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solo la concede á la solicitud del cultivo,
y si premia con abundantes y
regalados frutos al laborioso cultivador
, no dá al descuidado mas que espinas
y abrojos. Es increíble los socorros
que saca el hombre del hombre
mismo, y hasta que grado se alivia
recíprocamente en sus urgencias. A
los paises desiertos todo les falta. Loi
que están muy poblados, de todo abui»-
dan. Compárese la pequeiia isla de Ia«|
glaterra con el imperio de Kúsia. Véase
á los ingleses , unos casi encima de
otros, que desfrutan de todo lo ne-;
cesario, y de todo lo supcrfluo. Adviértase
, al contrario, como á los habitantes
de los confínes del Itorislhenes, eo
medio de un terreno fértil, de un clima
benigno, y de un rio abundante,
les falta todo lo necesario , por solo el
motivo de no ser numerosa la población.
Mas de la del mundo descubierto
, está aun inculto. Se tema, que
habiendo brazos; falten granos. IVo
se reilecsiona, que si hubiera mas