14.05.2013 Views

Documento - GutenScape.com

Documento - GutenScape.com

Documento - GutenScape.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Podrá haber unos cuantos disfraces, ¿verdad? Eso es lo maravilloso<br />

de Nueva Orleans. Puedes disfrazarte y'organizar un baile de carnaval<br />

cualquier día del año. Hay veces que el Barrio Francés es <strong>com</strong>o un gran baile<br />

de disfraces. A veces, no puede uno distinguir a los amigos de los enemigos.<br />

Pero si te opones a los disfraces, se lo diré a todos, aunque sus corazoncitos se<br />

encogerán decepcionados. Hace meses que no tenemos una fiestñ decente.<br />

—Bien, no me opondría a unas cuantas máscaras decentes y de buen<br />

gusto —dijo al fin Ignatius—. Pueden añadir a la reunión la atmósfera<br />

internacional adecuada. Los políticos parece que siempre quieren dar la mano<br />

a mongoloides con atavíos étnicos y nativos. Ahora que lo pienso, es<br />

preferible que haya uno o dos disfraces. Pero no ha de haber ninguno<br />

femenino. No creo que a los políticos les preocupase particularmente este tipo<br />

de disfraz. Pero sospecho que provocaría cierta irritación entre los votantes<br />

rurales.<br />

—Bueno, ahora déjame que localice a ese imbécil de Timmy. Se va a<br />

morir de miedo.<br />

—Cuidado con ese policía maquiavélico; si se huele el asunto, estamos<br />

perdidos.<br />

—Oh, si no me alegrase tanto verle de nuevo por aquí, telefonearía a la<br />

policía y haría que le detuvieran de inmediato por proposición deshonesta. No<br />

puedes ni imaginarte la maravillosa expresión de ese hombre cuando llegó el<br />

coche patrulla para llevárselo. ¿Y los funcionarios que le detuvieron? Oh fue<br />

increíble. Eso no tiene precio. Pero estamos tan contentos de tenerle otra vez<br />

con nosotros. Nadie se atreverá a maltratarle más Adiós, gitanaza.<br />

Dorian se alejó callejón abajo en busca del marinero decadente. Ignatius<br />

miró hacia la Calle Royal y se preguntó qué habría sido del club artístico de<br />

señoras. Bajó hasta el pasaje donde tenía escondido el carro, se preparó un<br />

bocadillo y rezó para que apareciese algún cliente antes de terminar el día.<br />

Consideró con tristeza lo bajo que Fortuna había hecho girar su rueda. Nunca<br />

había supuesto que rezaría un día por que la gente le <strong>com</strong>prase bocadillos de<br />

salchichas. Pero en fin, al menos tenía un nuevo plan majestuoso que podría<br />

lanzar en seguida contra Myrna Minkoff. La idea de aquella asamblea política<br />

fundacional le alegraba muchísimo. Esta vez, Myrna Minkoff se quedaría<br />

absolutamente estupefactn.<br />

IV<br />

Era cuestión de almacenaje. George tenía que cargar con los paquetes<br />

todas las tardes, desde casi la una hasta las tres. Una tarde se había ido al cine,<br />

pero ni siquiera allí, en la oscuridad, viendo un programa doble de dos

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!