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arse couio perjudiciales ciertas migraciones
de una parte del pueblo,
(|uc llcvn sus trabajos, y su industria
á sus vecinos, como lo hacen los segadores
de la W e stía lia , que pasan á
Holanda ^ y los hiladores , sastres, y
otros manulacturcros, ó artesanos, que
van á tropas ú otros paises.
Vestidos,, óimqes.
E s preciso prohibir todos los Iroges
irregulares , indecentes , incómodos ,
impropios, ó ridículos, que sul>sislen
algunas veces en la nación. Esta mác-
sima lu han seguido todos los húl)iles legisladores
: y Pedro I no hizo quitar las
barbas, y mudar de trage á los moscovitas
con nías causa que este nioti-
vu. A los salvages, con vestirlos se
empieza ú humanizarlos. L a mudanza
de las modas no es invención tan frívola
, como muchos creen. E s una astuta
política que sirvo tanto para pulir
un pueblo, como para ocupar la