14.05.2013 Views

Documento - GutenScape.com

Documento - GutenScape.com

Documento - GutenScape.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Oh, cállate. Nadie desea utilizarte para nada.<br />

—¿Lo ves? Siempre estás atacando. Eso es inseguridad, <strong>com</strong>plejos de<br />

culpa, hostilidad. Si estuvieras orgulloso de ti mismo y de cómo tratas a los<br />

demás, serías agradable. Piensa en otro ejemplo, en la señorita Trixie. Piensa<br />

en lo que le has hecho.<br />

—Nunca le he hecho nada a esa mujer.<br />

—Precisamente. Está sola, asustada.<br />

—Pero si ya está casi muerta.<br />

—Como no están aquí Susan y Sandra, yo también siento <strong>com</strong>plejo de<br />

culpa. ¿Qué hago yo en el mundo? ¿Qué objetivo tengo yo en la vida? Soy una<br />

mujer con ambiciones, con ideales —la señora Levy suspiró—. Y me siento<br />

tan inútil. Me has enjaulado con centenares de objetos materiales que no<br />

satisfacen a mi auténtico yo —sus ojos saltones miraban fríos a su marido—.<br />

Si me traes a la señorita Trixie no escribiré esa carta.<br />

—¿Qué? No quiero aquí a ese vejestorio. ¿Qué pasó con tu club de<br />

bridge? La última vez que no escribiste una carta conseguiste un vestido<br />

nuevo. Te <strong>com</strong>praré un traje de fiesta. Confórmate con eso.<br />

—No basta con que hayas mantenido activa a esa mujer. Necesita ayuda<br />

personal.<br />

—Ya la has utilizado <strong>com</strong>o conejillo de Indias para aquel curso por<br />

correspondencia que hiciste. ¿Por qué no la dejas en paz? Deja que González<br />

la jubile.<br />

—Hazlo y la matarás. Entonces sentirá realmente que nadie la quiere.<br />

Tendrás una muerte sobre tu conciencia.<br />

—Ay. Dios santo.<br />

—Cuando pienso en mi madre. Todos los inviernos en la playa de San<br />

Juan. Bronceado, bikini: bailando, nadando, disfrutando. Admiradores.<br />

—Cada vez que la derriba una ola, le da un ataque cardíaco. Lo que no<br />

pierde en los casinos, lo gasta con el médico del Caribe Hilton.<br />

'—No te gusta mi madre porque nunca te tragó. Razón tenía. Debería<br />

haberme casado con un médico, alguien con ideales —la señora Levy añadió<br />

con tristeza—: En realidad, no importa ya. El sufrimiento ha servido para<br />

fortalecerme.<br />

—¿Sufrirías mucho si alguien arrancase los cables a esa maldita tabla<br />

de ejercicios?<br />

—Ya te lo he dicho —dijo furiosa la señora Levy—. No metas a la tabla<br />

en esto. La rabia te desborda. Sigue mi consejo, Gus. Vete a ver a ese<br />

psicoanalista del Medical Arts, el que ayudó a Lenny a sacar de la ruina su<br />

joyería. Le curó de aquel <strong>com</strong>plejo que tenía sobre la venta de rosarios. Lenny<br />

cuenta de él maravillas. Ahora, ha conseguido una especie de contrato en

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!