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á con bastante rigor en que los plumos
) y las señales no acrediten mas,
ni menos délo que significan realmente.
En cuanto á los defectos visibles,
jamás pueden atribuirse á sorpresa: cl
que compra está obligado á conocerlos:
el legislador se veria rodeado de molestias,
si hubiese de rigir á cada uno
en particular cn las compras que intentase.
Tenemos varios ejemplos memorables
de cuánto contribuye la buena
fé al aumento del despacho de las
manufacturas. Antes de Golbcrt, todos
se quejaban generalmente del tinte
de los paños, y estofas de Francia,
así de seda como de lana. Los colores
estaban falsificados, se dcstcñian, y
deslucían al cabo de algún tiempo. Este
esperto ministro hizo para los tintoreros
reglamentos, que propiamente
son obras maestras, cn que se prescribe
la calidad, y cantidad de todas las
drogas de tintura, que deben entrar
en la composicion de cada co lo r, la
coccion, etc. Formó reglamentos para