04.07.2013 Views

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

encendidas durante la noche y sus moradores hacían turnos, <strong>de</strong> modo que siempre<br />

hubiera un centinela. Esto ocasionó una escasez <strong>de</strong> velas, mientras que los candiles y<br />

faroles fueron objeto <strong>de</strong> acaparamiento y casi <strong>de</strong>saparecieron <strong>de</strong> la vista. A los viandantes<br />

les mordían los tobillos, y por la mayor parte <strong>de</strong> las calles apenas transitaban unas pocas<br />

figuras apresuradas, mientras que los callejones estaban <strong>de</strong>siertos. Sólo la calle <strong>de</strong> los<br />

Dioses, que se extendía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Puerta <strong>de</strong> la Marisma hasta los graneros junto al Hlal,<br />

estaba libre <strong>de</strong> ratas, por cuyo motivo la calle y sus templos rebosaban <strong>de</strong> fieles, ricos y<br />

pobres, creyentes y ateos hasta entonces, todos los cuales oraban para que terminara la<br />

plaga <strong>de</strong> ratas a los diez mil y un dioses en <strong>Lankhmar</strong> e incluso a los atroces y altivos<br />

dioses <strong>de</strong> <strong>Lankhmar</strong>, cuyo templo con el campanario, siempre cerrado, se alzaba en el<br />

extremo <strong>de</strong> la calle que daba a los graneros, frente a la estrecha casa <strong>de</strong> Hisvin, el<br />

merca<strong>de</strong>r <strong>de</strong> granos.<br />

Se llevaron a cabo frenéticas represalias, y así se inundaron las madrigueras, a veces<br />

con agua envenenada. Se introdujeron vapores <strong>de</strong> fósforo y azufre ardientes, por medio<br />

<strong>de</strong> fuelles. Por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l Consejo Supremo y con la curiosa aprobación ambivalente <strong>de</strong><br />

Glipkerio, que no <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> referirse a sus armas secretas, se convocó a una multitud <strong>de</strong><br />

cazadores profesionales <strong>de</strong> ratas, proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> los campos <strong>de</strong> cereales al sur y el<br />

oeste, al otro lado <strong>de</strong>l río Hlal. Al mando <strong>de</strong> Olegnya Matamingoles, actuando sin<br />

consultar con su Señor Supremo, regimientos <strong>de</strong> soldados uniformados <strong>de</strong> negro fueron<br />

enviados apresuradamente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Tovilyis, Kartishla e incluso el Fin <strong>de</strong> la Tierra, y se les<br />

dieron armas y uniformes que les <strong>de</strong>jaron perplejos y les hicieron burlarse más que nunca<br />

<strong>de</strong> sus superiores y <strong>de</strong> la afeminada y fantasiosa burocracia militar <strong>de</strong> <strong>Lankhmar</strong>: tri<strong>de</strong>ntes<br />

<strong>de</strong> largo mango, bolas arrojadizas atravesadas por muchas púas <strong>de</strong>lgadas <strong>de</strong> doble<br />

punta, re<strong>de</strong>s provistas <strong>de</strong> pesos <strong>de</strong> plomo, hoces, pesados guanteletes <strong>de</strong> cuero y<br />

máscaras <strong>de</strong>l mismo material.<br />

En el lugar don<strong>de</strong> estaba amarrada la Calamar, junto a los altos graneros, cerca <strong>de</strong>l<br />

final <strong>de</strong> la calle <strong>de</strong> los Dioses, esperando con una carga nueva, Slinoor paseaba nervioso<br />

por la cubierta. Había or<strong>de</strong>nado que colocaran unos discos <strong>de</strong> cobre, <strong>de</strong> más <strong>de</strong> una vara<br />

<strong>de</strong> diámetro en medio <strong>de</strong> cada cable <strong>de</strong> amarre, para impedir que las ratas trepasen por<br />

ellos. La gatita negra solía permanecer en lo alto <strong>de</strong>l palo mayor, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong><br />

escudriñaba preocupada la ciudad, y sólo bajaba en busca <strong>de</strong> comida. Ningún gato <strong>de</strong><br />

muelle subía a bordo <strong>de</strong> la Calamar para husmear, ni se les veía mero<strong>de</strong>ar por el puerto.<br />

En una sala con losetas ver<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Palacio <strong>de</strong>l Arco Iris <strong>de</strong> Glipkerio Kistomerces, y en<br />

medio <strong>de</strong> un círculo <strong>de</strong> pajes armados con tri<strong>de</strong>ntes y oficiales <strong>de</strong> la guardia con las dagas<br />

<strong>de</strong>senvainadas y pequeñas ballestas manejables con una sola mano, preparadas para<br />

dispararlas en cualquier momento, Hisvin intentaba hacer frente a la histeria <strong>de</strong>l alto y<br />

flaco monarca <strong>de</strong> <strong>Lankhmar</strong>, a quien media docena <strong>de</strong> esbeltas sirvientas <strong>de</strong>snudas<br />

simultáneamente acariciaban la frente, apretaban los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> las manos y le besaban<br />

los <strong>de</strong> los pies, dándole para beber vino con píldoras <strong>de</strong> opio negro diminutas como<br />

semillas <strong>de</strong> adormi<strong>de</strong>ra, todo ello con la intención <strong>de</strong> serenarle.<br />

Apartándose <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>liciosas servidoras, que mo<strong>de</strong>raron pero no interrumpieron sus<br />

atenciones, Glipkerio dijo en tono quejumbroso y petulante:<br />

—Hisvin, Hisvin, tienes que apresurar las cosas. Mis gentes refunfuñan, mi Consejo y<br />

el capitán general toman medidas sin consultarme. Incluso hay rumores <strong>de</strong> un loco plan<br />

para suplantarme en mi trono <strong>de</strong> concha marina, y nada menos que por mi primo idiota,<br />

Radomix Kistomerces-Null. Hisvin, ahora tienes a las ratas día y noche en las calles, y<br />

sólo falta que las <strong>de</strong>struyas con tus encantamientos. ¿Cuándo, dime, cuándo ese planeta<br />

tuyo va a llegar al lugar a<strong>de</strong>cuado en el escenario estelar <strong>de</strong> modo que puedas recitar y<br />

hacer tus gestos mágicos que acabarán con los roedores? ¿Qué es lo que retrasa ese<br />

momento, Hisvet? ¡Or<strong>de</strong>no a ese planeta que se mueva más rápido! ¡De lo contrario<br />

enviaré una expedición naval a través <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sconocido Mar Exterior para hundirlo!

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!