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n e , q u e e n t r a , y q u e s a l e ; q u e s e v e n ­
d e , c o n g ^ a n a n cîa , l o m a s p r o n t o q u e
s e p u e d e ; y d e q u e s o l o s e g ^ u a rd a a q u e -
p o r el gran consum o que sus m ercaderías tie­
nen en E sp a ñ a , y en tod os sus rein os, y p ro­
vincias dependientes; y en fin parece que esta
gran m onarquía está caída solo p o r haber aban­
donado esta im portan cia, y descuidado tanto el
c o m e r c io , y el establecim iento de m uchas m a­
nufacturas en tod o el espacio de sus vastas re ­
giones. E sta flojedad ha sido la causa de las ri­
q u eza s, que h oy tiene la F ran cia , y m ientras
hem os ( hablo de los franceses ) com erciado
con los españoles, nunca nos ha faltado plata,
ni o r o , aun en las guerras m as difíciles y cos­
tosas.
E n otro lugar deJ espresado lib ro ratifican
este d ictá m en , y h e c h o , diciendo solo el c o ­
m ercio es el que puede atraer á un E stado el
o r o , y p la ta , prim eros m óviles de todas las a c­
cio n e s ; lo que es tan c ie r to , que E sp a ñ a , en
cu yos dom inios se crian abundantem ente estos
d os m etales, carece m u ch o de e llo s , p o r haber
m enospreciado el tr á fico , y las m anufacturas,
y apenas bastan todas las minas de la A m érica
á pagar Jas m ercaderías, y gén eros, que las
dem ás naciones de E u ropa llevan á E spaña.