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<strong>Desarrollo</strong> <strong>social</strong> <strong>inclusivo</strong>: una nueva generación de políticas para superar la pobreza...<br />
para la cobertura contributiva. Entre ellos se destacan: esquemas impositivos simplificados que conjugan los<br />
componentes previsional e impositivo; procedimientos que facilitan la inscripción de trabajadores y empleadores y<br />
su fiscalización; reducciones de diferentes gradientes de las contribuciones patronales para empresas de menores<br />
dimensiones; regímenes especiales simplificados para categorías de trabajadores (tales como el servicio doméstico)<br />
y deducciones tributarias que incentivan el pago de sus cotizaciones; deducciones tributarias a las empresas que se<br />
formalizan; medidas para formalizar a personas sin ingresos que se dedican exclusivamente al trabajo doméstico no<br />
remunerado; recorte de los períodos de carencia previos al acceso a prestaciones de salud; ampliación de coberturas<br />
familiares a cargo del cotizante, y leyes de inversión con incentivos a la formalización 12 .<br />
La formalización de los trabajadores por cuenta propia y de micro y pequeñas empresas se ha propiciado con<br />
diversos mecanismos, tales como medidas especiales para gravar a los pequeños contribuyentes (personas físicas o<br />
empresas), exenciones generales del IVA o del impuesto sobre la renta, o tasas más reducidas (Cetrángolo y otros, 2014).<br />
Destacan los casos del monotributo en la Argentina y el Uruguay, y del Simples, el Super Simples y el régimen del<br />
Micro Emprendedor Individual (MEI) en el Brasil (OIT, 2014b). En el Brasil, por ejemplo, el programa MEI en seis años<br />
logró formalizar a cinco millones de brasileños y brasileñas que pasaron a contar con los beneficios previsionales 13 .<br />
Más allá de los efectos positivos directos que tiene en materia de protección <strong>social</strong>, la rebaja de la informalidad<br />
ha permitido reducir la desigualdad salarial en algunos países, ya que, al favorecer especialmente a los tramos más<br />
bajos de la distribución, ha tenido un efecto desconcentrador (Amarante y Arim, 2015, págs. 285-292).<br />
Para fortalecer la capacidad de asumir los costos de la formalización y aumentar sus beneficios, también se han<br />
tomado medidas de asistencia técnica, capacitación y acceso a recursos financieros, entre otras, a fin de mejorar la<br />
capacidad productiva de micro y pequeñas empresas. Asimismo, se ha buscado mejorar su acceso a los mercados<br />
por medio de compras estatales y la articulación con cadenas productivas (Weller y Kaldewei, 2013).<br />
La extensión de la protección <strong>social</strong> es otro objetivo estratégico clave para el trabajo decente. La región ha<br />
progresado en esa materia tanto en lo que se refiere a la protección <strong>social</strong> no contributiva como a la contributiva (esta<br />
última directamente asociada a los procesos de formalización del trabajo, tanto asalariado como independiente, y<br />
de empresas). En vista de la mayor incertidumbre relacionada con un escenario económico complejo, que tiende a<br />
reducir el empleo y a aumentar las relaciones laborales de corto plazo, es urgente construir y reforzar instrumentos<br />
de protección al desempleo. Al proveer ingresos, los seguros de desempleo se convierten en una de las políticas<br />
más importantes en esa área debido a su efecto estabilizador. Sin embargo, pocos países de la región cuentan con<br />
un seguro de desempleo, o con normativas que establecen cuentas de ahorro individual para la protección en esa<br />
circunstancia, y en aquellos donde está establecido, la cobertura es limitada debido a las altas tasas de informalidad<br />
que siguen caracterizando el mercado de trabajo en todos los países de la región (CEPAL, 2012a). Por tal motivo,<br />
los seguros de desempleo deben establecer o expandir su base de financiamiento y sus criterios de elegibilidad, e<br />
incluir desde trabajadores formales hasta formas de empleo más precarias y temporales (CEPAL, 2010a). También<br />
es deseable que los seguros de desempleo se complementen con políticas activas de empleo, como servicios de<br />
intermediación laboral, creación directa de empleo por parte del Estado en determinados casos y programas de<br />
capacitación y certificación de competencias.<br />
3. El papel del salario mínimo<br />
La regularidad y el nivel de los ingresos son elementos clave de la calidad del empleo. Según la CEPAL (2014a),<br />
el fortalecimiento del salario mínimo ha sido uno de los motores principales para la reducción de la pobreza y la<br />
desigualdad en la región. Además de elevar el piso de la estructura salarial formal, el salario mínimo sirve como<br />
referencia para los salarios del sector informal (“efecto faro”). Un ejercicio de simulación muestra que el fortalecimiento<br />
del salario mínimo ha contribuido al descenso en la desigualdad del ingreso en la Argentina, el Brasil y el Uruguay,<br />
lo que ha tenido lugar conjuntamente con el aumento del empleo en un contexto de fuerte formalización laboral<br />
(CEPAL, 2014a) 14 . Para que el salario mínimo desempeñe su papel, debe asegurarse el cumplimiento efectivo de la<br />
12<br />
Véanse OIT (2014b) y Amarante y Arim (2015).<br />
13<br />
Véase Portal Brasil [en línea] http://www.brasil.gov.br/economia-e-emprego/2015/06/brasil-alcanca-marca-de-cinco-milhoes-demicroempreendedores-individuais.<br />
14<br />
Entre 2003 y 2012, el fortalecimiento del salario mínimo ha contribuido a la reducción del índice de Gini en la Argentina (alrededor<br />
de un tercio), el Brasil (84%) y el Uruguay (aproximadamente un 7%) (CEPAL, 2014a).<br />
Capítulo IV<br />
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