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Desarrollo social inclusivo

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<strong>Desarrollo</strong> <strong>social</strong> <strong>inclusivo</strong>: una nueva generación de políticas para superar la pobreza...<br />

El aumento del número de empleos formales, debido tanto a la generación de nuevos puestos de trabajo con esas<br />

características como a la formalización de empleos informales preexistentes, ha sido resultado del dinamismo de la economía<br />

y de varios tipos de políticas implementadas en la región. Entre ellas, se encuentran medidas de simplificación tributaria<br />

que incentivan el registro de pequeñas y microempresas o amplían el acceso a la seguridad <strong>social</strong> de microemprendedores<br />

y trabajadores por cuenta propia (como el monotributo en la Argentina y el Uruguay y el Simples, el Supersimples y<br />

la ley del microemprendedor individual (MEI) en el Brasil), de fortalecimiento de la administración del trabajo y de la<br />

inspección laboral y de aumento de la capacitación, el crédito y la asistencia técnica dirigida a empresas y a trabajadores<br />

informales, entre otras. Este proceso de formalización ha ocurrido tanto entre los trabajadores asalariados como entre los<br />

independientes o por cuenta propia, y refleja el efecto conjunto de la demanda laboral de las empresas formales y los<br />

avances en la formalización de empresas y empleos informales (CEPAL/OIT, 2014; OIT, 2014).<br />

Un análisis realizado por CEPAL/OIT (2014) sobre nueve países indica que entre 2009 y 2013, período que se<br />

caracterizó por una creación neta de empleos del orden del 7,9%, ese dinamismo estuvo concentrado en la generación<br />

de empleo formal. El aumento del empleo formal fue del 12,7% y si bien el empleo informal también creció, lo hizo a<br />

una tasa significativamente menor (2,6%); en consecuencia, la participación del empleo formal en el total de la ocupación<br />

aumentó del 51,1% al 53,4% y la del empleo informal se redujo del 48,9% al 46,6% 18 . Ese proceso de formalización no<br />

solo favoreció una inserción laboral más productiva, más protegida y con más derechos, sino que también contribuyó a<br />

disminuir la brecha de ingresos laborales, ya que la formalización de personas con menos años de estudio tuvo un ritmo<br />

más acelerado que en el caso de aquellas que tenían un mayor nivel educativo (CEPAL/OIT, 2014, págs. 16 y 20).<br />

A su vez, según el mismo estudio, la formalización tuvo un impacto desigual en la evolución de la brecha de<br />

ingresos entre hombres y mujeres. En el Brasil, el Ecuador, Panamá y el Paraguay, se registró un efecto favorable en la<br />

reducción de esa brecha: el grado de formalización aumentó más entre las mujeres que entre los hombres. Por otro<br />

lado, en Bolivia (Estado Plurinacional de) y Colombia, el efecto fue inverso: la brecha de ingresos aumentó; en el primer<br />

caso, porque se elevó el grado de formalidad del empleo masculino y disminuyó el del femenino, y en el segundo,<br />

porque la formalización fue superior entre los hombres en comparación con las mujeres (CEPAL/OIT, 2014, pág. 21).<br />

Los posibles efectos en el mercado de trabajo del actual escenario de desaceleración económica mundial<br />

y regional (menor generación y eventual pérdida de puestos de trabajo y consiguiente aumento del desempleo)<br />

transforman en un desafío el mantenimiento del impulso a la formalización, ya que la flexibilización laboral y la<br />

derivada precarización de las condiciones de contratación y recontratación son fenómenos frecuentes en situaciones<br />

de contracción económica.<br />

3. Expansión de la cobertura de la protección <strong>social</strong><br />

En los años recientes se amplió la protección <strong>social</strong> de salud y pensiones en numerosos países. Ello se vio favorecido<br />

por la evolución positiva del mercado de trabajo, especialmente por la disminución del desempleo, el aumento de<br />

los niveles de ocupación y de formalización, que contribuyeron a expandir los mecanismos contributivos.<br />

La cobertura de la afiliación en la región es heterogénea y también es diversa la desigualdad dentro de los países,<br />

tanto respecto de la escala de la población cubierta y la desprotegida como en lo que se refiere a las disparidades<br />

en el seno de la población cubierta 19 . Como puede observarse, hay países con coberturas altas, bajas e intermedias<br />

de afiliación a salud y pensiones.<br />

En cuanto a la ampliación de la cobertura, los incrementos recientes son más discretos en los países de coberturas<br />

más altas, mientras que en algunos países de cobertura intermedia se presenta un interesante dinamismo e incluso<br />

18<br />

Los datos corresponden al promedio ponderado de los nueve países (Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Colombia,<br />

Ecuador, México, Panamá, Paraguay y Perú), considerando la población ocupada de 15 años y más.<br />

19<br />

La afiliación es una variable sustitutiva (proxy) de la cobertura, a la que debe acudirse cuando se utilizan las encuestas de hogares<br />

para analizar la protección <strong>social</strong>, y que no permite analizar diversos matices importantes del asunto. Por ejemplo, pueden constar<br />

como afiliados trabajadores cuyos empleadores incumplen el pago de las contribuciones, a pesar de haber deducido de los salarios<br />

las cantidades correspondientes. La afiliación a pensiones no da cuenta por sí sola de la cotización de los afiliados; si no cotizan,<br />

se estarán generando lagunas de cotización que, según su magnitud, pueden llegar a comprometer seriamente el futuro nivel de sus<br />

pensiones. La afiliación de los asalariados a pensiones indica estrictamente la expectativa futura de recibir una pensión a la edad<br />

determinada por la ley, pero no da luces sobre su futuro monto, que estará determinado por las trayectorias laborales, las características<br />

de los sistemas de pensiones y otras variables de ajuste al contexto económico, macroeconómico, demográfico y otros, y que puede<br />

también calcularse con estas encuestas. Por su parte, la afiliación a sistemas de salud no es garantía de acceso a prestaciones, por lo<br />

que pueden surgir brechas, como las que se muestran, por ejemplo, en las listas de espera para especialidades y diversos servicios.<br />

Se han seleccionado encuestas de dos puntos en el tiempo que, como se observará, no son idénticas para todos los países abarcados,<br />

que se consolidan en los gráficos como “en torno a 2002 y 2013”.<br />

Capítulo I<br />

39

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