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Desarrollo social inclusivo

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<strong>Desarrollo</strong> <strong>social</strong> <strong>inclusivo</strong>: una nueva generación de políticas para superar la pobreza...<br />

y el Caribe se encuentra cerca de alcanzar la universalización de la educación primaria, el mecanismo de transmisión<br />

de las desigualdades intergeneracionales se ha desplazado hacia la educación secundaria y, cada vez más, hacia<br />

la educación superior. Mientras en varios países se está lejos de alcanzar la universalización de la conclusión de la<br />

educación primaria, en otros, la baja calidad de la educación y las desigualdades <strong>social</strong>es presentes en ese plano,<br />

tanto en el ciclo primario como en el secundario, han pasado a ser un escollo principal para progresar hacia una<br />

mayor igualdad efectiva (CEPAL, 2010b, pág. 12).<br />

Por último, destaca otro avance en relación con la equidad de género. Las mujeres son, en general, quienes más<br />

han aprovechado el proceso de masificación del acceso al sistema educacional, no solo porque partieron de tasas<br />

más bajas, sino porque superaron a los varones en varios planos. En la última década, la asistencia de las mujeres<br />

a la escuela supera a la de los varones en todos los niveles educativos en la mayoría de los países de la región. Esa<br />

ventaja se atribuye en parte a que las mujeres tienen una mejor progresión a lo largo de los distintos ciclos, y la<br />

repitencia es un factor muy determinante del abandono temprano de la escuela. Se acentúa en el segundo ciclo de<br />

secundaria, lo que luego se traduce en la feminización de la educación postsecundaria en la mayoría de los países<br />

de la región. Sin embargo, la situación es heterogénea y hay algunos países que recién comienzan el proceso de<br />

expansión educativa. Además, los mayores logros educativos de las adolescentes no se reflejan ni son reconocidos<br />

en su juventud y adultez, en los resultados académicos y principalmente en la inserción laboral, pues las mujeres<br />

son discriminadas respecto de sus pares varones (Rico y Trucco, 2014).<br />

En el mismo sentido, a pesar de haber logrado importantes avances en materia de expansión de la cobertura y de<br />

acceso de los distintos ciclos educativos en las últimas décadas, la región no ha logrado transformar al sistema educativo<br />

en un mecanismo de reducción de las desigualdades <strong>social</strong>es. Los sistemas educacionales no consiguen disociar los<br />

orígenes <strong>social</strong>es de las personas —ni otras características anteriormente mencionadas— de sus trayectorias de vida<br />

y, por tanto, los atributos de los hogares siguen condicionando las diferencias en los resultados de aprendizaje de los<br />

estudiantes. Persisten brechas en materia de calidad y logros educacionales entre distintos grupos socioeconómicos,<br />

étnicos y raciales, que en gran medida reproducen desigualdades entre una generación y la siguiente, entre un grupo<br />

<strong>social</strong> y otro y entre habitantes de zonas urbanas y rurales (CEPAL, 2006, pág. 25).<br />

Transformar el sistema educativo en un mecanismo de reducción de las desigualdades <strong>social</strong>es plantea importantes<br />

desafíos, dado que en él se reproduce la estratificación socioeconómica, lo que se manifiesta, entre otros aspectos,<br />

en los niveles de conclusión de los ciclos educativos. Así, mientras en promedio el 80% de los jóvenes entre 20 y<br />

24 años del quinto quintil de ingresos habían concluido la educación secundaria, esa proporción era de apenas un<br />

34% entre los jóvenes del mismo tramo de edad del primer quintil. De la misma manera, mientras un 24,4% de los<br />

jóvenes hombres de 25 a 29 años y un 32,8% de las jóvenes mujeres del mismo tramo de edad del quinto quintil de<br />

ingresos habían concluido al menos cinco años de educación terciaria, esas proporciones eran de un 2% y un 2,1%,<br />

respectivamente, entre los jóvenes del primer quintil.<br />

Gráfico I.20<br />

América Latina a : conclusión de al menos cinco años de educación terciaria entre jóvenes de 25 a 29 años,<br />

según quintiles de ingreso per cápita y sexo, alrededor de 2013<br />

(En porcentajes)<br />

35<br />

33<br />

30<br />

25<br />

24<br />

20<br />

15<br />

10<br />

10<br />

13<br />

8<br />

8<br />

14<br />

5<br />

2<br />

2<br />

3<br />

4<br />

5<br />

0<br />

Total Quintil I Quintil II Quintil III Quintil IV Quintil V<br />

Hombres<br />

Mujeres<br />

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de los respectivos países.<br />

a<br />

Promedio simple de 18 países.<br />

Capítulo I<br />

53

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