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al r a lo r , y h las virtudes civiles de 1m
ciudadanos.
Casi lodos los legisladores anliguos
( si cscepluamos á Solón ) han caído
en el mismo error. Los fundadores
délos imperios modern««, los gefes
de las naciones, que en la media edad
conquistaron una gran parte de la Europa
, nos hacen creer por su conduo
la , que adoptaron los mismos tabo«
principios. Cicerón decia: no dcteo
que un pueblo Mea al mismo tiempo el
domiiuidor f y el factor del univernof
(1) esto e s, que desaprobaba que el
pueblo romano comerciase para enriquecerse.
Todns las mejores obras en
que se averiguan las causas de la decadencia
de la monarquía romana, están
llenas de la preocupación de que
las grandes riquezas, y la opulencia
de esta república han sido el origen
de su ruina. Por ültimo, un ilustre
(I) Nolo eundem popiilum ím p eratorcm ,
e l porteton.>m.