Municipio y centralización monárquica a finales de la - RUA ...

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José Manuel Nieto Soria
una actitud típica que supone el que la hermandad concejil
se presenta como testimonio de la lealtad de las ciudades
al rey, pero de una lealtad condicionada, incompatible con
cualquier forma de sumisión y que, en consecuencia, abría
un espacio político específi co a las ciudades del reino para
defi nir unas ciertas líneas políticas particulares coherentes
con ese criterio de lealtad condicionada (nota 12). Tal criterio
se resumía en el principio del respeto necesario de los reyes
hacia los privilegios de las ciudades, de suerte que, si los reyes
actuaran contra estos privilegios, las ciudades deberían
recurrir al propio monarca para que lo enmendase, y si no
resolviese en consecuencia de acuerdo con la propuesta de
las ciudades, la hermandad estaría legitimada para ir contra
el rey.
Tal criterio, que como se acaba de señalar, puede comprobarse
en los mismos comienzos de este movimiento concejil,
ya en 1282, no deja de verse matizado a partir de lo que era
la visión del mismo desde la perspectiva de las ciudades que
en el contexto de la sublevación del infante don Sancho permanecieron
fi eles al rey Alfonso X. Así, el concejo de Sevilla,
al dirigirse al de Murcia para solicitar su apoyo a la formación
de una hermandad en defensa de este monarca, se declaró
como actuando «a seruiçio de Dios et de nuestro señor el
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