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Alberto Fuguet - Mala Onda.pdf - Colegio

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—Y diles a estas chicas que regresen como en veinte minutos más, para que estemos lo<br />

suficientemente recuperados.<br />

El lugar éste se llama Escort Vips pero todos lo llaman Torres de Tajamar. O el 1104. Da lo<br />

mismo porque, la verdad, es tan ultraprivado que no necesita ningún<br />

350<br />

351<br />

nombre. Es, por así decirlo, la mejor sucursal del Padrino en el barrio alto. O sea, es una<br />

suerte de pariente del • Juancho's. Por ahí va la conexión. Por eso, todo es de primera: las<br />

minas-modelos de la tele, el trago, las piezas, los accesorios. Y los jales, claro. El huevón<br />

que regenta es el proveedor de mi padre: tiene contacto directo con Bolivia, me explicó.<br />

Lo raro de todo esto es que esté yo aquí, hablando con él, con una frazada gris enrollada en<br />

la cintura, en pleno toque de queda, pidiéndole trago como si nada, y eso que estamos en<br />

ley seca, por lo de las elecciones. Pero yo ya he elegido. Creo.<br />

Todo ha sido muy rápido, inesperado. Tan inesperado que ni me lo he cuestionado; solo lo<br />

he vivido. Pero quizás sea un error. No sé.<br />

El traidor fue Poblete, eso lo tengo claro. Pero, quizás, solo hizo lo que debía: llamó a mi<br />

abuelo y le dijo que yo había regresado al Club. Y mi abuelo se comunicó con mi padre<br />

que, en medio de los disturbios, agarró un taxi y partió a buscarme. No tuve escape posible.<br />

Él tampoco.<br />

Por eso está ahora aquí. Por eso está conmigo. Necesita de alguien, alguien que esté con él.<br />

Lo supe desde que lo vi entrar a la peluquería. Llegó vencido, sin treguas que solicitar ni<br />

argumentos para convencer. Solo llegó, se sentó por ahí y observó como el viejito poco<br />

menos que me rapaba. Mientras las tijeras y la máquina de rasurar iban y venían, yo<br />

pensaba en cómo correrme, en cómo arrancar, qué excusas darle, qué de-<br />

cir, qué no decir, cómo evitarlo, cómo impedir toda posibilidad de comunicación.

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