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térra. No os cautiven sus palabras de
sirena que en el fondo no son mas que
la pérdida de las riquezas y la ruiua
total de los pueblos que regís. IVo somos
aduladores, y nunca jamás lo se-
rémos. L a adulación es perjudicial á la
sociedad. £ 1 lisongero no dice la verdad
, es un hombre falso, un falso amig
o , toma el ejemplo del tigre que ju ­
guetea con la presa antes de devorarla.
Sois y somos españoles, y esto basta.
Sea vuestra noble y brillante divisa
prosperidad pública y protección igual
á todos los buenos españoles sin distinción
de funestos partidos políticos que
despedazan á la amada Patria , que
siembran por todos los ángulos de la
Península el luto, la desolación y la
muerte. Pues , los medios violentos de
que se valen las naciones comerciantes
esUín reservados á la política de los
gabinetes. Nuestras mácsimas no pueden
sacarse mas que de manantiales pacíficos.