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que merecen ser considerados de mas
cerca. E l primero es el que da el nn~
cimiento. Bajo de este aspecto la K u-
ropa está dividida en tres clases de lia-
hitantes: en caballeros^ en citulaífanos,
y en paisanos. Todos estos estados
son igualmente necesarios al sistema
de la sociedad, y como cl legislad
o r, el soberano, no miran mas que
á la utilidad generíil, deben concederles
en el fondo el mismo grado de estimación
, y administrarles una justicia
igual aunque las muestras esteriores
puedan variar. S i no hubiese paisanos,
ni labradores , no habria ciudadanos,
ni caballeros , del mismo modo que no
habria oficiales , ni generales , sino hubiera
soldados, siendo preciso entonces
sacarlos de la mas b a ja , y numerosa
clase de hombres. E l bien de
la sociedad ecsije, que el soberano
ó el gobierno ejerza una justicia ec-
sactamente distributiva^ tanto en los
beneficios, que difunda sobre cada
calidad como sobre las prerrogativas