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primera tiecesidady para el cual niuguu
soberano debe jamas concedcr monopolio
alguno. Es preciso comprar cl
secreto á cualquier precio que sea, para
comunicarle á algunos súbditos, y á
cierto tiempo comunicarle á todos ; y
aun en el caso de que la manufactura
no produzca mas que obras de lujo , es
conveniente que entre en manos del
público inmediatamente que espire el
plazo del monopolio. Bste es ántes un
tributo concedido al mérito de la invención,
que un monopolio perpètuo.
£1 segundo caso acaece, cuando la fábrica
es de tal naturaleza , que su empresa
ecsije fondos considerables, que
solo puede aprontarlos el soberano por
s í, o una compañía de dcsinteresadus
particulares acomodados.
£n este caso es licito al soberano el
encargarse de ella , o cl conceder algunos
privilegios esclusivos á la compañía
, que la emprende, sin permitir
que los particulares se arruinen á s í,
y á la fábrica privilegiada que quieren