Alberto Fuguet - Mala Onda.pdf - Colegio
Alberto Fuguet - Mala Onda.pdf - Colegio
Alberto Fuguet - Mala Onda.pdf - Colegio
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
—Hola, qué tal. ¿Qué quieren tomar? —nos dice el muy hipócrita.<br />
—¿Tú, Matías? —me pregunta con su voz más sensual esta loca, crespa y chica, levemente gorda,<br />
con unos rollitos que se le asoman bajo la polera negra, decorada por una foto plastificada de<br />
Barbra Streisand — en pelotas— abrazando a un Kris Kristoffersson también en pelotas, claro que<br />
sin circuncisión, aunque en realidad a ninguno de los dos se le ve nada.<br />
—Nace una estrella —le digo.<br />
—Sí. ¿La viste?<br />
—Con la Antonia.<br />
Sus ojos azules y chicos se agrandan y me penetran. Esta huevona está celosa, pienso.<br />
—Perdona que interrumpa —grita el gran Alejandro Paz de Chile—, pero, ¿qué quieren tomar?<br />
Pedimos dos Margaritas. No quiero mezclar.<br />
—Me encanta la Barbra Streisand —me dice la Vasheta, como si se lo hubiera preguntado. Su<br />
Enough is Enough (is Enough) todavía me retumba. Típico de mina del Instituto Hebreo<br />
identificarse con esa narigona sobrevalorada, pienso.<br />
—Es mi ídola —prosigue—. La encuentro increíble: estupenda, buena actriz, buena<br />
cantante. ¿Has escuchado su álbum Wet?<br />
—Gran título: Wet. Me gusta. You re kind ofwet...<br />
—No aún...<br />
Esta huevona quiere hueveo. Te los está tirando firmeza.<br />
—Todo a su tiempo, ¿no? —y me río en la más cínica.<br />
Ella, como para coquetear, revuelve su trago, que ya está más que revuelto. Le miro el<br />
perfil. Se ha operado la nariz, deduzco. Es demasiado perfecta, no tiene mucho que ver con<br />
el resto de la cara. Es totalmente anti-Streisand, concluyo.<br />
—Bonita tu nariz —le digo sin querer.<br />
—Gracias. Qué bueno que te guste. Es operada. Me la arreglé el año pasado. Con el doctor Zarhi.<br />
Costó harta plata pero mi papá cree que valió la pena. Yo también.<br />
—Nunca me he operado nada.<br />
—No lo necesitas.<br />
Me río un poco, una risa medio nerviosa. Esta tipa quién se cree que es. El que manda aquí<br />
soy yo. Tomo un poco y lamo toda la sal del vaso. Ella me imita y su lengua brillosa<br />
circunda toda la copa con más ganas que elegancia. Después sus ojos se posan en los míos<br />
y ninguno de los dos pestañea. Miradas que matan, pienso. Por qué no llegará el Nacho,<br />
dónde mierda se habrá metido.