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Esta mácsima en nada se opone á la ley
natural, ni al derecho público absolutos
de las naciones; pero no la creemos
fundada en buena política. Vamos á
esponer los motivos en que lo fundamos.
4.” S i un pueblo se empeña con
demasiado tesón, en no hacer uso de
las manufacturas estrangeras, da lugar
á otras naciones, que poseen el derecho
de reciprocidad á abstenerse de las
nuestras ; y las venganzas nacionales,
son tan naturales, y comunes en esta
parte, que el gobierno que establece
esta especie de derechos, ó prohibiciones,
debiera primero pensarlo muchas
veces, y no abrir, sin una necesidad
estrema, los ojos á otros pueblos
, ni poner alerta su cuidado. 2.°
E s un error el persuadirse, que la
prohibición total de una mercadería
estrangera contribuya á la perfección
de una nueva manufactura que acaba
de establecerse en nuestro pais ; muy
al contrario este es el medio de estin-
gnir toda emulación en cl manufacture­