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Alguien dio un cadenazo más bien protocolario en los archivadores,<br />

tirando las plantas al suelo.<br />

—¿Pero qué has hecho, desgraciado? —dijo Ignatius—. ¿Quién te<br />

mandó tirar esas plantas?<br />

—Usted dijo «al ataque» —contestó el portador de la cadena.<br />

—Deje eso inmediatamente —gritó Ignatius a un hombre que<br />

acuchillaba apático el letrero DEPARTAMENTO DE INVESTIGACIÓN Y<br />

REFERENCIA. — I. REILLY, CUSTODIO con un cortaplumas—. ¿Pero qué<br />

se han creído ustedes?<br />

—Bueno, usté dijo «al ataque» —contestaron varias voces.<br />

En este yermo<br />

Me das la gracia<br />

De tu luz<br />

Que ilumina la larga noche.<br />

Oh, Jesús, oye mis cuitas<br />

Y nunca, nunca, nunca te dejaré.<br />

—Basta ya de esa canción horrible —gritó Ignatius al coro—. Nunca he<br />

oído mayor blasfemia.<br />

El coro dejó de cantar y los cantores parecieron ofenderse muchísimo.<br />

—No entiendo lo que hace, señor Reilly —dijo el jefe administrativo a<br />

Ignatius.<br />

—Cierre esa boquita, subnormal.<br />

—Nosotros volvemos a la fábrica —dijo furiosa a Ignatius la portavoz<br />

del coro, la dama apasionada—. Es usté un hombre malo. Yo sí creo que hay<br />

un policía buscándole.<br />

—Sí —confirmaron otras voces.<br />

—Un momento, un momento —suplicó Ignatius—. Alguien tiene que<br />

atacar a González —pasó revista el batallón de guerreros—. El del ladrillo,<br />

venga aquí ahora mismo y pegúele un poco en la cabeza.<br />

—Yo no voy a pegarle a nadie con esto —dijo el hombre del ladrillo—.<br />

Usted debe tener unos antecedentes de un kilómetro en la policía.<br />

Las dos mujeres dejaron caer al suelo con manifiesta repugnancia la<br />

sábana y siguieron al coro, que ya empezaba a salir por la puerta.<br />

—¿Pero dónde se van? —gritó Ignatius, la voz ahogada de saliva y<br />

furia.<br />

Los guerreros no contestaron y empezaron a seguir al coro y a las dos<br />

portaestandartes por la puerta de la oficina. Ignatius se lanzó raudo tras los<br />

últimos guerreros y agarró por el brazo a uno, pero el guerrero se lo quitó de

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