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t e n e r t o d a s s u s r i q u e z a s ( e s c e p t u a n d o
s o l a m e n t e l o s f o n d o s d e la s t i e r r a s ) e n
d i n e r o c o n t a n t e , e s c i e r t o , q u e t o d o
cargadas de con tribu ciones, co m o lo están, se
facilita el in greso, y con sum o de m uclios gé­
neros de fu era , no m enos con la esccsiva baja
de derechos, que con los frecuentes fra u d es,
co m o h oy sucede particularm ente en C ádiz;
porque es principio con stante, que cuanto m as
escediere la entrada de m ercaderías estrangeras
á la estraccion de las propias tanto mas inevi­
table será nuestra últim a m iseria, y ru in a;
siendo los d a ñ os, que esto suele causar en todo
el reino, aun m ayores, que los de las m as cru(T
les langostas. M u y presentes tienen las n acio­
n es estos grandes perjuicios, particularm ente la
F ran cia , Inglaterra y H olanda, q u e:p a ra »,ob -
viar sus fatales con secuen cias, a p lic a n , m uy
d iestra, y p ru d en tem en te, la providencia de
crecer los derechos en los géneros estrangeros
á la entrada on su pais, cuanto perm iten los
tratados de p aces, y á veces i. escedien do, sin
consentir baja, ni gracia algu na, y al m ism o
tiem po^dejan estraer sus tejidos,fey otros co m ­
pu estos, cobran do m oderados d erech os, y en
algunos géneros los franquean enteram ente,
en cuya dem ostración incluiré solo los pocos
ejem plares siguientes.