04.07.2013 Views

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

motivos para permanecer allí; quizá el más importante, era el haber encontrado allí a una<br />

muchacha bella y amante <strong>de</strong> los placeres, llamada Hrenlet.<br />

Esto es lo que a gran<strong>de</strong>s rasgos había sucedido. En cuanto a los <strong>de</strong>talles menores,<br />

digamos que Fafhrd estaba cómodo en la cama, aunque se sentía un tanto agobiado...<br />

porque no se había quitado las botas ni ninguna <strong>de</strong> sus prendas <strong>de</strong> vestir, ni siquiera se<br />

había <strong>de</strong>sprendido <strong>de</strong> su hacha <strong>de</strong> mango corto, cuya hoja, afortunadamente cubierta por<br />

su gruesa funda <strong>de</strong> cuero, le oprimía un costado. No obstante, también le embargaba la<br />

sensación <strong>de</strong> haber coronado una hazaña gloriosa. Todavía no estaba seguro <strong>de</strong> cuáles<br />

eran sus motivos, pero era una magnífica sensación.<br />

Se orientó sin abrir los ojos ni mover un solo músculo. A su izquierda, al alcance <strong>de</strong> la<br />

mano, sobre una maciza mesilla <strong>de</strong> noche, encontraría un gran jarro <strong>de</strong> peltre lleno <strong>de</strong><br />

vino ligero. Incluso sin tocarlo podía notar su frescura.<br />

A su <strong>de</strong>recha, todavía más al alcance <strong>de</strong> su mano, estaría Hrenlet. Podía notar el calor<br />

que irradiaba y sus ronquidos..., muy sonoros, francamente.<br />

Pero ¿se trataba realmente <strong>de</strong> Hrenlet? ¿O, en cualquier caso, sólo <strong>de</strong> Hrenlet? La<br />

noche anterior, antes <strong>de</strong> que él fuera a la mesa <strong>de</strong> juego, la muchacha se mostró muy<br />

alegre, amenazando juguetonamente con presentarle a una prima suya, pelirroja e<br />

impetuosa, <strong>de</strong> Ool Hrusp, don<strong>de</strong> tenían una gran riqueza en ganado. ¿Sería posible<br />

que...? Si así fuera, todavía mejor.<br />

Mientras su cabeza seguía hundida en las mullidas almohadas... ¡Ah, por fin se le<br />

ocurrió el motivo <strong>de</strong> su creciente sensación <strong>de</strong> bienestar! La noche anterior había limpiado<br />

a la mayoría <strong>de</strong> rilks lankhmarianos <strong>de</strong> oro, gronts <strong>de</strong> oro <strong>de</strong> Kvarch Nar, ¡<strong>de</strong> todas las<br />

monedas <strong>de</strong> oro <strong>de</strong> las Tierras Orientales, <strong>de</strong> Quarmall y los <strong>de</strong>más lugares! Sí, ahora lo<br />

recordaba bien: los había vencido a todos, y en el sencillo juego <strong>de</strong> los seis y los sietes,<br />

don<strong>de</strong> el que tiene la banca gana si iguala el número <strong>de</strong> monedas que el jugador oculta<br />

en su puño cerrado. Aquellos necios <strong>de</strong> las Ocho Ciuda<strong>de</strong>s no se daban cuenta <strong>de</strong> que<br />

intentaban agrandar sus puños cuando tenían seis monedas <strong>de</strong> oro y los estrechaban<br />

cuando tenían siete. Sí, les había <strong>de</strong>jado sin blanca..., y al final había cometido la locura<br />

<strong>de</strong> hacer juego con una cuarta parte <strong>de</strong> sus ganancias, contra un <strong>de</strong>lgado silbato <strong>de</strong><br />

hojalata con extraños grabados y supuestamente dotado <strong>de</strong> propieda<strong>de</strong>s mágicas..., ¡y<br />

también lo había ganado! Entonces los saludó a todos y se marchó feliz, bien lastrado <strong>de</strong><br />

oro como el galeón que transporta un tesoro, para acostarse con Hrenlet. ¿Había hecho el<br />

amor con ella? No estaba seguro.<br />

Se permitió un bostezo que puso <strong>de</strong> manifiesto lo seca y rasposa que tenía la garganta.<br />

¿Existió alguna vez un hombre más afortunado? A su izquierda tenía vino; a su <strong>de</strong>recha,<br />

una muchacha hermosa, o tal vez dos, puesto que llegaba hasta él, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las<br />

sábanas, un dulce y fuerte aroma a granja. ¿Y qué podía ser más apetitoso que la hija<br />

pelirroja <strong>de</strong> un granjero o gana<strong>de</strong>ro? Movió perezosamente la cabeza y el cuello. No<br />

podía notar el bulto <strong>de</strong> la bolsa llena <strong>de</strong> monedas <strong>de</strong> oro, pues las almohadas eran<br />

numerosas y gruesas, pero podía imaginarlo.<br />

Intentó recordar por qué había hecho aquella última apuesta temeraria que por fortuna<br />

había ganado. El fanfarrón <strong>de</strong> barba rizada había afirmado que poseía el <strong>de</strong>lgado silbato<br />

<strong>de</strong> hojalata <strong>de</strong> una mujer sabia y que servía para convocar a trece animales <strong>de</strong> cierta<br />

especie. Al oír esto, Fafhrd se acordó <strong>de</strong> la mujer sabia que muchos años antes le dijo<br />

que cada especie animal estaba gobernada por un grupo <strong>de</strong> trece. Así pues, su<br />

sentimentalismo se <strong>de</strong>spertó y quiso conseguir el silbato para regalárselo al Ratonero<br />

Gris, que se pirraba por los pequeños artefactos mágicos... ¡Sí, tal había sido el motivo!<br />

Con los ojos todavía cerrados, Fafhrd trazó su curso <strong>de</strong> acción. Extendió <strong>de</strong> repente el<br />

brazo izquierdo y, sin necesidad <strong>de</strong> tantear, cogió la jarra <strong>de</strong> vino (¡todavía estaba<br />

fresco!), bebió la mitad (¡puro néctar!) y volvió a <strong>de</strong>jarla sobre la mesilla.<br />

Entonces acarició con la mano <strong>de</strong>recha a la muchacha (¿Hrenlet o su prima?) <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

hombro hasta la ca<strong>de</strong>ra.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!