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REVISTA DIGITAL TRANSVERSALIDAD EDUCATIVA Nº 4 15/12/2008
2. CONDUCTAS OBSERVABLES EN LOS NIÑOS/AS EN LO
REFERENTE A ESTE TIPO DE JUEGO.
Si nos paramos a observar este tipo de juego en el aula, podremos observar como
niños y niñas juegan de forma distinta, y que las diferencias que se encuentran entre
ambos se orientan en dirección de los estereotipos existentes:
• Las niñas desarrollan más conductas de cuidado y atención a otras personas,
sean estas representadas por muñecos o compañeros/as de juego, que los
varones.
• Cuando los varones realizan conductas de cuidado, parecen sentirse ridículos,
se ríen y burlan de sus propios comportamientos y hacen comentarios jocosos
sobre los muñecos-bebé.
• Las niñas realizan más labores domésticas que los niños, actividades como
planchar, tender, fregar, cocinar,…
• Las niñas presentan conductas más reales en el cuidado de bebés, en la forma
de coger a los muñecos, arroparlos, darles la papilla,.etc.
• Los niños suelen mostrar conductas violentas o agresivas durante el juego, ya
sean estas reales o simuladas.
• Cuando a la hora de jugar, el grupo de juego es mixto, se pueden observar
conductas menos estereotipadas que cuando los grupos están compuestos sólo
por un sexo.
• Los niños suelen identificarse con animales o personajes malvados que
agreden o atacan a otros, en cambio las niñas no.
• El rol de la madre es desempeñado con mucha frecuencia por las niñas. En
cambio el rol paterno aparece con menor frecuencia en los niños.
• Los niños suelen tolerar mejor las conductas que no tienen nada que ver con la
esfera doméstica que las niñas. Por este motivo cuando los varones realizan
tareas de este tipo, las niñas les retiran de la actividad o los desautorizan.
• Tanto los niños como las niñas utilizan conductas evasivas para huir del
escenario y variar el guión si no le apetece jugar a un determinado juego.
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