado. Estamos obligados a cuidarnos mucho <strong>el</strong> alma: fomentarpensamientos dignos, agu<strong>de</strong>za <strong>de</strong> ingenio, <strong>de</strong>cir palabras provechosas, no hirientes o inútiles(Mt. 12,3). Siempre que faltamos en cumplir en obligaciones que tenemos con nosotros mismosse agrava la <strong>de</strong>uda. Sobre todo por ser nosotros hechura e imagen <strong>de</strong> Dios (Ef. 2,10), hemos <strong>de</strong>mantener para con él una disposición <strong>de</strong> amor que brote d<strong>el</strong> corazón <strong>de</strong> nuestras fuerzas y <strong>de</strong>nuestra mente (Mc. 12,30; Lc. 10,27; Mt. 22,37; Dt. 6,5). Si no cumplimos esto con perfección,quedamos a<strong>de</strong>udados con Dios pues pecamos contra <strong>el</strong> Señor”. Orígenes, De orat. 28,2.114 Juan Crisóstomo, Hom. sobre Mat. 19,6.MEDITACIONES PARA CATEQUISTAS31

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!