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Alberto Fuguet - Mala Onda.pdf - Colegio

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—No, con una mina. A ella, por supuesto, le encantó. Hasta lloró al final.<br />

No sé si seguir explorando el tema. Hasta el momento está diciendo la más pura y santa<br />

verdad. Falta el nombre no más. La pregunta que debería venir a continuación es «¿qué<br />

mina?» o «¿la conozco?».<br />

—Me cargan las minas que lloran con las películas hechas para llorar —le digo.<br />

Miro al suelo y sus zapatillas Adidas, y pienso que sería muy riesgoso e incómodo obligarlo<br />

a mentir. Y que sería aun más bomb si se confesara y me dijera algo así como: «Sí, fui con<br />

la Antonia y atracamos de lo lindo y está tan rica, y creo que estamos superbiért. Hasta me<br />

dejó tocarle una teta antes de bajarse del auto». Prefiero ni saberlo. Pero el silencio —la<br />

curiosidad— me está matando.<br />

Él se larga a hablar:<br />

—Me acuerdo que una vez llevé a una tipa a ver una de policías y el malo, un actor que nadie<br />

conoce, le recordó a un ex pololo que se fue a vivir a Australia, y me acuerdo que la mina lloraba y<br />

lloraba cada vez que aparecía el actor en pantalla. Fue una verdadera tragedia. Salió con la nariz<br />

congestionada. Para nunca más.<br />

—Es rara esta cuestión de llorar —le respondo—. Una noche estábamos con la Antonia en su casa<br />

viendo en la tele esa película Ella vivirá, que tiene música de Jim Croce, y fue bien embarazoso, me<br />

acuerdo, porque yo me puse a llorar antes que terminara y ella me pilló y yo traté de hacerme el<br />

duro pero ella también estaba llorando y, no sé, fue como buena onda, como que me tocó. Creo<br />

que nos unió. Incluso ella me confesó que cada vez que escucha El tiempo en la botella se acuerda<br />

de mí. A pesar de todo.<br />

La anécdota, por cierto, es mentira. Y funciona. Mc-Clure está pálido, cortado. Entre<br />

muerto de celos y de enojo. Es obvio que oculta algo y su crianza católica le pesa. Cientos<br />

de personas pasan junto a nosotros, y seguro<br />

¿1 debe sentir que casi todos se dicen a sí mismos: «Eso es l0 que se llama un tipo<br />

mentiroso». Pero no es solo eso: son celos de la peor calaña, porque McClure tiene más que<br />

claro que, si bien ha habido poco entre la Antonia y yo, la cuestión ha sido profunda. Más<br />

profunda de lo que él jamas va a lograr. Y casi le digo que hoy voy a ir a andar en bicicleta<br />

con ella, pero me parece una mala táctica.<br />

Seguimos caminando: estamos por llegar a las Torres de Tajamar. Nadie habla. En todo<br />

caso, pienso, es verdad que lloré viendo Ella vivirá, así que la mentira no es tan grave.

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