Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf
Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf
Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
También se enteró <strong>de</strong> que los ataques prioritarios serían contra los cuarteles<br />
meridionales y, sobre todo, contra la calle <strong>de</strong> los Dioses, que hasta entonces se había<br />
librado <strong>de</strong>l asalto <strong>de</strong> las ratas.<br />
Finalmente supo que el objetivo <strong>de</strong> las ratas no consistía en exterminar a los humanos<br />
o expulsarlos <strong>de</strong> <strong>Lankhmar</strong>, sino obligar a Glipkerio a una rendición incondicional y<br />
esclavizar a los súbditos <strong>de</strong>l Señor Supremo mediante ese acuerdo y un terror continuo,<br />
<strong>de</strong> modo que la vida en <strong>Lankhmar</strong> seguiría como siempre, con sus placeres y sus<br />
negocios, sus compras y ventas, nacimientos y muertes, envíos <strong>de</strong> barcos y caravanas,<br />
recolección <strong>de</strong> grano —¡sobre todo grano!—, pero bajo el gobierno <strong>de</strong> las ratas.<br />
Por suerte, toda esta información la habían proporcionado Skwee y Siss. Nada pidieron<br />
al Ratonero —es <strong>de</strong>cir, a Grig— ni a lord Nuil, excepto sus opiniones sobre problemas<br />
complejos. Luego les invitaron a dirigir la votación, y esto también procuró al Ratonero<br />
tiempo para imaginar el modo <strong>de</strong> echar un gato a los planes <strong>de</strong> las ratas.<br />
Por fin finalizó la parte informativa <strong>de</strong> la sesión y Skwee solicitó a los reunidos i<strong>de</strong>as<br />
para mejorar el gran asalto, pero era evi<strong>de</strong>nte por su tono que no esperaba obtener<br />
ninguno. Entonces el Ratonero se levantó, con alguna dificultad, pues las botas ratoniles<br />
<strong>de</strong> Grig, ina<strong>de</strong>cuadas para sus pies, aún le producían calambres, y cogiendo su bastón <strong>de</strong><br />
marfil apuntó certeramente un grupo <strong>de</strong> puntos plateados en el extremo occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> la<br />
calle <strong>de</strong> los Dioses.<br />
—¿Por qué no lanzamoz aquí el azalto? —preguntó—. Zugiero que en plena batalla un<br />
grupo <strong>de</strong> rataz veztidaz con togaz ne-graz zalgan <strong>de</strong>l templo <strong>de</strong> loz diozez <strong>de</strong> <strong>Lankhmar</strong>.<br />
Ezto convencerá a loz humanoz como nada máz podría hacerlo <strong>de</strong> que zu mizmo dioz, el<br />
dioz <strong>de</strong> zu ciudad, ze ha vuelto contra ellos..., ¡<strong>de</strong> hecho, ze han tranzformado en rataz!<br />
Tragó saliva para suavizar la irritación <strong>de</strong> su garganta. ¿Por qué aquella con<strong>de</strong>nada<br />
Grig tenía que cecear?<br />
Por un momento, su sugerencia pareció <strong>de</strong>jar estupefactos a los <strong>de</strong>más miembros <strong>de</strong>l<br />
consejo. Entonces Siss habló en tono admirativo y envidioso, como si lo hiciera contra su<br />
voluntad:<br />
—Nunca había pensado en eso.<br />
—Como bien sabes, Grig, el templo <strong>de</strong> los dioses <strong>de</strong> <strong>Lankhmar</strong> ha sido evitado <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
hace mucho tiempo, tanto por los hombres como por las ratas —comentó Skwee—. Sin<br />
embargo...<br />
—Me opongo —terció malhumorado lord Nuil—. ¿Por qué meternos con lo<br />
<strong>de</strong>sconocido? Los humanos <strong>de</strong> <strong>Lankhmar</strong> temen y evitan el templo <strong>de</strong> los dioses <strong>de</strong> su<br />
ciudad. Lo mismo <strong>de</strong>beríamos hacer nosotros.<br />
El Ratonero dirigió una mirada furibunda, a través <strong>de</strong> las ranuras <strong>de</strong> su máscara, a la<br />
rata vestida con una túnica negra.<br />
—¿Zomoz ratoncilloz o rataz verda<strong>de</strong>raz? ¿O tal vez zomoz hombrez cobar<strong>de</strong>z y<br />
zuperzticiozoz? ¿Dón<strong>de</strong> eztá vueztro valor <strong>de</strong> rata, lord Nuil? ¿O la razón zoberana y<br />
ezcéptica <strong>de</strong> laz rataz? ¡Mi eztratagema azuztará a loz humanoz y <strong>de</strong>moztrará <strong>de</strong> una vez<br />
por todaz la valentía zuperior <strong>de</strong> laz rataz! ¿No ez cierto, Zkweej Zizzí?<br />
La propuesta se sometió a votación. El voto <strong>de</strong> lord Nuil fue negativo, los <strong>de</strong> Siss, el<br />
Ratonero y, tras una pausa, Skwee, fueron positivos, mientras que las otras nueve ratas<br />
asintieron, y así la Operación Toga Negra, como Skwee la <strong>de</strong>nominó, fue añadida<br />
apresuradamente a los planes bélicos.<br />
—Tenemos más <strong>de</strong> cuatro horas para organizarlo —recordó Skwee a sus nerviosos<br />
colegas.<br />
El Ratonero sonrió <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la máscara. Tenía la sensación <strong>de</strong> que si los dioses <strong>de</strong><br />
<strong>Lankhmar</strong> se <strong>de</strong>spertaban alguna vez, se pondrían al lado <strong>de</strong> los habitantes humanos <strong>de</strong><br />
la ciudad... Tardíamente pasó por su cabeza la posibilidad <strong>de</strong> que ocurriera lo contrario.