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estados de ciudadanos, la grande regla
de la Jurisprudencia, de dar á
cada uno lo que le corresponde jus
suum cuiíjuc trihuerc.. E l juicioso lector,
debe haber observado por todo
lo que se acaba de decir, que cada
ciudadano tiene derecho de pretender
lina igualdad de justicia, pero
no de consideración en la sociedad.
Estos diferentes grados de consideración
forman lo que se llama clase,
esfera. Cuando se ve un ministro,
un cortesano, un noble , una dama al*
tiva, un militar fiero , un magistrado,
unsenador, un realista, un consejero, á
proporcion que se hallan con menos mérito,
hacer mas alarde de su clase , ca*
minar con pasos graves, atravesar por
medio de la multitud para comparecer
de los primeros 5 impedir la en»
trada de una puerta, dejar la compañía
para preceder á una persona de
mérito, y no perder nada de sus qui-
méricas prerrogativas , el hombre juicioso
, en este caso, no puede me-'