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Libro Recetas - Diputación Provincial de Ciudad Real

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VINOS, PLATOS Y RECETAS ... · Miguel Espadas 249<br />

Entre beber agua o vino,<br />

no cometas <strong>de</strong>satino.<br />

Tira el agua, bebe vino,<br />

y si te aqueja la sed<br />

haz igual, pero al revés:<br />

Bébete primero el vino,<br />

y arroja el agua <strong>de</strong>spués.<br />

Por más vueltas que le <strong>de</strong>s,<br />

el agua sólo sirve<br />

para lavarnos los pies,<br />

y aunque pura en el reguero<br />

transparente y cristalino<br />

se presta, <strong>de</strong> enero a enero<br />

a que “bauticen” el vino<br />

el Cura y el tabernero,<br />

por eso yo no la quiero.<br />

Dame vino compañero.<br />

La gente obe<strong>de</strong>ció. Muchos muertos, pues para ello sólo les faltaba enfriarse,<br />

siguieron el consejo y se sintieron resucitados. Atrás quedaron los vómitos, las diarreas y<br />

su semi frialdad marmórea. Proliferaron tabernas y tascas y se cerraron los aguaduchos y el<br />

balneario para impedir “la toma <strong>de</strong> aguas”. Sólo se dispensaba el “hacer aguas menores”<br />

Los más doctos en materia <strong>de</strong> sanidad me dieron sus parabienes. Me <strong>de</strong>senvolvía<br />

“en olor a muchedumbre”. La gente se había habituado a beber vino, a aborrecer el agua<br />

y, lo más importante se consiguió: que el bichito <strong>de</strong>l cólera huyese <strong>de</strong>spavorido pues,<br />

sabido es que, el tal bacilo, no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>senvolverse en un medio mo<strong>de</strong>radamente alcohólico<br />

como es el vino. Las pobres gentes encontraron la dicha y salvación en este néctar<br />

divino que fue bebida <strong>de</strong> dioses y, en todo tiempo, <strong>de</strong> hombres. Y lo pregonaban a los<br />

cuatro vientos. En la plaza, en la tertulia; al salir <strong>de</strong> la taberna:<br />

“... porque allí llego sediento,<br />

pido vino <strong>de</strong> lo nuevo<br />

mi<strong>de</strong>nlo, dánmelo, bebo,<br />

págolo y voyme contento”.<br />

Tanta huella <strong>de</strong>jó en mí la siniestra enfermedad, como inequívocas muestras legó el

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