el jardín de los justos imam an nawawi

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Dijeron: ‘¡Claro que sí, Mensajero de Allah!’
Dijo: ‘¡Diréis: Subhana Allah wa al hamdulillah wa allahu akbar’, después de cada
oración treinta y tres veces!’
Dijo Abu Saleh, el que transmitió de Abu Huraira: Cuando fue preguntado sobre
la forma de decirlo, dijo:
‘Se dice: subhana Allah, wa al hamdulillah wa allahu akbar, hasta completar un
total de treinta y tres veces cada frase’.”
Y añadió Muslim en su relato:
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Lo relataron Al Bujari y Muslim.
“Regresaron los pobres emigrantes al Mensajero de Allah y le dijeron:
‘Han oído nuestros hermanos ricos lo que hemos hecho y ellos han hecho lo
mismo. Y no les hemos adelantado.’
Dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:
‘¡Así es el favor de Allah, que se lo da a quien quiere!’.”
Y del mismo se transmitió que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:
“¡A quien dijera: ‘Subhana Allah’, al final de cada oración treinta y tres veces; y
‘al hamdulillah’ treinta y tres; y ‘allahu akbar’ otras treinta y tres; y finalmente dijera
completando las cien: ¡La ilaha illa Allahu wahdahu la sharika lahu, lahul mulku wa
lahul hamd, wa huwa alá kulli shai in qadir! Por todo ello le serían perdonadas sus faltas,
aunque fuesen tantas como la espuma del mar.”
Lo relató Muslim.
Se transmitió de Kaab Ibn Uyra, Allah esté complacido con él, que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:
“¡Después de cada oración obligatoria, se dice treinta y tres veces: ‘subhana
Allah’, treinta y tres ‘al hamdulillah’, y treinta y cuatro ‘Allahu akbar‘!”
Se transmitió de Saad Ibn Abu Waqqás, Allah esté complacido con él, que dijo:
Lo relató Muslim.
“El Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, solía buscar el refugio de
Allah, después de las oraciones, con las siguientes palabras:
‘Allahumma inní aúdhu bika min al yubni wal bujli; wa aúdhu bika min an uradda ilá
ardhalil umur, wa aúdhu bika min fitnatid dunia, wa aúdhu bika min fitnatil qabr.’
(¡Oh Allah me refugio en Ti de la cobardía y la tacañería. Me refugio en Ti del
desamparo y debilidad en la vejez. Y me refugio en Ti de las pruebas del mundo, y
de las pruebas de la tumba!).”
Lo relató Al Bujari.