14.05.2013 Views

Documento - GutenScape.com

Documento - GutenScape.com

Documento - GutenScape.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

cuenta de que esto acabaría así... ¿Qué le hiciste a este chico encantador?<br />

—Ahora tengo los pantalones sucios —gimió el vaquero.<br />

—Fui salvajemente atacado y empujado contra ese vaquero fanfarrón.<br />

—No intentes mentir, gordo —dijo Frieda—. Lo vimos todo. Tenía<br />

celos, Dorian. Quería bailar contigo.<br />

«Espantoso.» «Échale.» «Está estropeando la fiesta.» «Es un<br />

monstruo.» «Es peligroso.» «Lo ha echado todo a perder.»<br />

—¡Fuera! —gritó Dorian.<br />

—Nosotras nos encargamos de él —dijo Frieda.<br />

—Está bien —dijo grandilocuentemente Ignatius mientras las tres<br />

chicas hundían sus fornidas manos en su ropón y empezaban a propulsarle<br />

hacia la puerta—. Habéis elegido. Vivid en un mundo de guerra y de sangre.<br />

Cuando caigan las bombas, no acudáis a mí. ¡Yo estaré en mi refugio1<br />

—Basta —dijo Betty.<br />

Las tres chicas llevaron a Ignatius a empujones hasta la puerta y luego<br />

por el camino de coches abajo.<br />

—Gracias a Fortuna me separo de este movimiento —atronó Ignatius.<br />

Las chicas habían hecho que le cayera el pañuelo sobre un ojo y tenía<br />

problemas para ver por dónde caminaba<br />

—Ustedes, gentes destempladas, apenas conseguirán votos de los<br />

electores.<br />

Le empujaron a través del portón a la acera. Las pitas de la entrada le<br />

picotearon dolorosamente las pantorrillas y dio un traspiés hacia adelante.<br />

—Bueno, <strong>com</strong>padre —dijo Frieda desde el otro lado de la puerta,<br />

mientras la cerraba—. Te damos diez minutos de ventaja. Luego,<br />

empezaremos a peinar el Barrio Francés.<br />

—Y mejor será que no demos con ese culo gordo —dijo Liz.<br />

—Desaparece, gordinflón —añadió Betty—. Hace mucho que no<br />

tenemos una buena pelea. Estamos deseando tener una.<br />

—Vuestro movimiento está condenado —balbució Ignatius a las chicas,<br />

que se empujaban entre sí desandando por el camino—. ¿Me oís? Con-de-nado.<br />

No sabéis nada de política ni de cómo hay que convencer a los electores.<br />

No ganaréis ni en un solo distrito del país. ¡Ni siquiera en el Barrio Francés!<br />

La puerta se cerró de golpe y las chicas volvieron a la fiesta, que parecía<br />

haber recuperado impulso. Sonaba la música de nuevo e Ignatius oyó gritos y<br />

chillidos aún más estrepitosos que antes. Golpeó las persianas negras con el<br />

sable, gritando: «¡Perderéis!». Respondieron a su grito los taconazos de<br />

muchos pies danzantes.<br />

Un hombre de traje de seda y sombrero hongo salió un momento de las<br />

sombras del quicio de un portal contiguo, para ver si las chicas se habían ido.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!