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Alberto Fuguet - Mala Onda.pdf - Colegio

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Luisa, que siempre lo cuestiona todo, y con el Nacho que, según la Flora, está destinado a<br />

escribir la gran novela surfística del siglo veinte, cuestión que dudo realmente. Excepto por<br />

ellos dos, que también se juntan con ella a veces, nadie sabe de estos encuentros<br />

extraescolares. Quizás por eso mismo, por si algún día nos pillaran in fraganti tomando<br />

cerveza en una fuente de soda por ahí, es que la Flora nos exige el doble y siempre nos<br />

pone notas más bien mediocres.<br />

—¿Seguro que no quieres más vino? —me pregunta ahora.<br />

—Prefiero una superlimonada; he estado tomando<br />

demasiado últimamente.<br />

—Como quieras.<br />

Los platos están llenos con unos panqueques con porotos negros y salsa de espinacas, más<br />

una porción de arroz integral y no sé qué más. Pero aún no logro expresar lo que siento.<br />

—Bueno —me dice la Flora mirando el reloj—, espero que no te hayas lateado mucho en Rio. Hace<br />

tres años me tocó acompañar a unos terceros medios y fue una pesadilla: puro gastar plata e ir a<br />

discothéques. Me acuerdo de que me dediqué a leer a Amado en portugués. —Yo lo pasé increíble<br />

en Rio —le contesto—. Los mejores días de mi vida.<br />

—No te puedo creer. A mí me pareció espantoso. Tanto turista y ese afán local de no asumir la<br />

identidad del país. Parece Miami. Si quieres conocer Brasil, tienes que ir a Bahia. Ahí está la<br />

verdad.<br />

—Quizás, pero yo lo pasé bien. El viaje me hizo pensar. Harto.<br />

—Por tu bronceada no se nota. —En la playa se piensa igual, Flora. —No se me ocurre en qué. —<br />

No sé, en la vida, en Chile, en todo. —Quizás.<br />

Está en otra, siento. Como que no hay comunicación. Miro por la ventana y veo como el<br />

cuidador de autos cuenta sus monedas. Ella me habla de la ilegitimidad del plebiscito, de<br />

los años de dictadura que nos quedan por delante y de un artículo que aún no termina sobre<br />

Julio Cortázar, para enviarlo a la Universidad de Stanford.<br />

-—¿Y piensas ir allá? —le pregunto por preguntar.

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