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Esterilidad masculina - Conselleria de Sanitat - Generalitat Valenciana

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donaron una civilización en un lugar fértil que adoraba una divinidad femenina<br />

que encarnaba el principio <strong>de</strong> la fertilidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tiempo inmemorial, por<br />

otra situada al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto, y bajo la protección <strong>de</strong> un dios <strong>de</strong>sconocido,<br />

asexuado, pero netamente masculino: Yahvé.<br />

Es interesante observar, <strong>de</strong> acuerdo con A. Goldman-Amirav1 , que al<br />

encontrarse con el dios bíblico, estas mujeres se vuelven súbitamente estériles,<br />

y solamente conciben hijos en virtud <strong>de</strong> la voluntad divina2 . Es muy significativo<br />

el ejemplo <strong>de</strong> Sara, la cual creció en una cultura en la que las<br />

madres y las divinida<strong>de</strong>s femeninas eran la fuente <strong>de</strong> vida. Se encuentra con<br />

un dios nuevo que le promete un hijo cuando es ya vieja y cuya menstruación,<br />

así como su vida sexual, habían concluido. Yahvé formula la promesa<br />

<strong>de</strong> fertilidad no justamente a ella sino a su esposo Abraham, es <strong>de</strong>cir, no ha<br />

establecido ningún pacto con ella ni le ha explicado sus planes.<br />

En sentido antropológico todo esto tiene una lectura simbólica muy<br />

evi<strong>de</strong>nte. El dios <strong>de</strong> Abraham ha retenido para sí el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> las antiguas<br />

diosas <strong>de</strong> la fecundidad: ya no son ellas las propiciadoras <strong>de</strong> la vida nueva,<br />

será sólo Yavéh, un dios masculino quien lo hace con su po<strong>de</strong>r sobrenatural.<br />

En la Biblia, a<strong>de</strong>más, la esterilidad femenina es tenida como castigo<br />

divino, y la tradición judía mantiene clara la relación entre la esterilidad y el<br />

pecado. Así por ejemplo en el Levítico se dice que si uno toma por esposa a<br />

la mujer <strong>de</strong> su hermano, quedarán ambos impuros, pues se <strong>de</strong>scubre la <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z<br />

<strong>de</strong> éste, y quedarán sin hijos (Lev. 20, 20-21); y en el Libro <strong>de</strong> Job se<br />

recuerda al malvado que “su recuerdo <strong>de</strong>saparece <strong>de</strong> la Tierra, no le queda<br />

nombre en la comarca (…) Ni prole ni posteridad tiene en su pueblo” (Job,<br />

18, 17-19). Es <strong>de</strong>cir, Yahvé <strong>de</strong>muestra su po<strong>de</strong>r único incluso en los dominios<br />

don<strong>de</strong> la Diosa Madre había tenido su hegemonía. Ahora la fertilidad<br />

está bajo su control, y el hecho <strong>de</strong> que impere una <strong>de</strong>idad <strong>masculina</strong> trae<br />

como consecuencia que el centro <strong>de</strong> la atención sea más la simiente <strong>masculina</strong><br />

que la matriz femenina.<br />

La infertilidad <strong>de</strong> las madres bíblicas y la virginidad <strong>de</strong> la Madre <strong>de</strong><br />

Dios <strong>de</strong>l Nuevo Testamento son como dos caras <strong>de</strong> la misma moneda: los<br />

hombres importantes en la tradición ju<strong>de</strong>ocristiana nacen mediante la voluntad<br />

<strong>de</strong> un Dios todopo<strong>de</strong>roso, y no merced al <strong>de</strong>seo inmediato <strong>de</strong>l hombre.<br />

1 GOLDMAN-AMIRAV, Anna, “Mira, Yahveh me ha hecho estéril”, Reproductive and Genetic<br />

Engineering, vol. I, nº 3, 1988, pp. 275-279 (en Silvia Tubert, Ed., Figuras <strong>de</strong> la Madre, Cátedra<br />

– Universitat <strong>de</strong> València – Instituto <strong>de</strong> la Mujer, 1996, pp. 41 y ss.<br />

2 Por ejemplo, en Génesis 25 20-21, Isaac casó a sus cuarenta años con la hija <strong>de</strong> Batuel,<br />

Rebeca. Ésta era estéril pero ante los ruegos <strong>de</strong> Isaac, Dios lo escuchó y su mujer quedó<br />

embarazada.<br />

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