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Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)<br />
Recuadro V.3 (conclusión)<br />
urbano o rural, con adecuadas condiciones e infraestructura. Debe<br />
superar cualquier obstáculo, sea este de naturaleza geográfica,<br />
económica o cualquier otra;<br />
7. La educación debe ser inclusiva y no discriminatoria,<br />
reconociendo y valorando las diferencias y diversidades,<br />
promoviendo la superación de las desigualdades y la construcción<br />
de nuevas formas igualitarias de relación entre las personas. Los<br />
centros educativos deben existir como espacios de encuentro,<br />
de ejercicio de la democracia, de cumplimiento de los derechos<br />
humanos y de una cultura que destierre la violencia, promoviendo<br />
aprendizajes y vivencias que sean significativas para la vida de<br />
cada individuo y comunidad;<br />
8. La educación debe contar con currículos y planes<br />
político-pedagógicos construidos colectivamente, con maestros<br />
y maestras bien formadas/os y remuneradas/os y con sistemas<br />
de evaluación holísticos y formativos, desarrollados a la luz<br />
de parámetros nacionales y fundamentados en los derechos<br />
humanos, y con la participación de los sujetos de la comunidad<br />
educativa, respetando las particularidades al interior de cada país;<br />
9. La educación pública debe ser financiada con recursos<br />
públicos en cantidad suficiente que permitan la plena realización<br />
del derecho;<br />
10. La gestión de la educación debe ser democrática,<br />
contando con la amplia participación de la sociedad civil y los<br />
sujetos de la comunidad educativa, desde el nivel micro hasta<br />
la definición de la política educativa y en su seguimiento así<br />
como en el acompañamiento de la ejecución presupuestaria.”<br />
En relación con el sexto punto, en la región hay experiencias<br />
en países como el Brasil, que cuentan con políticas activas de<br />
promoción de la igualdad, como acciones afirmativas a nivel de<br />
la educación terciaria privada y pública, así como en la formación<br />
profesional y la calificación para el trabajo.<br />
A nivel mundial, en mayo de 2015 se llevó a cabo el Foro<br />
Mundial sobre la Educación 2015, en Incheon (República de<br />
Corea), en que se reunieron ministros de más de 130 gobiernos,<br />
altos funcionarios gubernamentales, premios Nobel, directivos de<br />
organizaciones internacionales y no gubernamentales, académicos,<br />
representantes del sector privado y otras partes interesadas. En<br />
la ocasión se aprobó la Declaración de Incheon, en que se insta<br />
a los países a proporcionar a todo el mundo una educación de<br />
calidad, inclusiva y equitativa y oportunidades de aprendizaje a<br />
lo largo de toda la vida. El texto constituye una de las bases de<br />
las nuevas metas en materia de educación de los Objetivos de<br />
<strong>Desarrollo</strong> Sostenible. Además, se reafirma el papel clave de la<br />
educación en la paz y el desarrollo sostenible a nivel mundial.<br />
La Declaración de Incheon se aplicará mediante el Marco de<br />
Acción de la Educación 2030, una hoja de ruta que los gobiernos<br />
adoptarán a fines de 2015 y que servirá de guía para poner en<br />
marcha marcos legales y políticos efectivos para la educación,<br />
con principios de gobernanza basados en la rendición de cuentas,<br />
la transparencia y la participación. Para su aplicación efectiva<br />
se requerirá un alto grado de coordinación regional, así como<br />
un seguimiento y evaluación rigurosos de la agenda educativa.<br />
También se necesitará un mayor financiamiento, especialmente<br />
en el caso de los países que están más lejos de poder ofrecer<br />
una educación inclusiva y de calidad. Mediante la Declaración<br />
de Incheon y su Marco de Acción, se instará a los países a<br />
establecer a nivel nacional objetivos de inversión adecuados y<br />
a aumentar la asistencia oficial para el desarrollo destinada a<br />
los países de bajos ingresos.<br />
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de UNESCO/UNICEF, “Más allá de 2015: la educación que queremos”<br />
[en línea] http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/HQ/ED/ED_new/pdf/BEYOND2015-TheEdWeWant_Final_Brochure-SPA.pdf; Campaña<br />
Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), “Posicionamientos públicos” [en línea] http://www.campanaderechoeducacion.org/v2/es/<br />
publicaciones/clade/posicionamientos-publicos.html; Declaración de Incheon, mayo de 2015 [en línea] https://es.unesco.org/world-education-forum-2015/<br />
about-forum/declaracion-de-incheon.<br />
A pesar de los significativos avances económicos y <strong>social</strong>es recientes, en América Latina y el Caribe las desigualdades<br />
de género siguen siendo un eje estructurante de la matriz de la desigualdad <strong>social</strong>. Las desigualdades de género<br />
acentúan otras desigualdades, como las económicas, étnicas y raciales o territoriales, poniendo de manifiesto que la<br />
igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas (Objetivo 5) es inaplazable para alcanzar la igualdad<br />
en la región.<br />
Reconocer la centralidad de la igualdad de género en los debates sobre el desarrollo implica considerar tanto<br />
la dimensión productiva como la reproductiva. La discusión sobre la dimensión reproductiva recupera aspectos<br />
fundamentales para el desarrollo, como la necesidad de reconfiguración de la división sexual del trabajo en un<br />
modelo que concilie la vida productiva y reproductiva y la distribución del cuidado entre el Estado, las familias (y,<br />
dentro de ellas, entre hombres y mujeres) y el mercado, la crianza de los hijos y la formación de patrones de vida<br />
(consumo, producción, reproducción y cuidado). Asuntos como la violencia y la discriminación contra las mujeres<br />
evidencian que hoy miles de mujeres en la región no pueden tomar decisiones oportunas, libres ni seguras sobre su<br />
reproducción, lo que les impide salir del círculo de pobreza, marginación y desigualdad. El Objetivo 5 es, por lo tanto,<br />
fundamental para la región, en razón de la existencia de marcos vinculantes de los derechos humanos, en particular<br />
de los derechos humanos de las mujeres. Dentro de estos marcos, se destacan la Convención sobre la Eliminación<br />
de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Naciones Unidas, 1979), la Convención de Belém do Pará<br />
y el Protocolo de San Salvador (OEA, 1988), entre otros, cuya garantía y cumplimiento pueden impulsarse mediante<br />
una implementación eficaz de los Objetivos de <strong>Desarrollo</strong> Sostenible.<br />
El Objetivo 8, en que se llama a promover el crecimiento económico sostenido, <strong>inclusivo</strong> y sostenible, el empleo<br />
pleno y productivo y el trabajo decente para todos, es crucial para la región, que transita actualmente por una senda<br />
Capítulo V<br />
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