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<strong>Desarrollo</strong> <strong>social</strong> <strong>inclusivo</strong>: una nueva generación de políticas para superar la pobreza...<br />
H. Para avanzar en el desarrollo <strong>social</strong> se requieren<br />
diversos pactos<br />
Proponer un modelo de desarrollo sostenible en el mediano y largo plazo ha sido una preocupación recurrente de<br />
la CEPAL a lo largo de su historia, que gana una relevancia aún mayor en el contexto de la Agenda 2030 para el<br />
<strong>Desarrollo</strong> Sostenible. En la trilogía de la igualdad, expresión actual de la propuesta de la CEPAL (2014a, 2012a,<br />
2010a), se define la igualdad como el horizonte del desarrollo, el cambio estructural como el camino y la política<br />
como el instrumento; no por casualidad el tercer tomo se denomina Pactos para la igualdad: hacia un futuro sostenible<br />
(CEPAL, 2014a). Para avanzar hacia ese horizonte, además de que el Estado recupere un papel activo en la regulación,<br />
fiscalización y redistribución, mediante políticas públicas activas en numerosos ámbitos del desarrollo, se requieren<br />
pactos en diversas áreas. En virtud de esa perspectiva, la CEPAL propuso siete tipos de pactos: para una fiscalidad<br />
con vocación de igualdad; para la inversión, la política industrial y el financiamiento <strong>inclusivo</strong>; para la igualdad en<br />
el mundo del trabajo; para un mayor bienestar <strong>social</strong> y mejores servicios públicos; para la sostenibilidad ambiental;<br />
para la gobernanza de los recursos naturales; y por el desarrollo y la cooperación más allá de 2015, por parte de<br />
la comunidad internacional. Todos ellos interesan en términos de un desarrollo <strong>social</strong> <strong>inclusivo</strong> (CEPAL, 2014a).<br />
Los pactos <strong>social</strong>es, laborales y fiscales son necesarios porque los compromisos recíprocos asumidos por su vía<br />
“pueden contribuir a que los actores políticos y <strong>social</strong>es tengan expectativas convergentes y una mayor apropiación<br />
de las propuestas, lo que favorecerá el establecimiento de políticas e instituciones <strong>social</strong> y políticamente sostenibles<br />
con una implementación más viable”. Asimismo, “pueden dar viabilidad política a reformas institucionales cuando<br />
los procesos de consulta y negociación combinan la articulación de sectores políticos y <strong>social</strong>es mayoritarios con<br />
la definición de posiciones más claras y ampliamente compartidas por los representantes de esos sectores” (CEPAL,<br />
2014a, pág. 312). Requieren ciertas condiciones para constituirse, ya que más allá de sus contenidos, la construcción<br />
de un pacto “entraña una dinámica colectiva de aprendizaje en cultura democrática, en normas de negociación,<br />
en reciprocidad de derechos y en disposición a ceder intereses propios en aras del bien colectivo” (Hopenhayn y<br />
otros, 2014, pág. 24). Por otra parte, en la medida en que concurre una amplia gama de actores, implica conflictos<br />
y dificultades, pero la sostenibilidad de los acuerdos depende precisamente de la capacidad para lograr procesos<br />
de diálogo incluyentes.<br />
Postular un pacto en torno a la igualdad implica centrar la atención en una serie de instituciones llamadas a<br />
promoverla, entre las que destacan las vinculadas con el bienestar <strong>social</strong> y con la creación de condiciones políticas,<br />
jurídicas e institucionales que permitan avanzar hacia ella. En lo que atañe al eje de este documento, se trata de<br />
avanzar hacia la superación de la pobreza y hacia la reducción de las desigualdades y de la exclusión <strong>social</strong>. Es<br />
perentorio actuar en aquellas dimensiones de exclusión y discriminación que han tenido mayor permanencia en el<br />
tiempo o cuyas magnitudes han sido especialmente desproporcionadas. Solo de esa manera, estos sectores <strong>social</strong>es<br />
percibirán cambios, movilidad y caminos de salida. Es vital incrementar las oportunidades productivas y de acceso<br />
al trabajo decente, fomentar el desarrollo de las capacidades de las personas y conformar sistemas más <strong>inclusivo</strong>s<br />
de protección ante vulnerabilidades y riesgos. A su vez, ello debería tener efectos virtuosos respecto del desempeño<br />
económico y la distribución de los frutos del desarrollo que gravitan decisivamente en el bienestar de las personas.<br />
Se debe buscar compatibilizar la viabilidad económica con el impacto <strong>social</strong>.<br />
Para asegurar los avances del desarrollo <strong>social</strong> e impedir su reversión, y enfrentar las asignaturas pendientes<br />
mediante políticas y una institucionalidad renovadas, se requieren acuerdos políticos que impriman legitimidad y<br />
sostenibilidad en el tiempo a las reformas planteadas, ya que permiten procesar los conflictos y las visiones contrapuestas<br />
que emergen en una sociedad democrática. Para que se concreten, pueden requerir que se aprovechen coyunturas<br />
que a veces resultan excepcionales (véase el recuadro IV.8).<br />
Los pactos deben permitir trascender la adopción de políticas que tienden a favorecer intereses parciales de<br />
ciertas coaliciones y grupos de interés que gozan de gran poder económico y político. Se trata de poder emprender<br />
reformas más amplias, ambiciosas y perdurables, que no estén sujetas a vaivenes electorales y a cambios de gobierno.<br />
Es indispensable contar con acuerdos básicos que vayan más allá de la coalición dominante en un momento dado<br />
para cerrar brechas estructurales que, por definición, requieren compromisos fiscales y <strong>social</strong>es de largo plazo.<br />
Capítulo IV<br />
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